Gonzalo García de Vitoria: ¿Mi sueño profesional?, poder seguir viviendo y disfrutando del baloncesto"

El técnico bilbaíno lidera en la pista el nuevo proyecto del Betis Baloncesto del Grupo Hereda con el objetivo de ascender a la ACB 

Destaca la “ilusión de toda la plantilla” y la dureza de esta Primera FEB con "auténticos equipazos"

Gonzalo García de Vitoria, entrenador del Betis Baloncesto.
Gonzalo García de Vitoria, entrenador del Betis Baloncesto. / M.G.

Sevilla/La de Sevilla ha pasado de ser una plaza histórica a una plaza caliente. Demasiados cambios en los últimos años para un club que parece tener más vidas que un gato. El club necesita estabilidad y al banquillo ha llegado un hombre de baloncesto, de proyectos a medio y largo plazo que persigue, sin obsesionarse, el sueño de ser primer entrenador en la ACB. Gonzalo García de Vitoria (Bilbao, 03-02-1971) es un técnico de una dilatada trayectoria en la que ha vivido ya de todo: ha ascendido, descendido, trabajado con presupuestos altos y ha hecho magia con otros irrisorios. Seguramente es lo que necesite este nuevo Betis Baloncesto, un hombre hecho a sí mismo en este mundillo que sólo mira al “pasado para aprender de los errores” y vive el presente sin miedo a decir que el objetivo es el ascenso, pero consciente de que hay varios rivales más con el mismo objetivo.

–¿Cómo lleva alguien de Bilbao apellidarse De Vitoria?

–Me acuerdo de cuando me saqué el curso entrenador superior en el año 1996 en Valladolid que en mi grupo de trabajo había uno que me decía siempre: “Eres de Bilbao, te apellidas De Vitoria, vives en Madrid y tienes un coche con matrícula de Granada”. Es por mi madre. Siempre quise ir al registro para hacerlo compuesto y no dos diferentes, pero lo fui dejando y ya es algo más complicado.

–Tuvo claro muy pronto que su sitio era en una pista de baloncesto..., pero como entrenador.

–Sí, es que yo empecé a entrenar muy pronto. El veneno me entra por mi padre, que fue jugador de lo que era la antigua Primera División cuando no había ACB. Jugó en el Águilas de Bilbao siendo, por ejemplo, compañero de equipo de Pepe Laso. Era otro baloncesto. Yo iba a un colegio de curas en Bilbao en el que éramos 2.500 alumnos, todos chicos. Yo hacía dos deportes y en séptimo de EGB ya entrenaba al equipo C de mi clase. Ya en Bachillerato me fui a Madrid y llevaba el equipo femenino y en el año 1996 saqué el título superior. En Madrid, junto a un amigo, creamos dos clubes, uno el Móstoles que va a cumplir 30 años y lo que siempre fue una pasión se convirtió en una profesión. Me llegó como algo natural y me divertía más entrenar que jugar.

–Después de tantos años y de haber sido asistente en ACB, le queda ese saltito, ser primero en la Liga Endesa.

–Sí..., y ha sido una pena porque con el COB (Ourense) ascendimos, pero era la época en la que el canon era muy alto y no pudimos afrontarlo. Esa obsesión ya se me ha quitado, aunque es algo a lo que siempre aspiro. Si me preguntan por mi sueño deportivo, es entrenar en ACB como primer entrenador, pero el sueño más grande que tengo es poder seguir viviendo del baloncesto y disfrutando de él.

Su amistad con Rafa Gomáriz tras un duro ‘play off’

¿Pueden convivir en una ciudad futbolera como Sevilla dos equipos de baloncesto masculino y otro femenino? “Claro, el baloncesto es otro mundo. Con Rafa (Gomáriz) yo jugué en el año 2005 un play off en EBA. Yo llevaba al equipo de Guadalajara y él al Montilla. En aquella época era una Liga EBA muy dura y los tres primeros de cada grupo jugaban una eliminatoria a ida y vuelta con average. Empatamos en nuestro campo y ganamos en Montilla por uno. Él se enfadó mucho, pero desde ese día nos llevamos muy bien porque los dos somos muy competitivos. Nos hemos visto y nos hemos dado un fuerte abrazo. Estamos aquí para ayudarnos. El baloncesto es un deporte genial en el que la gente se lleva bien, un deporte en el que Rafa y yo en un play off nos queríamos matar y al día siguiente nos tomamos cinco cervezas juntos”, indicó.

–¿Cuál cree que es la mayor diferencia, a nivel de juego, entre la ACB y esta Primera FEB?

–Hay varios aspectos, pero yo creo que lo más relevante es lo que dicen los americanos el IQ, la inteligencia. El año pasado me preguntaba Jaime Fernández por esto mismo y le ponía un ejemplo claro. Algo que trabajamos una vez, una situación de ataque, en ACB se lo encuentran un mes después y el equipo es capaz de aplicarlo. En la LEB entrenas algo y si no se tiene continuidad en el trabajo dentro de un mes al equipo le cuesta reaccionar. Eso y la velocidad de ejecución, pero la toma de decisiones marca las diferencias, porque todo es más rápido. Se juega todo un segundo más rápido, se tira un segundo antes, las ayudas en defensa llegan antes... La ACB es la mejor liga tras la Euroliga y la NBA.

"Lo importante como entrenador es detectar lo que cada jugador requiere y el modo de llegar a él"

–En la NBA se puso de moda el small ball. ¿Jugará así su Betis?

–Estamos probando cosas aprovechando que la plantilla es larga y nos da distintas opciones como jugar con dos bases, con pequeños con Benite o Jelinek de aleros, siendo más grandes con Radoncic o Rubén al tres, con los dos pívots juntos... Podemos hacer muchas cosas, pero eso también tiene algo negativo, porque si quieres que todo funcione se necesitan muchas más horas de trabajo.

–¿La exigencia aquí es la más alta de su carrera?

–Un entrenador siempre se exige lo máximo a sí mismo. Eso no cambia. Sí que es verdad que ya desde este domingo se nos exige ganar, porque el proyecto de club es nuevo y hay muchos ojos mirando. El perder va a generar ruido. Pedro Rivero (entrenador de Estudiantes) me dijo que él había hablado con los directivos y no iba a cambiar su planificación de pretemporada por la Copa de España. Saben que si pierden partidos los van a señalar, pero su objetivo es otro. Nosotros no podemos hacer eso.

El técnico Gonzalo García de Vitoria da instrucciones a sus jugadores en un amistoso esta temporada.
El técnico Gonzalo García de Vitoria da instrucciones a sus jugadores en un amistoso esta temporada. / Betis Baloncesto

–El objetivo es el ascenso. ¿Le da con esta plantilla para este objetivo?

–Yo creo que todas las plantillas tendremos puntos fuertes y puntos débiles, pero ahora mismo creo que hay seis proyectos que evidentemente son los seis candidatos al ascenso en una liga que yo conozco bien y en la que las diferencias presupuestarias no generan tantas desigualdades como en ACB. Tener un presupuesto alto te ayuda a estar arriba y normalmente los presupuestos altos ascienden, pero yo, por ejemplo, subí con el COB en un proyecto que arrancó el 15 de agosto con cuatro jugadores importantes y el resto chicos sin trabajo. De los seis proyectos grandes cualquiera asciende y no será una sorpresa. No nos da miedo ese objetivo y sabemos que nos va a exigir pelear por estar arriba y el ascenso, pero sabemos que es difícil con equipazos como Estudiantes, Burgos, Fuenlabrada, Palencia y Obradoiro. Pero nosotros también lo somos. Queremos ascender y vamos a hacer todo lo posible por ello, pero somos conscientes que el deporte tiene cosas que no puedes controlar como lesiones o una jugada que te cuesta una derrota. Yo no ascendí un año con el COB porque hay una jugada en la que nos meten una canasta con empujón y perdemos el partido.

–¿Al jefe es más complicado hacerle entender esto?

–Pedro (Fernández) lo tiene claro también. Es una persona muy inteligente. Públicamente puede dar otra imagen, pero en el cara a cara te das cuenta que es un tío muy listo. Es el primero que se pone en el paredón para que le disparen a él. Lo que quiere es generar ilusión y que se hable de este proyecto lo más posible. No hay que quedarse con las cosas que dice literalmente. Nosotros, por ejemplo, nos quedamos con su ambición. Tiene un mensaje que nos llega y nadie se va a relajar. Pedro nos tiene en alerta.

–¿Se os han escapado muchos jugadores por entrar tarde al mercado?

–Todo tiene cosas buenas y cosas malas. Se han escapado jugadores, evidentemente, como Paul Jorgensen, que quería estar aquí y lo teníamos atado, pero al final todo el tiempo que llevó este cambio nos hizo perder jugadores y no poder acceder a otros que eran los referentes de la competición. La parte positiva es que los otros cinco equipos top se han peleado por eso jugadores y han hecho que se encarezcan y entonces entramos en otro mercado, con los rivales ya habiendo gastado mucho dinero, y pudimos acceder a jugadores de mucho nivel sin pagar un valor más alto de lo que se podía. Hemos podido acceder a jugadores de mucho caché por un precio que podíamos pagar.

"No rehuimos la presión de ascender, pero hay seis grandes proyectos y cualquiera de ellos puede subir"

–¿Qué le ha sorprendido de la plantilla?

–Lo que me ha sorprendido es la implicación general de todos desde el principio queriendo que esto salga bien. Yo quise hablar con el grupo cuando ya estuvieran todos para no repetir discurso. Muchos pueden hablar de la ACB, pero llevo 18 años de entrenador en esta categoría y hablamos de grandes plantillas que no lograron el objetivo. Después los dejé hablar a ellos y me gustó el discurso de Renfroe, de Benite, Jelinek, Radoncic... Veo a los jugadores muy implicados y de alguno ya tenía referencias, pero otra cosa es vivirlo personalmente y todo lo que me habían dicho de ellos es lo que he visto hasta ahora.

–¿Es un entrenador de tirar de la cantera o de chequera?

–Hay jugadores como Mathías Alesanco Vázquez está entrenándose con nosotros y va a estar en dinámica del primer equipo. Ojalá no tengamos que ir al mercado porque eso significaría que no hay lesiones y que el equipo va bien. Ya se verá según se produzcan los acontecimientos, pero Mathías tiene muy buena pinta; muy, muy buena pinta. Su cabeza es mucho más madura de lo que su DNI dice, pero tiene que ir quemando procesos. Aquí además hay muchas miradas ahora y a la gente joven hay que protegerla. El tiempo dirá cómo solucionamos los problemas.

–¿Le ha dado tiempo a aterrizar en la ciudad?

–Sí, porque mi mujer y mi hija vinieron dos semanas y entonces ahí invertí tiempo para estar con ellas.

–Debe ser difícil llevar eso de estar lejos de la familia.

–Es que todo en la vida tiene cosas buenas y cosas malas, como cualquier profesión. Viajar, la competición, conocer gente, las vivencias en la pista... Es el lado bonito, lo peor sin dudas es el tener a tu familia lejos. Tengo una niña de seis años y llevo tres perdiéndome todo de ella. Eso es duro. Lo de ser entrenador es algo pasional.

"La obsesión de ser primer entrenador en ACB se me ha pasado, aunque es algo a lo que siempre aspiro"

–Decía Popovich que si lo peor que le puede pasar a un jugador o entrenador es perder un partido es afortunado...

–Claro, es un pensamiento que se aprende. Yo era muy mal perdedor. No disfrutaba de la victoria, no me venía muy arriba con el triunfo, pero sí que sufría mucho la derrota. Tenía mal perder. Pero en el año 2012 estaba yo en Melilla y al mejor amigo que tenía en Madrid, con el que monté los dos clubes, le entró un cáncer terminal y me acuerdo que estaba yo un día hablando con él por teléfono en la grada del pabellón de Melilla y le dije: “Antonio , le pido permiso al club y me voy una semana a verte y estar contigo y me dijo: No quiero que me veas así, lo que quiero es que asciendas a ACB”. Eso me cambió la vida. ¿Voy a estar hundido por perder un partido cuando alguien a quien quiero se está muriendo? Eso me hizo cambiar mi perspectiva de la vida. Evidentemente lo paso mal cuando pierdo y cuando las cosas van mal, pero lo relativizo mucho y en los momentos malos tiro del grupo.

–¿Es un técnico muy psicólogo?

–Creo mucho en la psicología de grupo e individual. Cada uno es diferente y hay jugadores que van mejor si los aprietas y otros que si los presionas se caen. Lo importante cuando eres entrenador, formador o comunicador es detectar lo que cada uno requiere y el modo de llegar a él. Benite no será igual que Radoncic. Parte del éxito es saber cómo llegar a cada jugador para que ellos entiendan lo que queremos y cómo lo queremos. Hay jugadores a los que hay que escuchar, otros que son soldados y sólo quieren que les digas lo que tienen que hacer... Lo mejor es lo que le venga bien a cada uno.

"Yo era muy mal perdedor; no disfrutaba de la victoria, pero sufría mucho la derrota; ahora lo relativizo todo"

–Lleva toda la vida entrenando en la LEB Oro. ¿Podría hacer un quinteto de los mejores jugadores que ha tenido?

–Joder, es complicado eh, porque he entrenado a jugadores muy buenos. He tenido a Andre Turner, Macej Lampe (en el Complutense en la 2002-03)... He tenido a jugadores que me han marcado mucho como el propio Pedro Rivero, el más duro que he visto. Fíjate que recuerdo que tuvo un accidente de tráfico cuando iba a dirigir a la selección de minibásquet de Orense en un torneo en Santiago. Iban cuatro en el coche y se estrellaron con una rotonda. Tres estuvieron más de tres meses de baja y Pedro jugó el siguiente partido. Salva Arco, que es el profesional con mayúsculas. He tenido a gente que me ha marcado por su fidelidad como Doornekamp en Tenerife. Allí la plantilla al completo me mandó mensajes de apoyo y muy bonitos cuando fiché aquí y sólo estuve un año con ellos. No podría hacer un quinteto, pero hay muchos de los que guardo un gran cariño como Kevin van Wijk, un holandés al que tuve en el Ourense que está afincado allí, trabaja en la cantera y ahora es panadero. Me ayudó mucho allí. Siempre me quedo con el bueno, con el que me ha aportado. El malo se borra, porque también he tenido alguno que...

Contra Morón, partido oficial pero aún de pretemporada (domingo, 12:00)

En una pretemporada atípica los equipos de Primera y Segunda FEB alternan amistosos con partidos de competición oficial, concretamente la nueva Copa de España. Este domingo (12:00) el Betis Baloncesto disputa la segunda jornada del torneo, recibiendo en San Pablo al recién ascendido CB Morón tras perder el miércoles en Madrid un amistoso con Estudiantes: “A la derrota contra Estudiantes no hay que darle más importancia, porque ha sido el único amistoso de verdad en el que probar cosas. Nosotros no cambiamos nuestra planificación física para el partido en Madrid y el lunes hicimos doble sesión, el martes hicimos otra muy intensa, viajamos el miércoles por la mañana antes de jugar... Si hubiera un partido de competición los entrenamientos previos hubieran sido menos intensos para llegar bien físicamente y bien de piernas, pero hicimos tres sesiones muy duras y exigentes, porque nos marcamos ese choque como uno de pretemporada. El del domingo contra el Morón en la Copa FEB es importante porque es competición oficial. No podemos hacer pruebas como contra Estudiantes”.

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