Gipuzkoa-Betis Baloncesto: Victoria con el peso de la lógica de la calidad (62-77)

El Betis se estrena en la liga con un trabajado triunfo ante el Gipuzkoa lanzado con el acierto desde el triple de su batería exterior tras el descanso

Del 3/16 desde el perímetro en el primer tiempo se pasó a un 7/12 en el segundo disparado con el acierto de Jelinek (14 puntos) y Benite (16), máximo anotador del encuentro

Benite lanza un triple aprovechando el bloqueo de Kasibabu.
Benite lanza un triple aprovechando el bloqueo de Kasibabu. / Óscar Araujo

El deporte es ilógico a menudo, pero la mayoría de las veces ocurre lo que marca la lógica. En este caso la lógica de la mayor calidad que compra un presupuesto superior es la que definió el triunfo del nuevo Betis Baloncesto del Grupo hereda en el debut en la Primera FEB ante el Gipuzkoa Básket por un 62-77 que no refleja lo que sudaron los chicos de Gonzalo García de Vitoria, que enmendaron tras el descanso un mal primer tiempo que evidencia que hay mucho que mejorar todavía, lógico en el estreno liguero, pero hay tiempo y margen para ello. Eso sí, la lesión de DeBisschop evidenció más sí cabe que por dentro hay un problema porque Radoncic no es una solución fiable hoy por hoy y seguramente ante un rival con un pívot más dominante se pueda pasar peor. El acierto exterior en la segunda parte minimizó esos problemas de juego, pero hay que tener un plan B para cuando se falle también por fuera.  

Este Betis Baloncesto de Gonzalo García de Vitoria está por hacer, como se demostró en la primera parte en San Sebastián, en la que se vio a un grupo de jugadores que buscaban lanzar sin roles bien definidos aún ni potencial por dentro, lo que facilitaba la defensa local. Kasibabu, el único pívot disponible en lo que DeBisschop se recupera de su dolencia en un dedo del pie, recibió un golpe al inicio del encuentro, pero no es excusa para que sus lanzamientos desde media distancia, o incluso cerca del aro, apenas si tocaran en el aro. López de la Torre entró en su lugar y metió un tiro libre que ponía el 3-4 en el inicio del choque, pero desde ahí el dominio fue del cuadro donostiarra, que con sus limitaciones sí sabe bien cuál es su juego y encontraba superioridad en los centímetros en la pintura de Pape Sall, que jugaba en el Mataró la pasada campaña y enseñó a los béticos cómo se machaca. Por fortuna los tiros liberados que encontraba en el perímetro no entraban, lanzamientos cómodos de los que casi nunca dispuso el conjunto hispalense, que cerró el primer cuarto con un preocupante 1/8 en triples gracias al primer lanzamiento de Renfroe al inicio.

Radoncic no es una amenaza por dentro pese a su portentoso físico y el Gipuzkoa, buscando siempre al superioridad y aprovechando los errores visitantes, colocó un 15-9 que Doménech, en una acción de pizarra, dejó en 15-11 al final de los primeros 10 minutos.

Un paupérrimo primer cuarto de los heliopolitanos, que ya sólo podían mejorar. O no. Los triples seguían sin entrar, Jelinek no fue el revulsivo esperado y el Gipuzkoa amenazó con un 24-16 que encendió las alarmas verdiblancas. Esta vez sí reaccionó el Betis con Cvetkovic en la dirección, el primer triple de Benite (1/5 en ese momento) y un 0-12 de parcial (24-28). Lo más difícil estaba hecho, pero apareció Xavier Johnson para despertar a los suyos con cinco puntos seguidos, la última ante la tibia defensa de Radoncic que ni levantó la mano para puntear el lanzamiento, si bien Hughes pareció despertar para dejar todo por decidir al descanso (29-30) tras una mala primera parte del Betis en la que lo mejor era el resultado viendo el preocupante 7/33 en tiros de campo (4/17 en tiros de dos y 3/16 en triples).

Todo cambió tras el paso por el vestuario. El juego y el acierto, porque se pasó a un 7/12 en tiros de tres puntos y un ataque más fluido con Cvetkovic al mando. Aun así costó abrir brecha y no fue hasta mediado el tercer cuarto cuando la aparición de Jelinek con 10 puntos seguidos abrió brecha al final del acto (46-55 desde el 42-55).

A los últimos 10 minutos se entró ya con un cómodo 48-55, pero todavía peleó el Gipuzkoa, que colocó el 53-55. Apareció Benite con la mirilla más ajustada para abrir la brecha definitiva (55-66), insalvable ya para el equipo vasco, más limitado en ataque y en su rotación más allá de los chispazos Johnson y los puntos de Mateo Díaz y Vrankic .

Al final el triunfo verdiblanco fue hasta cómodo, pero sufrió el conjunto de Gonzalo García de Vitoria que tras varios encuentros sin poder medir el nivel actual de los suyos ante rivales de menor entidad en la Copa de España, sabe ya cuál es son los problemas a trabajar en adelante. Los chispazos de Cvetkovic, Hughes, Benite y Jelinek van a dar muchos triunfos esta campaña, pero para subir directamente como primero al final de la liga hace falta tener más opciones para que cuando la puntería no está fina se sigan sumando puntos. En el lado positivo, pese a las 17 pérdidas locales, están los 62 puntos encajados por una defensa que apretó cuando más dificultades había para anotar. Se ganó, que es lo importante en estos casos, y es lo único que cuenta.

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