Una final es una final
Betis Energía Plus-Bilbao Básket | La previa
El Betis recibe en San Pablo al Bilbao, un lobo con piel de cordero, en busca del primer título del curso y de su historia
Con dos de las mejores defensa frente a frente, el acierto será clave
Una final es una final. Las finales valen títulos y este Betis Energía Plus tiene en sus manos empezar a escribir su historia de la mejor de las maneras. Porque puede que la Copa Princesa no dé lustre a algunos, pero para un club con el palmarés en blanco, renacido de los pilares que construyó aquel mítico Caja, grito de guerra que todavía retumba en San Pablo, una final es una final y un título el primer paso para ser un poco más grande.
Heredero del CDB Sevilla, el aficionado, al menos el viejo enamorado de la canasta que lleva años siguiendo al equipo de la ciudad, ha visto sólo subcampeonatos. Esos dos de ligas en los que el Barcelona despertó del sueño a un bisoño todavía Caja San Fernando; el doloroso subtítulo de aquella Copa del 99 que se tocaba con las manos hasta que Andre Turner se lesionó y Elmer Bennett convirtió el sueño en pesadilla; o el más reciente de Treviso, el Domingo de Ramos de 2011, cuando Popovic y Lampe se aliaron para mandar a casa sin nada a la tropa hispalense. Así que después de tanta decepción, de ver al club en el alambre y de dos descensos (sólo uno consumado), toca ya una alegría y ganar esta Copa Princesa tiene más valor sentimental, casi de justicia deportiva, que competitivo, por lo que los jugadores verdiblancos tienen una gran responsabilidad para con la entidad y sus seguidores.
No es un partido más. La racha de 18 triunfos consecutivos que lo han aupado al liderato de la categoría queda aparcada y el Bilbao Básket, rival en este duelo de ex ACB, es un lobo con piel de cordero que llega a la capital hispalense con poco que perder, otorgando el favoritismo al conjunto local por su dinámica en la competición regular, jugar en casa ante su afición y la competitividad que está demostrando en todos los partidos, quizá menos el de la tercera jornada en Pucela, esta campaña.
Pero a un encuentro todo puede pasar y los Hombres de negro vuelven a volar tras superar el bache de tres derrotas seguidas y ahora vienen de ganar sin apuros al Lleida y al Huesca a domicilio. Álex Mumbrú, martirio cajista durante años en la pista, y a quien se le daba especialmente bien jugar en San Pablo, está manejando bien a un grupo equilibrado y que, como Curro Segura, cuenta con al menos dos hombres por puestos con capacidad y galones para jugar.
Quizá el talón de Aquiles de los vascos está en el triple, siendo uno de los conjuntos con peor porcentaje de acierto en esta faceta. Y no será porque no lo intente, pues tiene jugadores con capacidad para anotar desde lejos, pero a pesar de ser el segundo equipo que más se prodiga desde más allá de la línea de los 6,75 metros (183/607) a veces se obceca en ello y deja de buscar a sus interiores, arma poderosa con Lammers y Larsen. Stainbrook y Tunde tendrán que redoblar esfuerzos, especialmente el primero, que debe ser más duro bajo los tableros, aunque todos los béticos deberán estar atentos a las ayudas para atajar los habituales bloqueos y continuaciones con las que tan cómodo se encuentra Javi Salgado sobre el parqué. Exigir al veterano capitán será trabajo de Dani Rodríguez y un Lluís Costa dinamizador del juego verdiblanco, que suele darle el relevo a su compañero para cambiar el ritmo del partido tras el intercambio de golpes inicial.
Será el momento de los Bropleh, Dee y Obi, referentes ofensivos que deben dar un paso adelante ante una de las mejores defensas del campeonato. Y es que el Bilbao es el conjunto que menos puntos encaja en lo que va de liga, si bien quizá tendrá enfrente a la que en este momento puede ser la mejor defensa. No en vano, el Betis puso la directa cuando empezó a emplearse a tope atrás y de los últimos 14 partidos, precisamente desde la visita del Bilbao a San Pablo (70-64), diez no llegaron a los 70 puntos y de los otros cuatro sólo uno llegó a 80.
En ese aspecto Borg, Samb y Pablo Almazán imprimen al equipo una intensidad capaz de echar del partido a cualquier rival y por ahí empezó a fraguarse esa espectacular racha de 18 triunfos consecutivos que es un aval para creer en el equipo, aunque no un seguro.
Ahí entra el trabajo mental de Curro Segura, que mantiene a toda la plantilla enchufada y, aparcada la Liga, le ha metido en vena a los jugadores la importancia de ganar un encuentro que, independientemente de la categoría, es una final. Y de las finales sólo se recuedan a los campeones. El ascenso llegará, el récord quedará para siempre y la Copa Princesa puede ser el inicio de todo.
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