Curro Segura: "El objetivo hoy es el mismo que el de agosto, pero la Copa es un plus"
Betis Energía Plus-Bilbao Básket
Para el técnico granadino el ascenso a la ACB es el reto primordial este curso, pero reconoce que la posibilidad de ganar un título "es una motivación especial"
"Hay mucha ilusión en la afición y en el equipo", afirma
Curro Segura (7-04-1972, Granada) llegó a Sevilla dispuesto a soportar "desde el primer día" la presión de tener que ascender de nuevo a la ACB. Está en la buena senda, pero por el camino se ha topado con la posibilidad de hacer historia, más allá de los récords. La Copa Princesa es una gran oportunidad para eso y con ella tiene, además, una historia personal (dos derrotas) que, aunque no pesa en el recuerdo, le ha dejado en el pasado un mal regusto que quiere quitarse esta campaña. Con la filosofía de centrarse en el hoy más que en el mañana, el momento, ahora sí, ha llegado. El de su Betis Energía Plus y el suyo, para un experimentado técnico que ha vivido ya de todo, porque un título siempre suma, aunque nada lo aparta de su destino final: "Estamos aquí para volver a la Liga Endesa".
–En verano subir era una obligación. ¿Pero que suponía entonces la Copa Princesa?
–En realidad era un segundo objetivo. Un primer paso para lograr el ascenso. Ganar la Copa tiene el premio de asegurarte el factor campo en el play off y para un equipo que opta a subir es un valor añadido. Era un reto secundario, pero objetivo al fin y al cabo, y estamos satisfechos. Satisfecho de estar y de ser los anfitriones.
–Juegan en casa, son líderes, llevan 18 triunfos seguidos... La mayoría de la gente les da como favoritos. ¿Ve presión en sus jugadores o ilusión por hacer historia?
–Hay una presión, claro, pero creo que es positiva por agradar a nuestra afición, que se merece disfrutar de ese partido en casa. Si se gana, será una alegría para la afición, que tanto ha sufrido en los últimos años. ¿Presión por jugar en casa? Prefiero jugar aquí y tener esa presión que hacerlo en Bilbao.
–¿Cree que los jugadores saben lo que supone para el club ganar este título?
–Si tuviera que definir el estado de la plantilla con una palabra sería ilusión. El vestuario sabe lo importante que puede ser esto y, además, sería un primer premio al trabajo que está haciendo.
–Nadie se acuerda de los perdedores en las finales. ¿Sería una decepción no conquistar la Copa Princesa?
–Lo que no tenemos que hacer es euforia si ganamos ni dramatizar si perdemos. Emocionalmente, estamos preparados para las dos cosas, porque sabemos que enfrente tenemos un rival muy complicado y que tenemos otra meta ambiciosa en la temporada aún. Pase lo que pase, el domingo de la semana que viene iremos a ganar a Palma y desde el lunes seguiremos trabajando en pro del gran objetivo del curso, ya sea habiendo celebrado un título u olvidando que perdimos el partido.
–Será su tercera participación en la Copa Princesa. Una final perdida y adiós en unas semifinales siendo anfitrión. ¿Tiene una espinita clavada?
–No la tengo clavada porque el objetivo principal en ambos casos era otro. Sin ganar la Copa Princesa las dos veces ascendí. Sería una pena, de verdad, no conseguir el trofeo, pero el final del camino es otro.
–¿Imagina un Betis Energía Plus-Bilbao Básket a cara o cruz?
–Podría darse perfectamente, pero hasta el momento el equipo ha afrontado partidos de todo tipo: igualados, derrotas sin perderle la cara al choque, victorias amplias, a pocos puntos, a muchos puntos, en la prórroga..., y siempre nos adaptamos. Estamos preparados para cualquier escenario y si es apretado el ambiente en San Pablo será un plus para nosotros.
–¿Le gustaría que lo recordaran como el entrenador que logró el primer título del club o como el que materializó el ascenso?
–Puestos a elegir, mejor por las dos cosas. ¿Por qué no? Sin embargo, miro más allá y lo que sí que me gustaría sobre todo es que se me recordara por ser el técnico que devolvió al Betis a las competiciones europeas, la Copa del Rey y a los play off de la ACB.
–Suena ambicioso y para ello necesitará tiempo. ¿Ve al club con los recursos y, sobre todo, con la intención (el Real Betis) para poder hacerlo?
–Creo que la entidad siempre está dispuesta a que las cosas se hagan bien y seguro que tiene el interés y la intención para poner los recursos necesarios para que eso ocurra. No me cabe ninguna duda de que las cosas se están haciendo bien y de que se seguirán haciendo bien para que la sección continúe creciendo, que es la intención y el objetivo de todos.
–¿Cómo se mantiene la ambición y la tensión en una plantilla que en la liga ve al segundo a cinco victorias de distancia?
–Estamos siendo autocríticos con nuestro juego. Con nuestra forma de defender y de atacar. Somos ambiciosos en la mejora individual y colectiva y con esa visión analizamos los partidos, se gane o se pierda. Creo que siempre se aprende mucho más de las derrotas, pero este año estamos obligados a aprender de la victoria y para ello debemos ser muy exigentes con nosotros y los demás.
–¿Ve al Bilbao en esta final como un lobo con piel de cordero?
–Puede ser. Es lo normal para quitarse presión, pero sabemos de la dificultad que conlleva el encuentro y el rival por la calidad de sus jugadores. Para nosotros no va a influir la idea que tenga de nosotros el Bilbao sobre cómo plantearemos el partido.
–Menos mal que Mumbrú no juega...
–Seguro que ayudaría a su equipo. Está fino y siempre fue muy competitivo. La situación fue la ideal para que él tomara las riendas del equipo. Allí está como en su casa, se retiró tras un mal año y con el descenso la presión era otra. Realmente lo está haciendo muy bien en un debut difícil.
–Pero la de entrenador es una profesión dura. Normalmente se tiene poca memoria en el deporte cuando se trata de recordar el trabajo de un técnico cuando los resultados son malos.
–Mucha menos de la cuenta. En Europa hay una cultura de vivir del resultado en el deporte de élite que, por ejemplo, no se da en Estados Unidos seguramente porque la estructuración de las ligas profesionales son distintas, sin ascensos ni descensos, por ejemplo, en la mayoría de los casos. Los proyectos en los que se construye y se trabaja a medio y largo plazo son mínimos, cuando eso puede dar sus frutos con el tiempo. Se debería trabajar más con esa idea de construir.
–Le ha pasado a su amigo Pedro Martínez en el Baskonia.
–Es un ejemplo de esa poca memoria que hay en el deporte, pero no es el único caso. A veces surgen las prisas y los objetivos cortoplacistas hacen que los clubes tomen esas decisiones que como entrenador no comparto. Pedro es de los mejores técnicos que hay en España e hizo mucho por el Baskonia. Seguro que pasa página porque no le faltarán las propuestas.
–¿Cuándo se empezó a hablar en el vestuario de la Copa Princesa?
–Pese a que nos clasificamos con antelación, en el vestuario siempre hablamos del próximo rival. No hizo falta decirlo, porque todos los jugadores están bien mentalizados. La semana pasada hablábamos de ganar al Araberri, de parar a Robinson, de lograr la decimoctava victoria seguida... Desde este lunes comenzamos a centrarnos en el Bilbao y la Copa Princesa. Pero nunca lo prohibí. No hizo falta.
–Una final puede ser impredecible. ¿Qué le preocupa que no pueda controlar?
–No hay un solo aspecto en especial. El Bibao es un conjunto con mucha calidad y cuenta con jugadores peligrosos en todas las posiciones. Hay que hacer las cosas muy bien para ganar, porque en una final los pequeños detalles marcan la diferencia entre ganar o perder.
–Actualmente es de los peores equipos desde el triple aun teniendo buenos especialistas. Cómo tengan el día...
–Ya nos pasó con el TAU Castelló. Tuvieron su día. Si eso ocurre debemos dar buena respuesta para meter una canasta más que ellos.
–Si pudiera borrar del acta a un jugador del rival, ¿cuál querría que no jugara?
–Prefiero que jueguen todos, porque suele pasar que cuando alguien no está el resto se crece. Nos pasó contra el Valladolid, que sin Gantt ni Hayes otros jugadores dieron un paso adelante tomando un protagonismo que no solían tener.
–Desde el verano se habla en el Betis de poner las bases de un proyecto de futuro. ¿Además del ascenso, que no es poco, qué pilares se han puesto ya?
–Desde el club se inició un proyecto serio para dar un paso adelante y la dirección deportiva los está dando. Hay un trabajo muy bien estructurado desde la cantera al primer equipo y de captación de jugadores para crecer en ACB.
–¿Se ve ya en la Liga Endesa con el Betis?
–Me veo jugando una Copa Princesa con el Betis y después 13 jornadas más de liga en la LEB Oro.
–El final del camino esta temporada es el regreso a la ACB, pero la para de Copa será un plus, ¿no?
–Es un plus que a todos nos ilusiona y una oportunidad para que la ciudad se enganche al baloncesto de nuevo.
–¿Cuál es el secreto de este Betis renovado al 100% (12 jugadores y un técnico nuevos) que parece un equipo forjado desde hace años?
–Ahí hay una labor conjunta desde la dirección deportiva hasta todo el cuerpo técnico, médicos y de los propios jugadores de ir a por un objetivo común. Lo colectivo está por encima de lo individual y todos lo han entendido. La ambición no es meter una canasta más que el compañero, sino que el equipo gane. Hay una gran química en el vestuario forjada en el día a día que gana partidos.
–Complete la frase: de la plantilla me iría a la guerra con...
–Con los 12 con los que voy a cada partido. Estoy demostrando confianza en todos, porque ellos me responden. Todos están siendo importantes en algún momento y saben que cualquiera puede tener su momento en cualquier encuentro. No sabemos qué día será el de uno u otro, pero los 12 están preparados para sumar y cambiar un partido, como ya ha pasado.
–Complete de nuevo: de la plantilla me iría de fiesta con...
–La mejor fiesta será en la que estemos todos juntos. Espero que la primera sea el sábado.
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