El Betis Baloncesto también gana sufriendo (82-66)
El marcador no refleja lo duro de un encuentro ante un Cartagena que sólo hincó la rodilla en el último cuarto tras el 58-56
Al contrario que en Torrelavega, esta vez el Betis Baloncesto sí supo sufrir para sacar adelante un duro encuentro en el que las 18 pérdidas y los errores en tiros cómodos le complicaron la vida a los de Gonzalo García de Vitoria, todo ello sumado a la intensidad y lucha de un recién ascendido como el Cartagena que peleó durante tres cuartos para acabar hincando la rodilla sólo al final. El 82-66 no refleja lo igualado de un partido que tras una canasta de Ugochukwu puso el 58-56 al inicio del último cuarto, pero entre Jelinek, Benite y un genial Renfroe acabaron con la resistencia del peleón conjunto de Jordi Juste.
Sólo en este último parcial impuso el cuadro hispalense su teórica superioridad, cuando al Cartagena se le acabó la gasolina en defensa y los jugadores verdiblancos entendieron que era el momento de dar el golpe. Y fue un veterano como Renfroe, a sus 38 años, quien dio el paso adelante para dirigir, anotar, robar, rebotear saltando más que nadie y asistir en esa acción a Benite para que con un triple pusiera el 72-61 con el que el cuadro rival se dio cuenta que hasta ahí llegó.
Pero hasta ese momento lo pasó muy mal el Betis Baloncesto, especialmente en el segundo y tercer cuartos en los que no leyó bien el partido y empezó a atacar mal permitiendo al rival, que en el primer acto había perdido la batalla del rebote, correr y anotar en transición ante los malos balances defensivos de los béticos, que además cometían tontas faltas fruto de la impotencia.
Con 18 pérdidas y un triste 7/27 en triples sólo tener enfrente a un rival con la lógica limitación que le da su presupuesto permitió al cuadro bético mantenerse en el choque, porque tampoco aprovechó el Cartagena los peores momentos de los locales, que sentenciaron al final, no sin problemas y con Jelinek lesionado en el tobillo, un duro encuentro en el que supo sufrir.
Y todo tras un buen primer cuarto en el que el juego verdiblanco funcionaba. La bola se movía con velocidad en ataque encontrando buenas posiciones de tiro y atrás la intensidad defensiva impedía al rival correr y sentirse cómodo con un baloncesto de alto ritmo. Con De Bisschop distribuyendo juego por el centro y Jelinek muy fallón desde el triple, era Hughes quien marcaba el paso aunque sin que su equipo llegara nunca a abrir brecha. Un triplazo de Doménech desde la esquina, después de salvar una pelota y lanzar en carrera nada más recibir puso el 17-10 y dos acciones individuales de Cvetkovic colocaron el 21-12 al final del primer cuarto, a pesar de las seis pérdidas (y ninguna recuperación) que señalaban que las cosas no se estaban haciendo del todo bien frente a un rival que cerró los primeros 10 minutos con un 2/12 en triples.
Brecha abierta. Lo más difícil parecía hecho. Pero no. El conjunto de Jordi Yuste ajustó su defensa, mucho más agresiva hasta el punto que permitían los árbitros, mal en los dos lados pitando faltas realmente quisquillosas, y el conjunto bético entró en barrena. Cinco minutos justo tardó Renfroe en lograr la primera canasta en juego. Antes sólo Kasibabu anotó desde la personal y el Cartagena se dio cuenta de los problemas de los locales, que todavía llegó a mitad de cuarto mandando, pese a todos los errores en el tiro, por 29-21.
Pero el Betis no funcionaba y acabó de descoserse en el tramo final del segundo acto con malos ataques que propiciaban peores balances defensivos y faltas tontas que permitían tiros adicionales con los que Gabriel Gil puso a los suyos por primera vez por delante (31-33). Contestó Cvetkovic con un triple frontal (el segundo de todo el equipo en el cuarto) y Gabriel Gil repitió desde la pintura para poner el 34-34 al descanso aprovechando el Cartagena las 10 pérdidas heliopolitanas en la primera parte para soñar con la machada en Sevilla.
Tras la reanudación Jelinek lideró un 8-0 que parecía ser el despegue, pero el Cartagena se rehízo, devolvió el parcial pero sin llegar a ponerse por delante gracias a las pariciones puntuales de Hughes o Cvetkovic, con Kasibabu y De Bisschop con problemas para cerrar el rebote y sin ayudas ante los 2,13 metros de Smallwood, que puso el 54-53 antes de que Benite y Jelinek cerrasen el tercer cuarto con 58-53.
Un 2+1, otro más, de Ugochukwu, colocó el 58-56, pero salió entonces el mejor Betis Baloncesto. El que ha aprendido a sufrir, el que se rehace para entender de nuevo que desde la defensa parte todo, especialmente cuando no se está acertado en ataque. En ese momento Renfroe con dos robos, cinco puntos y un tremendo rebote para asistir a Benite sellaron el principio del fin. No pudo aguantar ya el último tirón el Cartagena, que se quedó en 13 puntos en el último cuarto, como los 12 del primero, cuando mejor defendió un Betis Baloncesto que se agarró al partido y mostró que también sabe ganar sufriendo.
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