El Betis Baloncesto se desata contra el Castellò (60-94)

El conjunto verdiblanco, aun con cuatro bajas, barre a su rival desde una activa defensa y el acierto de Cvetkovic, Benite y Hughes

El serbio rompió el partido en el primer cuarto y el trabajo de todo el equipo impidió al rival jugar a alto ritmo que acostumbra

Benite lanza ante Etxeguren.
Benite lanza ante Etxeguren. / M.G.

01 de diciembre 2024 - 13:53

Cuando se ponía el foco en las bajas del Betis Baloncesto, sin los lesionados Jelinek, Pablo Marín, Álex Suárez ni el sancionado Radoncic, cuando Gonzalo García de Vitoria avisaba del peligro de un rival que jugaba a un alto ritmo, lo que peor le viene a su equipo, apareció el modo rodillo heliopolitano para demostrar que el conjunto verdiblanco está rodado y juega de memoria, con sus piezas entendiendo qué y cómo deben hacer las cosas, los roles definidos y todos redoblando esfuerzos porque es lo que exige defender este escudo. Así pasó por encima de un Amics Castelló que aguantó cinco minutos. El tiempo que tardó primero Cvetkovic en marcar las primeras diferencias y después Benite y Hughes en dar la puntilla. El triunfo por 60-94 fue incontestable, pero lo mejor fue la demostración que dio una plantilla unida que ya es un equipo que afronta unido las adversidades.

Con ocho jugadores en la plantilla, nueve contando el alta de Kulishenko (no como vinculado del filial, porque no se lo permite la FEB, sino como nueva alta), el Betis Baloncesto debía imponer su defensa para no caer en el ritmo frenético al que le gusta jugar al Castellò. Le costó de inicio, con intercambio de canastas y muchas pérdidas de ambos lados fruto de la precipitación, con un Benite fallón y Hughes aguantando el tipo en ataque. El escolta norteamericano colocó el 9-9 con un 2+1 y el conjunto local se puso con 13-9. Ahí cambió el encuentro con la entrada a pista de Cvetkovic.

El serbio está siendo uno de los jugadores más destacados y regulares del cuadro verdiblanco. Hace de todo y pocas cosas mal. Con él al mando de las operaciones el Betis impuso el control necesario. Pausa cuando tocaba, contras rápidas cuando se podía. Y puntos. Lideró un 0-13 de parcial con 11 puntos de sus manos y sin fallo para acabar el cuarto con 15. El base balcánico rompió el encuentro ante un rival que no encontraba la fórmula para frenarlo ya fuese con él solo en la dirección o junto a Renfroe, una fórmula a la que el preparador heliopolitano le está cogiendo el gusto. Con la primera canasta de Benite al final de los primeros 10 minutos de juego el cuarto finalizó con un prometedor 15-28.

Lo más complicado parecía hecho: no caer en la trampa del Castellò y abrir una brecha para jugar con tranquilidad. Y el guión no cambió. El cuadro local quería correr pero no paraba de acumular pérdidas (14 al descanso), lo que permitía a los béticos finalizar a la contra y evitar que el rival corriera. Cinco contra cinco le costaba un mundo anotar a la escuadra levantina, que no encontraba soluciones con Guillem Arcos ni Joan Faner. El interior Stutz era el único que hacía daño, pero el Betis seguía encontrándose cómodo con De Bisschop encontrando su vena asistente y Doménech anotando un triple contra tabla sobre la bocina de posesión que hizo daño (19-34).

Frederic Castellò, entrenador local, no sabía cómo cambiar la dinámica. El problema no era tanto frenar al Betis en ataque sino encontrar su ritmo de juego. No corría y con la defensa posicionada no encontraba líneas cómodas de pase ni un anotador fiable. La tercera personal de Doménech lo mandó al banco, ya que con ocho jugadores no podía permitirse García de Vitoria más bajas en el partido y lo mandó al banquillo por un Rubén López que ayudó a cerrar el rebote. Pero seguía fuera del encuentro el cuadro castellonense y Hughes apareció para rematarlo y poner el +27, máxima renta en ese momento (22-49), aunque el Castellò llegó a reducir la desventaja a 20 puntos al descanso (29-49). La defensa bética había desactivado por completo al rival.

El choque estaba decidido, pero había que disputar 20 minutos más. Unos y otros seguramente habrían firmado un armisticio de haber podido, pero había que jugar y el cuadro local intentó minimizar daños. Dio un paso más en la presión intentando sorprender al Betis, pero el equipo de Gonzalo García de Vitoria, con la lección aprendida de Cantabria, no bajó el ritmo. Ni en defensa ni en ataque. El Castellò seguía sin encontrar tiros cómodos con las ayudas béticas llegando casi siempre y en ataque los heliopolitanos seguían con el mazo, con Hughes y Benite anotando de forma compulsiva divirtiéndose sobre la pista y quitándose de encima la tensión previa por las bajas y lo dureza que se esperaba del encuentro. Las distancia en el tercer cuarto se puso por encima de los 30 puntos, con la máxima de 36 (39-75), para afrontar el acto final con un 42-78 a favor.  

Los minutos de la basura, con las defensas ya muy relajadas (hasta un +44 campeó en el marcador con el 50-94)para evitar alguna lesión, sirvieron para que Kulishenko debutara por fin con el Betis anotando incluso sus primeros puntos en la zona y para que Hughes acabara como máximo anotador y Gonzalo García de Vitoria siguiera con tensión desde el banquillo el encuentro para impedir la relajación de los suyos. Exigencia hasta el final, aun cuando el rival quedó desactivado muy pronto por un Betis desatado en ataque y firme en defensa.

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