Betis Baloncesto | Aviso en Santiago para navegantes (71-67)
En el peor partido de la temporada en ataque el equipo verdiblanco cayó con el Obradoiro en un final con polémica por la resolución de una falta de Davison a Kasibasu, saldada con técnica al pívot visitante
Santiago de Compostela/En el peor partido de la temporada del Betis Baloncesto, vaya por delante, los árbitros dieron vida a un Obradoiro muy nervioso tras ver que había perdido un +10 y se le había complicado el choque en la recta final en una jugada decisiva en la que beneficiaron al infractor, decidiendo un choque que el equipo gallego se llevó por 71-67 en un final ajustado.
Igualado, pero que cayó del lado local gracias al favorcillo del trío arbitral, caseros en el momento decisivo. Y es que tras verse 60-50 abajo en el último cuarto, con Renfroe, Benite y Cvetkovic desaparecidos en combate, Kasibabu, desde la defensa y la briega bajo los tableros fue reduciendo la renta. Frenó bien una penetración de Stevic y atacó el cuadro verdiblanco con 65-64 para ponerse por delante a poco más de un minuto y medio de la conclusión. En un bloqueo para que recibiera Hughes, Davison sacó la zarpa para sacudir al congoleño, que se revolvió para encararse con el infractor, sin pasar más allá de poner la cabeza contra la cabeza uno y otro. El escolta estadounidense puso cara de bueno, estuvo torpe el pívot y picaron los que supuestamente son los encargados de impartir justicia: falta del jugador del Obradoiro sobre un rival con con 50% desde la personal y técnica para el bético. Resultado, de atacar para ponerse por delante Davison fue el más listo, anotó su tiro libre y Kasibabu sólo metió uno. Después regalaron dos tiros libres más a Quintela, el aro escupió el triple de Hughes y Micovic sentenció desde la esquina poniendo el 71-65 que Benite maquilló al final (71-67) por aquello de lo importante que pueda ser el basket-average en el futuro.
Pero el encuentro se empeñó en perderlo un Betis fallón como ningún día, con un Benite que debe aprender a tomarse un descanso en el tiro cuando no tiene el día y sin dirección desde la posición de base con Renfroe y Cvetkovic perdidos. Y eso que entró bien al partido un Betis muy dinámico en ataque, encontrando al tirador liberado para que desde el triple Hughes y Benite pusieran pronto el 7-15 en toda una declaración de intenciones, aprovechando las bondades de la defensa local, mal en las ayudas para que el cuadro visitante encontrase siempre una posición cómoda de tiro.
En ese momento entró Balvin. Cajista de corazón, pero ahora del Obradoiro por contrato, que es lo que cuenta. Y el checo se presentó en el partido con un triple. Lo nunca visto por San Pablo. Ante la gran defensa sobra el tirador Davison, eran curiosamente los hombres grandes los que anotaban desde fuera, ya que antes un 2,13 metros como Stephens había clavado otro. Radoncic replicó desde el triple también y Kasibabu cometía la segunda falta en ataque de un bético haciendo el bloqueo. La otra fue de De Bisschop. El tardío pasito lateral los delata. Pese a ello, las concesiones gallegas permitieron al Betis ponerse con +10 (10-20) con el triple de Benite, el cuarto de su equipo en cinco lanzamientos, pero empezó a encadenar pérdidas el cuadro verdiblanco (3) y un 2+1 de Balvin y otro palmeo en el rebote permitieron a los de Santiago cerrar el primer cuarto minimizando daños (18-23).
En el segundo acto se le bajó la persiana al Betis. Y no porque errara en el movimiento del balón, sino que el problema era de ejecución. Fallaban solos tiros muy claros, demasiado, e incluso se perdonaba desde el tiro libre (1/6 al descanso). En cinco minutos de cuarto sólo un mate de De Bisschop y un tiro libre de Kasibabu campeaban en el marcador heliopolitano, lo que permitió al Obradoiro empatar primero, para después, recuperar la delantera otra vez haciendo daño por dentro, aprovechando en este caso los centímetros de Stephens para tomar el camino de los vestuarios con 33-32 tras el enésimo fallo de Benite sobre la bocina. El brasileño, que no erró en el primer cuarto (2/2 en tiros de dos puntos y 1/1 en triples), no metió nada en el segundo (0/2 y 0/4, respectivamente). Se echó en falta más tiempo en pista de Hughes y la aportación de un Cvetkovic apagado en una rotación corta, ya que ni Pablo Marín ni Doménech pisaron el parqué.
Entró entonado en el choque tras el paso por los vestuarios y con un 0-9 amagó con marcharse (33-42). Pero no fue más que eso, un amago, como la canasta de Benite en ese parcial. Un espejismo. El Obradoiro reaccionó tras el tiempo muerto de su técnico, Gonzalo Rodríguez, con otro empujoncito de parte de los colegiados con una rigurosa antideportiva a Cvertkovic por sacar un poco el brazo ante la defensa de Sergi Quintela. Una acción de juego cualquiera que pasó de ser un ataque bético con 39-44 a dos puntos desde la línea del 4,60 y el triple de Davison para empatar el choque (44-44).
No se recuperó el cuadro heliopolitano, que empezó a atacar de forma muy individualista cuando ninguno de sus referentes salvo Hughes estaba fino. Así se acabó el tercer acto con 52-46 y con otro chispazo de Davison y los puntos de Stevic el Obradoiro se vio con ese 60-50. Fue Kasibabu quien puso un poco de garra atrás y con ese poquito y los regalos de Andronikashvili, fallón como un bético más y al que le perdonaron una antideportiva clara en esa reacción sevillana por un manotazo de época a Kasibabu. Y es que es mejor hacerle falta clara queriendo al congoleño para que no anote fácil bajo el aro que dejarlo levantarse. Vamos, la filosofía clara de lo que debería perseguir una antideportiva. Pero fue el Betis y sus errores el principal responsable de perder en Santiago, lo que no está reñido con que el Obradoiro se viera beneficiado en una jugada clave a la postre.
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