Joaquín Rodríguez, un MVP de la LEB Oro a precio de saldo

Betis Baloncesto

El escolta uruguayo dejará en la caja unos 50.000 euros, pero es difícil asegurar quién cobrará ese dinero

El bético Joaquín Rodríguez trata de superar la defensa del base de Estudiantes Alec Wintering.
El bético Joaquín Rodríguez trata de superar la defensa del base de Estudiantes Alec Wintering. / José Ángel García

Sevilla/Con el quinto partido de la eliminatoria ante Estudiantes perdido Joaquín Rodríguez se marchaba al banquillo, eliminado por las personales, con los ojos llorosos, mitad por la derrota y el cierre al curso mitad porque sabía que era el adiós a un club que le abrió las puertas de par en par a su futuro en el baloncesto europeo.

El uruguayo llegó al final del pasado verano con la vitola de ser un jugador de una interesante proyección. Internacional con Uruguay ya, los problemas con el pasaporte italiano le impidieron jugar las cuatro primeras jornadas de liga, pero entonces tiró del lado español del árbol genealógico para no contar como extranjero y poder jugar..., y de paso disponer de una condición fundamental en el futuro abordaje de la ACB.

Firmó por tres temporadas. Pero los contratos largos no existen en baloncesto. En realidad era un 1+1+1 en el que cada verano las dos partes tenían opciones para acabar con la vinculación. Después de la campaña que ha hecho, especialmente la segunda parte de la liga, su lugar está lejos de Sevilla, donde nació su hija, lejos del Betis. Se lo ha ganado.

¿Pero cuánto vale fichar a un MVP de la LEB Oro? Poco. Hay que darle el mérito al Betis Baloncesto en haber reclutado a Joaquín Rodríguez antes que nadie. En el Obras Sanitarias de Argentina dio el primer paso al profesionalismo en 2020, a jugar lejos de su entorno, lejos de casa, una prueba de fuego que superó con creces, pero pasó desapercibido del foco de los grandes clubes europeos. Era un diamante por pulir y nadie se atrevió a dar el paso antes que el conjunto sevillano, que vio en él un jugador de presente y de futuro.

Pero sus números en todas las facetas y carácter, más allá de sus puntos, derribaron la puerta de la Liga Endesa con actuaciones sobresalientes en las que una característica sobresalía por encima de todas: carácter. Eso no se entrena. Se tiene o no. La ambición vale dinero y a quien apueste por él no le saldrá nada caro en la relación calidad-precio. La salida del Betis ronda los 50.000 euros, una cantidad que ya estuvo a punto de poner algún equipo durante la temporada para que el proceso de adaptación a una categoría superior fuese ya en esta temporada y llegase al curso que viene ya rodado.

Pero al final se quedó y se marcó como último servicio llevar al Betis Baloncesto a los play off. Cumplió llevando al equipo a un triunfo ante Fuenlabrada que celebró con la grada y con un triple sobre la bocina contra Valladolid que valió una victoria y celebró de la misma forma. Hacía tiempo que la afición sevillana al baloncesto no se identificaba tanto con un jugador. Quizás desde la época de los niños que hoy son hombres como Willy Hernangómez, Porzingis o Satoransky. Palabras mayores. Y eso lo ha conseguido en un solo año.

Ahora el club que apostó por él se embolsará unos euros que no vendrán nada mal ante su incierto futuro. Pocos para el nivel que ha ofrecido. Una ganga para cualquier conjunto de la Liga Endesa que quiera comprar calidad y carácter a precio de saldo y con pasaporte español. La duda es quién ingresará el dinero: una sección en venta, el club matriz, un dueño en busca y captura por la justicia o el grupo inversor que llegue, si llega alguien. Un galimatías que alguien sabrá cómo se resuelve, pero del que nadie dice nada.

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