Estudiantes - Betis Baloncesto: Un gran orgullo pase lo que pase

Betis Baloncesto

El conjunto verdiblanco se juega el billete a la Final Four de ascenso en el quinto partido contra Estudiantes

La defensa y la pelea por los rebotes, claves en un encuentro en el que el criterio arbitral está en el foco

Savignani espera un partido que será "una auténtica guerra"

Más de un centenar de aficionados béticos en el WiZink

Joaquín Rodríguez y Pablo Almazán se abrazan tras la última victoria ante Estudiantes en San Pablo.
Joaquín Rodríguez y Pablo Almazán se abrazan tras la última victoria ante Estudiantes en San Pablo. / Betis Baloncesto

Sevilla/Tres, dos, uno… No es una cuenta atrás, sino los partidos que le pueden quedar en esta extraña temporada al Betis Baloncesto, que se juega ante Estudiantes en Madrid (20:00) hacerse con el billete para la Final Four por el ascenso de la LEB Oro. Llegar hasta aquí ya es un éxito para un equipo al que en diciembre daban por muerto y que supo creer en sí mismo como nadie al son que marcaban Joaquín Rodríguez, Polanco y Faggiano, pero el éxito de este final de curso no es sólo de ellos sino un logro colectivo de todo el vestuario, que se encerró en su particular búnker para que los problemas del exterior, muchos y variados, no les afectasen y llegar a hasta esta cita clave con la fe y la ilusión por las nubes.

El colectivo, el equipo, la familia, como ellos mismos definen el grupo formado, está por encima de todo. Porque pone el mismo sentimiento un canterano de Dos Hermanas como Pablo Marín que un dominicano nacido en el Bronx como Polanco; porque celebra un triunfo un capitán que lleva seis campañas vistiendo de verdiblanco como Pablo Almazán igual que un uruguayo como Joaquín Rodríguez cuyo paso por Sevilla, pese a lo efímero, ha marcado a la afición. Y en ese pilar se sustenta el conjunto verdiblanco, capaz de reponerse si alguno de sus jugadores clave no está acertado, porque siempre hay alguien que da el paso adelante para mantener el nivel de competitividad y lucha que lo ha llevado a forzar el quinto partido de la serie cuando en la capital de España se veían organizando la Final Four.

Los equipos se conocen. Se han enfrentado ya cuatro veces en menos dos semanas y poco van a sorprender táctica o individualmente al rival. Tiene, sobre el papel, más piezas Pedro Rivero con Francis Alonso, Wintering, Dee, Larsen, Murphy, Ferrando, Leimanis, Caffaro…, pero es más equipo el Betis Baloncesto. Demasiado a veces cuando se busca un pase imposible para seguir compartiendo la pelota provocando pérdidas que dan alas al contrario. Es una de las situaciones a mejorar por el cuadro heliopolitano, que no puede regalar nada a Estudiantes más de lo que se pueda encontrar el cuadro local por aquello de jugar en casa con el apoyo de su afición. Debe jugar el conjunto de Bruno Savignani con esa presión extra de los colegiales, que era favoritos en la eliminatoria y ahora llegan al quinto encuentro con dudas y sin margen de error. Todo lo contrario que el cuadro sevillano, para el que ya era un éxito jugar los play off y los afrontó sin miedo alguno, sólo con una ilusión que lo ha llevado a este cara o cruz.

36 tiros libres lanzó el Estudiantes más que el Betis en los dos primeros partidos de la serie disputados en Madrid

El rebote será otra de las claves del choque. Lo dominó el Betis en el cuarto enfrentamiento y desde ahí controló y gobernó todo el partido apoyado en una intensa defensa que deberá repetir en la medida en la que los colegiados lo permitan. Y es que no es baladí este asunto, porque repite en el trío arbitral el que fue colegiado principal en el primer duelo, en el que una serie de decisiones polémicas a favor de Estudiantes decantó un encuentro igualado.

Y es que en el último duelo fue el único de estos cuatro en el que Estudiantes acabó con más faltas que el Betis (22-25), pero ahora en Madrid puede cambiar todo porque en los dos primeros choques a los béticos les pitaron 53 personales por sólo 34 a Estudiantes. De ahí una clara diferencia en los tiros libres en los partidos disputados en Madrid: 48/63 para los colegiales y 23/27 para los sevillanos. Esto es una diferencia de 36 tiros libres lanzados de más por Estudiantes en los dos encuentros jugados en Madrid, un dato que se extiende a toda la serie: 85/116 para los de Pedro Rivero por 57/78 para los de Savignani. Forzar el quinto encuentro con 38 tiros libres menos es de un gran mérito.

Por eso es por lo que la plantilla heliopolitana ha hecho suyo el lema de contra todo y contra todos y que el técnico bético hable de que les espera "una guerra". Una guerra en la que las ayudas para frenar a Larsen cerca del aro son fundamentales, así como la actividad en primera línea para minimizar a Wintering y la defensa exterior para evitar que Dee, Leimanis o Francis Alonso encuentren situaciones claras para lanzar de tres puntos. Le cuesta más a Estudiantes cuando no puede correr, por lo que evitar pérdidas y contragolpes claros es fundamental para un Betis que sabe moverse en marcadores ajustados e incluso ha demostrado que con desventaja no se va de los partidos.

Todo se decide en un cara o cruz, cierto, aunque pase lo que pase nadie podrá poner un pero a un equipo, del primero en la pista al último asistente en el banquillo, que se ha dejado el alma por un escudo y unos colores como no han hecho sus dirigentes en toda la temporada. El orgullo de la afición se refleja en esos cientos de aficionados, autobús desde Sevilla incluido, que apoyarán al equipo en el WiZink porque el Betis Baloncesto ha vuelto a generar un sentimiento de orgullo entre sus seguidores que bien merece este esfuerzo. El equipo se lo ha ganado con su sudor y por ello será para estar orgulloso de él gane o pierda.

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