Estudiantes - Betis Baloncesto: Golpe de realidad en el Wizink (98-73)

Betis Baloncesto

El conjunto verdiblanco cayó de forma estrepitoso en el segundo encuentro en Madrid y se vuelve a Sevilla con un 2-0 en contra en la eliminatoria

El mayor potencial ofensivo de Estudiantes se notó con los referentes béticos apagados en ataque

Joaquín Rodríguez busca un compañero al que pasar la pelota en el duelo ante Estudiantes.
Joaquín Rodríguez busca un compañero al que pasar la pelota en el duelo ante Estudiantes. / Betis Baloncesto

El Betis Baloncesto se viene a Sevilla con un 2-0 en contra en la eliminatoria de play off y con una paliza en el zurrón, después de perder ante Estudiantes por 98-73 en el Wizink bajando los brazos de una forma preocupante. No apareció nadie en el conjunto verdiblanco. Tampoco la garra del colectivo y el cuadro colegial pasó por encima de un rival que entregó demasiado pronto la cuchara, empezando por Bruno Savignani con sus rotaciones, fiándolo todo a San Pablo para intentar alargar una serie que se pone cuesta arriba. Muy cuesta arriba.

Porque el 2-0 no duele tanto como la pobre imagen del equipo ofrecida en este segundo encuentro, en el que solo secundarios como Pablo Marín o Dedovic mantuvieron el tipo y sacaron orgullo. Un parcial demoledor de 29-6 en siete minutos del segundo cuarto acabó con el Betis Baloncesto. Cuando parecía que mejor pintaba la cosa con el 21-32, apareció Francis Alonso para dejar el triunfo en casa y el choque casi decidido al descanso (50-38), no tanto por el marcador sino por el hambre que mostraban unos, sirva como muestra la forma de atacar el rebote ofensivo, y la indolencia de los otros.

Lo normal cuando en una rotación corta y con menos jugadores decisivos pierdes a una pieza como Kuksiks, un peligro en el perímetro, y la alternativa es un Almazán al que los rivales flotan en el triple normalmente. Lo normal cuando frenar a referencias como Larsen, Wintering o Dee no es suficiente porque el conjunto contrario cuenta con más armas como Alonso, Ferrando o Leimanis y el apagón de Polanco o Joaquín Rodríguez es como un tiro en el pie en el Betis Baloncesto. Incluso Savignani lo vio tan claro que tiró la segunda parte dando mucho descanso a sus hombres clave, pensando en el tercer y decisivo encuentro en San Pablo. Vivir o morir. Ganar o decir adiós.

El Betis Baloncesto empezó mucho más metido en el encuentro que en el partido del viernes, cuando le costó entrar. Con Larsen bien defendido con continuos dos contra uno, era Leimanis quien asumía el rol anotador colegial ante un rival que movía bien la pelota hasta que le llegara a Polanco o Faggiano en buena posición. Ninguna prisa.

Doménechh caza un rebote ante Caffaro.
Doménechh caza un rebote ante Caffaro. / Betis Baloncesto

A sabiendas de que la eliminatoria puede ser larga Bruno Savignani le daba un respiro a sus mejores jugadores y los del banquillo respondieron, sobre todo un gran Pablo Marín, que defendía con una marcha más y en ataque sumaba puntos y coherencia en la dirección encontrando a Berzins pese a la defensa en zona estudiantil que otras veces se atragantó. Con una canasta del canterano bético se cerraba el primer cuarto con 19-23.

El segundo fue una montaña rusa que empezó en bajada y terminó muy cuesta arriba. Estudiantes se cargó pronto de faltas y a 7.54 del descanso ya estaba en bonus. Joaquín Rodríguez puso el 21-32, momento en el que Francis Alonso entró en ebullición, ayudado por los problemas béticos para cerrar el rebote y una defensa que permitió al malagueño algún lanzamiento sin oposición. Entre él y Ferrando sentenciaron al Betis Baloncesto. Savignani no sabía cómo ajustar la defensa para frenar al costasoleño y en ataque no parecían Joaquín Rodríguez ni Polanco. Cambió el quinteto cuando funcionaba en vez de dejar a un Pablo Marín que en defensa se deja la vida y apostar por jugadores más defensivos como Dedovic Doménech. Y el partido se le fue al Betis Baloncesto, incapaz de responder en ataque y sin la más mínima exigencia defensiva.

Cuando el Betis ganaba por 21-32 un parcial de 29-6 finiquitó el encuentro al descanso

Con el 50-38 al descanso el choque estaba complicado, pero había partido todavía. Pero en cuanto Savignani vio que la cosa no cambiaba en los primeros minutos de la reanudación sacó la bandera blanca pensando, demasiado pronto, en darle descanso a los que considera los referentes. Oportunidades para los demás. ¿Por qué no mezclarlos? ¿Por qué no mantener a jugadores enchufados como Pablo Marín y Dedovic con Polanco y Joaquín Rodríguez? ¿Por qué no probar una zona? Nada. Meter a Hanzlik en pista fue la demostración de que desde el banquillo se daba el partido por perdido. Seguramente el checo no ha jugado tanto en la temporada regular como en esta cita de play off.

Y aun así tuvo un amago de reacción. Con -18 (56-38) Pablo Marín cogió las riendas y con un 2-11 de parcial a Pedro Rivero le entró el tembleque y paró el encuentro. Tuvo el base sevillano un triple para llevar la nerviosera a la grada, pero este Estudiantes tiene muchos más mimbres que el Betis y en un par de minutos con Leimanis asumiendo de nuevo protagonismo la renta volvió a crecer hasta el 74-55 con el que acabó el tercer acto.

Sobraron los últimos 10 minutos en los que Savignani si le dio minutos a Joaquín Rodríguez. ¿Para qué? No fueron Wintering, Dee y Larsen los que dinamitaron el choque. Esta vez le tocó al turno a Francis Alonso, Ferrando y Leimanis con Pablo Marín como máximo anotador bético y ahí está la diferencia entre Estudiantes, con la obligación de subir y potencial para ello, y el Betis Baloncesto, para el que es un premio haber llegado hasta aquí. Pero hay un hilo de vida y el conjunto sevillano ya ha demostrado que para tumbarlo hay que sudar. En San Pablo todavía puede levantarse.

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