Curro Segura, otro nombre en el camino

Sevilla/"El baloncesto profesional va de ganar". La frase de Juanma Rodríguez sonaba a ultimátum y la derrota del Coosur Betis ante el Bilbao Básket cerró la etapa de Curro Segura de verdiblanco. El técnico que devolvió al equipo a la ACB deja el club tras casi dos años y medio de trabajo, aunque no pudo concluir su tercera campaña al frente del cuadro sevillano por los malos resultados de un conjunto que, quizás, no daba para mucho más.

O sí. Eso es lo que tendrá que demostrar su sustituto, que coge a un grupo que con dos triunfos y nueve derrotas y es decimoséptimo en la ACB, aunque no está descolgado de una zona media más tranquilla que se encuentra a sólo dos o tres triunfos.

El adiós del técnico granadino pone fin a algo más de dos campañas de relación, desde que llegara en el verano de 2018 con el reto de subir a la entidad bética de nuevo a la Liga Endesa y capitanear la travesía por la LEB Oro. Aquél fue un año redondo, con un ascenso de récord para la mejor plantilla de la categoría, pero la ACB fue otra historia.

La sección de baloncesto es, de momento, un juguete para el Betis y la apuesta nunca ha sido real. En 100 partidos con el nombre del club heliopolitano en la élite del baloncesto nacional suma 74 derrotas y 26 victorias, lo que se traduce, de momento, en dos descensos, aunque sólo uno de ellos fue efectivo, tres directores deportivos (Berni Rodríguez, Antonio Alonso y Juanma Rodríguez) y cinco entrenadores (Zan Tabak, Alejandro Martínez, Óscar Quintana y Javi Carrasco, al que le dieron las riendas a la desesperada) desde que en el verano de 2016 el Betis integró en su estructura al entonces Baloncesto Sevilla.

Poco más de cuatro años después, el sustituto de Segura será el sexto técnico del Betis. Varios nombres hay sobre la mesa y uno de ellos es el de Fotis Katsikaris. Pero el griego tiene caché y pagarlo cuesta dinero. Dinero y ofrecerle un proyecto con ciertas garantías que pasarían por un contrato que vaya más allá del final de esta campaña y tener voz en los fichajes, incluidos los necesarios este curso para intentar salvar una temporada en la que si bien el equipo es decimoséptimo bien podía tener con algo de fortuna como poco dos triunfos más.

Esta campaña el presupuesto se vio reducido en 400.000 euros respecto al del año anterior y la palabra Europa sonó desde la entidad en pretemporada. Curro Segura se echaba las manos a la cabeza sabiendo lo que tenía a sus órdenes, una plantilla aseada, con algunos nombres importantes, pero sin tiempo para hacerlo funcionar como equipo. Eso que consiguió la temporada pasada, justo antes de que la pandemia echase el cierre a un ejercicio en el que solventada la carencia interior, con Jerome Jordan, y hallado con Erick Green meses después el sustituto de KC Rivers el Betis comenzó a funcionar.

Segura siempre mostró su deseo por mantener ese bloque, pero nada más lejos de la realidad. Apenas continuaron cuatro jugadores (Pablo Almazán, Borg, Niang y Obi), ninguno de ellos con un rol de titular, y llegaron ocho jugadores nuevos, siete de los cuales no tenían experiencia en la ACB. Sólo Spires procedía de la Liga Endesa, aunque el sueco tampoco disfrutaba de minutos importantes en el Obradoiro y su condición de cupo de formación cotiza más que sus canastas o rebotes. De hecho, todos los que llegaron lo hicieron de otras ligas, ante la imposibilidad económica de competir con cualquier otro equipo de la Liga Endesa cuando los intereses por un jugador se enfrentaban.

Acertar ahora en el nombre del sustituto de Segura será la clave para revertir una situación que se viene repitiendo los últimos años con distintos nombres. Curro Segura es uno más en esa lista, aunque para la historia quedará su meteórico ascenso de verdiblanco.