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El Betis pierde, pero se lo discutirá a Estudiantes (86-77)

Movistar Estudiantes-Betis Baloncesto | La crónica

Los verdiblancos dejan patente que están al nivel de los madrileños en el primer partido de la serie al mejor de cinco

Dos polémicas decisiones arbitrales descarrilan a los béticos a falta de dos minutos

Joaquín Rodríguez acabó con 28 puntos, seis rebotes, cinco asistencias, seis faltas recibidas y 33 de valoración

El uruguayo Joaquín Rodríguez, estelar de nuevo, bota ante el veterano Carlos Suárez. / RBB

El Betis Baloncesto no pudo asaltar esa ardiente caja de cerillas que es Magariños en el primer partido de la serie al mejor de cinco ante Estudiantes y cayó por una engañosa diferencia de nueve puntos (86-77), pero con vistas al segundo envite, este domingo a mediodía en el WiZink Center, los verdiblancos tienen claras dos cosas: que su nivel le da para competir ante un gallo como es el equipo madrileño y que va a tener que lidiar también con el peso del escudo de su enemigo.

Lo segundo se reflejó en las polémicas decisiones arbitrales cuando el partido estaba presto a resolverse. A falta de 2:35 y con 75-73, Polanco resbaló, se fue al suelo y provocó la caída de Larsen. Todos en el banquillo bético saltaron cuando percibieron que pitaron antideportiva. Dee anotó los dos tiros (77-73). En el siguiente ataque de los anfitriones, el base Wintering penetra, resbala y le cae la personal a Faggiano, que no puede reprimir su iracunda reacción. Técnica, Dee que suma dos más (79-73) con apenas dos minutos por delante y el Betis que se desquicia al tiempo que Estudiantes se sacude toda la presión que lo asfixiaba. Ahí se coció todo. En esas dos jugadas tan discutidas. Tan extrañas. De ahí al final, con el Betis ya lastrado por el bonus de las personales, claudicó.

Atendiendo a su nefasta puesta en escena, nada hacía pensar que el Betis llegaría tan vivo a los dos minutos y medio finales. No es exagerado afirmar que llegó al partido cuando ya se habían consumido los primeros diez minutos. No hubo noticias de ese equipo pujante de la segunda vuelta en la fase regular, que ha practicado un eficaz baloncesto coral, tan bueno que lo metió en los play off cuando nadie daba un duro por los verdiblancos en el ecuador de la temporada.

El peso histórico del Magariños pareció bloquear al equipo de Bruno Savignani, al que nada le salía. De Bisschop era un manojo de nervios bajo el aro, donde Larsen comenzaba a imponer su inteligencia, y por fuera Wintering le ganaba el pulso a Faggiano.

Para abrir boca, un parcial de 6-0. Luego, una penetración preñada de talento de Wintering establecía un 14-5 que obligó a Savignani a pedir el primer tiempo muerto. Un dos más uno de Murphy pone el 19-5 a los seis minutos de juego para Estudiantes bajo una enfervorizada grada, que escenificó las urgencias del señero club madrileño con mucho colorido y ruido.

La entrada de Francis Alonso y el veterano Carlos Suárez les cortó el ritmo a los capitalinos, pero tampoco lo aprovechó el Betis, que acabó el primer cuarto con la máxima desventaja tras un triplazo de Ferrando y una absurda falta que regaló Berzins para dos últimos tiros libres (26-9).

Despierta la bestia

La aportación de Joaquín Rodríguez en ese primer cuarto fue escuálida, una canasta. Y muchas decisiones erróneas. Pero el uruguayo es un elegido para el deporte de la canasta. Uno de esos jugadores capaces de cambiar el guion en un minuto. Y eso hizo. Su eclosión fue abrumadora. Su primera jugada del segundo cuarto fue una preciosa entrada a canasta para un dos más uno. Luego dos canastas más, la segunda, también preciosa, contra tablero.

Faggiano siguió su estela con un triple sin oposición alguna para un parcial de 1-10 que metió al Betis en el partido (27-19).

Pero los verdiblancos ya no pararían para igualarlo todo. Encontraron una veta muy productiva en los pases a la posición de cinco, mal cerrada por los estudiantiles casi siempre. Ahí sacó el Betis varias canastas cómodas, alguna con tiro adicional, y Berzins estableció el 29-27 a la mitad del segundo cuarto. Faggiani puso luego el 34-33, pero Larsen y Dee aparecieron mientras los béticos se cargaban de personales. Al descanso, 46-40 y la evidencia de que el Betis estaba ya ahí.

Intensidad defensiva

El equipo de Savignani le dio otro giro de tuerca a su competitividad ajustando una defensa más agresiva y eficaz, que provocaba siempre tiros forzados desde el perímetro al tiempo que blindaba la pintura. Joaquín Rodríguez siguió a lo suyo: triplazo para el 47-46, o rectificado a tablero sacándose el balón de los pies en el aire (55-51, minuto 26). Berzins cometió otra torpe falta justo antes del final del tercer cuarto (63-59).

En el cuarto definitivo, una asistencia de Joaquín Rodríguez acabó en un triple de Djedovic que puso al fin en ventaja al Betis a falta de 6:06 (67-68). Polanco aprovecho la vigilancia al uruguayo para clavar tres triples en los últimos diez minutos. Pero cuando llegó la hora de la verdad, todo el peso histórico de Estudiantes pareció aplastar las conciencias del trío arbitral. Sin embargo, el Betis está ahí. Lo peleará.

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