Evans ¿despedida con sabor amargo? (71-73)
Betis Balonceto
El Betis Baloncesto pierde ante el Obradoiro en lo que pudo ser el último partido de su jugador franquicia antes de ser traspasado al Valencia
Los fallos en los triples condenaron a los verdiblancos, que no encontraron alternativas pese al gran partido de Gerun, lastrado por la escasa aportación del resto
Sevilla/Otra derrota del Betis Baloncesto. Ante el Obradoiro, esta vez, por 71-73. De las que duelen. De las que marcan la diferencia entre salir del pozo o hundirse un poco más. Al grito de "Shannon quédate" despidió la afición a su ídolo. Éste respondió en el centro de la pista aplaudiendo a la grada. Suena a despedida amarga, porque el base cuajó otro extraordinario partido al que no pudo poner la guinda con un triple que se fue al hierro con 69-71. Era puerta grande para el estadounidense, al que no hay que ponerle ningún pero y sólo decirle una cosa: gracias.
El partido se decidió entre genios. Thomas Scrubb decidió para el conjunto de Santiago. Suyos fueron los seis últimos puntos de su equipo. Tiros bien defendidos en los que sacó su calidad a relucir para tirar del carro. Evans lo intentó, pero ese triple final se fue al aro. ¡Ay si llega a entrar! Pero no. El partido se movió en un final ajustado y eso que los de Moncho Fernández amagaron con despegarse en el último cuarto. Con 57-64 pintaban bastos, pero Gerun, descomunal (20 puntos y 18 rebotes) dio vida a los suyos que, sin embargo, nunca estuvieron por delante en este acto decisivo. A 62-64 llegaron, pero en ese momento clave un air ball de BJ Johnson, solo tras un rebote en ataque de Sylla al que le dio miedo levantarse bajo la canasta, fue replicado después por Álex Suárez desde el triple y ahí se fueron muchas de las opciones béticas.
En el tramo final Blazevic erró dos tiros libres y el Betis atacó con 69-71. Balón para Evans. Defensa fuerte sobre el estadounidense, poco movimiento de sus compañeros y triple fallado. Decidió el cuadro heliopolitano no hacer falta porque le quedarían algunos segundos para atacar, pero Thomas Scrubb no dio opción. Obradoiro aguantó la posesión y el alero decidió al final. Gerun puso la rúbrica a su partidazo con tro rebote de ataque y una canasta ya inservibles.
Antes pasaron muchas cosas. Cuando los triples no entran el Betis debe aprender a sobrevivir con otras fórmulas y esta vez tiró de la intensidad defensiva cuando el Obradoiro amenazó con romper el partido en el segundo cuarto. Antes avisó en los primeros 10 minutos, con un 5/7 en triples afeado al final con dos fallos al límite de la posesión. Westermann, un base y en un palmeo, anotó en el minuto 6 la primera canasta de su equipo en la pintura y Robertson, con un tiro de media distancia, repitió después.
Moncho Fernández sabe lo que tiene y sin Bender por dentro, lesionado, ha reinventado una vez más su juego. No hay pick and roll, pero sí mucho movimiento exterior para encontrar al tirador liberado. El que sea menos un cinco. Y por ahí hacían daño los hermanos Scrubb, Robertson o los ala-pívot, Vicedo y Álex Suárez. El agujero bético en esa posición es evidente y más vale que Tyson Pérez esté sano para jugar más pronto que tarde para no estar otro mes buscando sustituto a Rodions Kurucs.Con el conjunto verdiblanco fallón desde más allá de la línea de los 6,75 metros (1/8 en el primer cuarto), fue el trabajo de Gerun, el mejor reboteador ofensivo de la liga, bajo los tableros y los puntos y asistencias de Evans los que mantuvieron a los locales, pero al inicio del segundo acto un 0-9 de parcial puso el peligroso 17-29 en el marcador. Casimiro llamó a capítulo a los suyos. La respuesta fue un 5-0, con un triple de Cvetkovic tras otro rebote del ucraniano en ataque y Moncho Fernández, perro viejo, paró el encuentro de inmediato con otro tiempo muerto.
Pero el Betis ya había entendido que sin defensa era imposible afrontar este partido. Elevó la intensidad atrás (cinco pérdidas del Obradoiro en este periodo), se hizo fuerte en el rebote, las ayudas ya no eran ya no largas y los Scrubb y Robertson no lanzaban tan solos desde el triple (2/5 en este cuarto) y el equipo heliopolitano se metió en el partido con un triple marca de la casa: bote, bloqueo, se queda con el grande, amaga con ir hacia dentro, pasito atrás y triple para levantar las masas en San Pablo y poner el 33-34, que Thomas Scrubb amplió para enfilar el camino de los vestuarios (33-36).
La igualdad se mantuvo ya casi todo el choque. Bertans puso por delante al Betis (40-38), pero Westermann replicó con cinco segundos. El galo se picó con Evans, que le reñía por el manotazo a Gerun que los colegiados no vieron como antideportiva y Fischer puso el 50-48, pero los triples de Vicedo, un cuatro como el que le hace falta al Betis, martilleaba al cuadro local para llegar a los últimos minutos con 54-55.
De ahí al final, igualdad, la puerta grande de Evans que se quedó en el aro y la decisiva actuación de Thomas Scrubb para dejar en nada la descomunal actuación de Gerun. Sonó a despedida ver a Evans aplaudiendo en el centro de la pista. Su último baile fue una balada de amor roto.
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