Betis Baloncesto Fuenlabrada: Un thriller que acabó en alegría (79-78)
Betis Baloncesto
Una canasta de Joaquín Rodríguez le da al conjunto verdiblanco un valioso triunfo para alimentar el sueño del 'play off'
Cuando parecía tener el choque controlado, los locales se empeñaron en perder y casi lo hacen en un loco final en el que la moneda salió cara
Sevilla/El Betis Baloncesto se empeñó en perder contra el Fuenlabrada, pero no lo hizo (79-78) pese a que no pudo jugar peor el último minuto y medio ni gestionar peor desde el banquillo el final de un encuentro que estaba en el bolsillo y se acabó ganando sobre la bocina. Porque controlaba el choque el cuadro sevillano en el último cuarto hasta que le temblaron las piernas. Pero nadie se acordará de ello. Lo importante era dejar el triunfo en casa y así ocurrió para alegría de su fiel parroquia, que explotó de alegría por una victoria para seguir creyendo en el objetivo del play off. El sueño sigue vivo.
Con el 70-63 parecía hecho, pero se dejó de ir con hambre a por el rebote, Bellas se vistió de villano con dos triples y el cansancio hizo que alguno pensara más rápido de lo que podía ejecutar. Faggiano perdió la pelota en un contragolpe para anotar fácil y Wembi cometió falta, antideportiva, claro, con 75-72. Sólo aprovechó un tiro el base, pero en el siguiente ataque, tras ceder dos rebotes ofensivos, Wembi, cometió falta en el triple de Mc Grew. Tres tiros a la saca con 38 segundos por jugar y 75-76. El pívot bético, sin embargo, en su particular montaña rusa personal, fue objeto de falta y acertó desde la personal, pero después cometió otra falta sobre el mismo jugador ante el grito desesperado de Pablo Almazán. No falló el alero del Fuenlabrada y con 8,7 segundos por delante se la jugaría el Betis. Tomó la responsabilidad Joaquín Rodríguez.
Un uruguayo que parece haber nacido en Pino Montano por su entrega, por cómo siente el equipo, cómo lucha y se enfada con cada fallo, igual que se alegra con cada acierto. Cogió la pelota en el medio del campo y atacó con el alma el aro rival. En la penetración sacó un 2+1 que era la vida con 2,8 segundos por delante. Mc Grew metió la mano en el aro de forma no permitida y regaló los puntos. Lanzó el adicional a fallar, pero De Bisschop, que había hecho un buen partido palmeó a la banda dándole una vida extra al conjunto madrileño. La pelota voló desde la banda en campo propio hasta casi debajo de la canasta, donde Mc Grew la cazó con extrema facilidad. Se dio la vuelta, lanzó y el tiempo se paró, pero con el tiro dentro del crono, pero afortunadamente se quedó cortó y San Pablo explotó. Eran pocos, pero lo celebraron como una gran victoria que permite al equipo alimentar el sueño de luchar por el play off todavía. Queda tiempo y el equipo se ve, con sus carencias, con química pese a todos los problemas extradeportivos y esa es la mejor noticia.
Pese al parón y el tiempo para trabajar en los automatismos, el Betis no arrancó metido en el encuentro. Tres pérdidas en otros tantos ataques con el balón acabando en un pase en el que no había nadie de verdiblanco. Sin embargo, el equipo se fue entonando, con De Bisschop haciendo daño por dentro y Joaquín Rodríguez dirigiendo los ataques. Siempre llevó el peso del encuentro el cuadro local ante un rival que tiraba de individualidades para agarrarse al choque. Garino, Aranitovic o Mc Grew tienen calidad para ello, pero como a los heliopolitanos a este Fuenlabrada le falta físico y poderío interior.
Pese a las pérdidas, el primer error en el tiro del conjunto bético llegó tras más de seis minutos de juego. Un mal tiro de Wembi antes de que Polanco anotase un tiro libre y se fuera al banquillo para que dejara de sangrar en un pequeño corte. Savignani puso a un seguro desde la personal como Kuksiks para que lanzase el segundo tiro. Cada punto cuenta, ya que la escuadra visitante contestaba a cada tirón. El último en hacerlo fue Jordan Swing, aquel fichaje bético en 2017 que fue cortado antes de la pretemporada cuando un juzgado dejó al equipo en la ACB tras el primer descenso. Se veía al estadounidense con ganas y sus cuatro puntos al final del primer cuarto dejaron un igualado 24-21 al término del mismo.
De tres en tres arrancó el segundo acto el Betis. Primero con tres tiros libres de Kuksiks y luego con dos triples de Faggiano que obligaron a Toni Ten a parar el choque para que la renta no se fuera más alá de los siete puntos (33-26). Le salió bien y su equipo contestó con un parcial de 0-7 hasta que Polanco, muy activo siempre pese a no estar atinado, lo cortó con un triple.
Idas y venidas, fallos en un lado y en otro, defensas poco activas y ataques que se resolvían con individualidades en los dos lados, por lo que al descanso el 40-36 reflejaba el juego de los dos equipos en una primera parte fallona en la que ninguno sacó provecho de los fallos del contrario dejando todo abierto para el segundo tiempo.
Y el guión se mantuvo tras el paso por los vestuarios. Mala salida bética al inicio de cuarto, otra vez, 0-7 y el Fuenlabrada se ponía por delante por primera vez desde el 5-6 con 40-43. Alarmas encendidas. No por el marcador, sino porque las empanadas de los terceros cuartos son todo un clásico en San Pablo de ayer, hoy y siempre. Pero Faggiano salió al rescate para echarse al equipo a la espalda desde el triple. Gran partido del argentino, que se va entonando, e incluso, a su nivel, de los interiores en un trabajo defensivo especialmente y siendo alternativas en ataque también. Un triple de Kuksiks puso el 62-55 al final del tercer acto y todo parecía controlado, hasta que llegó un loco final que por fortuna se resolvió a favor de un Betis Baloncesto que ha aprendido a competir y a ganar sufriendo.
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