CRÓNICA
El Sevilla FC se impone por la mínima contra el Rayo Vallecano

El Betis, una fiesta a las puertas de la ACB

Betis Energía Plus-CB Granada | Crónica

Los verdiblancos vencen a un buen Granada y sellan de forma virtual un ascenso que sólo les queda ser certificado por las matemáticas.

La defensa en el tercer cuarto, unida a la efectividad de Dee y Borg, acabaron con el rival

Un lance del partido. / Juan Carlos Muñoz
Pablo Salvago

30 de marzo 2019 - 20:47

El Betis Energía Plus expió sus pecados pasados. Y lo hizo a lo grande, ganando a un peleón Fundación CB Granada (93-80) que dio guerra hasta donde las fuerzas y el acierto le permitieron y dejando su ascenso, como primero en la LEB Oro, sentenciado con cinco jornadas por delante todavía. Hoy, el conjunto sevillano es de nuevo equipo de la Liga Endesa de forma virtual, que puede ser palpable ya en unas horas si el Bilbao Básket pierde ante el Palencia o, seguramente, el viernes que viene tras el duelo ante el Real Canoe. ¿Pero qué más da cuándo sea matemático? El Betis es ya de ACB tras una temporada de escándalo.

Los de Curro Segura no quisieron dejar los deberes para más adelante y en un duelo de rivalidad regional demostraron por qué no se han bajado del liderato desde que lo agarraron en la jornada 10ª. Ambición en el juego, sufrimiento en defensa y solidaridad en ataque que volvieron a mostrar en su fortín de San Pablo, inexpugnable una jornada más y que que vivió un ambiente de partido grande entre dos conjuntos llamados algún día a verse de nuevo las caras en la élite

Pero el Granada no estaba dispuesto a ser una comparsa en Sevilla. Un invitado a la fiesta. Al contrario; y desde el primer momento lo dejó claro Manuel Rodríguez con un triple en el primer lanzamiento del choque. El acierto visitante puso de inicio un 0-8 que activó al conjunto hispalense, con su arma favorita: el tiro exterior. La efectividad nazarí fue bajando y Borg dio la primera ventaja a los locales casi al tiempo que Stainbrook dejaba, extenuado, su sitio a Tunde. Y es que el ritmo del partido era altísimo. No había un respiro, un correcalles sin respiro que convirtió el choque en un intercambio de golpes, a veces sin ton ni son.

La baja de Bropleh por su lesión en la rodilla obligó a Segura a mover más su banquillo y Borg sufría ante Eloy Almazán, mientras Wright y Guille Rubio hacían daño por dentro para mantener el ánimo alto de su tropa, que se fue sólo con una pequeña desventaja en el marcador al final del primer cuarto por un gran alley oop de Dani Rodríguez y el escolta sueco, excepcional en defensa una vez más y acertado en ataque, que voló por encima de todos para culminarlo.

Nada cambió en el segundo acto. El técnico bético tiraba de rotaciones para mantener a sus jugadores frescos, pero pronto tuvo que sentar a un desacertado Malmanis. Tres minutos tardó el cuadro local en anotar, pero sus errores no fueron aprovechados por el rival, que seguía enganchado al duelo tirando de físico y garra. Saltaban chispas en el parqué. Quizá demasiadas y mientras Tunde esperaba en la línea personal para lanzar Dani Rodríguez relataba a uno de los colegiados una acción anterior hasta que vio la técnica. La ley de la compensación que aplican los malos árbitros hizo que acto seguido un robo del base a Cobos acabase en antideportiva de éste. Justita. Tanto como la que después se cobró el Granada a favor tras la que Iriarte puso de nuevo a los de Pablo Pin al mando en el marcador, aunque de manera momentánea, pues Pablo Almazán dio la réplica desde más allá de la línea de los 6,75 metros.

Para el granadino era una cita especial y eso se notaba cuando le tocó emparejarse con su hermano Eloy. Saltaron chispas en la lucha por un rebote que acabó con falta del granadinista y una celebración eufórica del bético, tras la que Samb anotó un triple para romper de nuevo la igualdad. Fue el inicio de un pequeño parcial de 7-0 para los verdiblancos que abría una pequeña brecha en el luminoso. Oro en un duelo tan disputado y ante un Granada peleón, pese a las cuatro bajas con las que llegó a San Pablo y que se fue al descanso sólo cinco abajo (44-39). Mucho mérito de los de Pablo Pin, que están peleando por los play off con todo merecimiento.

Pero el alto ritmo del choque acabó pasando factura a los visitantes. Eso y un Dee en estado de gracia que en el tercer periodo veía el aro como una piscina. Los 15 puntos del escolta norteamericano en este acto desarbolaron a un Granada que se atascó ante la defensa bética y un parcial de 11-2 desde el 50-46 abrió ya una brecha definitiva que ni la garra de Guille Rubio, quizá sobre excitado, ni los puntos de Pardina cerraron.

Intentó Pin parar la sangría con una zona que Dee y Borg se encargaron de romper, de manera que al final del tercer cuarto con una penetración de Lluís Costa se acabó prácticamente el choque (69-55), se acabó con la resistencia nazarí y se dio el que debe ser paso definitivo para un ascenso tan merecido como deseado por el equipo.

Los últimos 10 minutos pasaron rápido. Entre la algarabía de un público de fiesta ya en San Pablo celebrando el éxito y el intercambio de canastas en uno y otro lado, el choque se paró poco y no tardaron los jugadores verdiblancos en saltar en el centro de la pista haciendo una piña para celebrar un triunfo más del líder de la LEB Oro, que significa virtualmente el paso decisivo hacia la ACB. Objetivo conseguido.

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