"El baloncesto ACB tiene que seguir en Sevilla"

Carraspea y medita cada respuesta. Teniendo mucho que decir, prefiere ser cauto, aunque menos que antes. Javi Carrasco lleva muchas temporadas en San Pablo y un puñado de ellas en el primer equipo. Le duele esto muchísimo y hace ver el surrealismo vivido durante el curso. Aun viniendo mal dadas, piensa que Sevilla, por muchas razones, seguirá con baloncesto de élite.

-Resuma esta angustiosa temporada con final feliz.

-La situación en que estábamos antes de venir Casimiro, con tres victorias, era muy complicada. Aunque hubo cambios en la plantilla, no llegaron jugadores estratosféricos de 30 puntos por partido, terminamos con un balance de 9-7 y nos salvamos. Es un mérito increíble y da que pensar. Los jugadores dieron un paso adelante e hicieron piña. La afición fue fundamental. Nunca había sentido tanto la cercanía de la gente. El final ha sido muy bueno; salvada la campaña en lo deportivo, hay que sacar esto adelante. El baloncesto ACB tiene que seguir en Sevilla.

-¿Sobre el futuro sabe algo?

-No. Pero me cuesta pensar que en la cuarta o quinta ciudad de España, con un equipo en la ACB con una historia, los jugadores y entrenadores que han pasado por aquí, la cultura de esfuerzo y seriedad instalados en el club... no haya instituciones que apoyen.

-Pero no ha sido nunca viable...

-La coyuntura económica es la peor que se podía dar. La ACB es exigente, pero Sevilla es grande, la Liga tiene mucha exposición en medios nacionales e internacionales y por aquí han pasado Satoransky, Porzingis, que irá a la NBA, Hernangómez, extranjeros como Turner, Anderson, Roe, Jackson, Hall... Esto no es flor de un día, tiene historia detrás.

-¿Se ha sentido menospreciado por situaciones que ha vivido?

-En lo personal ha sido dificilísimo. En muchos momentos he tenido la duda de si podía seguir adelante, igual que otras personas. Si no llega a ser por mi familia y amigos, hubiera sido más duro aún; he tenido que hacer unos esfuerzos enormes por sacar esto adelante, con más trabajo del que debiera y con situaciones muy complicadas. Como parte del club, claro que me he sentido perjudicado. Probablemente nadie se equivoca queriendo, pero se tomaron decisiones arriesgadas y en el deporte profesional no se debe hacer. Ha habido equivocaciones y se tiene que aprender para el futuro.

-¿Que Roth fuera el técnico sin licencia no era surrealista?

-Es un entrenador muy serio, trabajó muchísimo y las cosas no le salieron, aunque se vio que el relevo era necesario. Ahora, las normas son las que son y traer a un entrenador sin licencia supuso un problema, y grave. Ha sido un perjuicio para el club.

-¿Y él cómo se sentía?

-Lo pasó muy mal. Hizo el esfuerzo porque habría sido más fácil marcharse, decidió seguir y trabajó duro. Nunca percibí que dejara de tener ilusión y siempre se comportó de manera profesional.

-¿Qué cree que habría pasado con un equipo similar al del curso anterior, salvo Satoransky?

-Nunca se sabe, pero con un recambio parecido a Tomas, porque igual era muy difícil, habría ido bien, aunque no hubiésemos empezado la Liga como un tiro, eso seguro, porque la forma de trabajar de Aíto ayuda a la progresión durante el año, como se pudo apreciar en el play off contra el Valencia, cuando llegamos al culmen de nuestro juego.

-¿Ese modelo de formar a jóvenes talentos debía haber garantizado el porvenir del club?

-En estos tiempos diría que es una necesidad: captar jóvenes o incluso que vengan de la cantera, ayudar a que se desarrollen y si consigues dinero en un traspaso, mejor. Pero para eso hace falta no sólo decirlo, sino de verdad tener una filosofía e idea de trabajo con ellos. Mirar a largo plazo y no a corto.

-Ha pulido a Satoransky, Sastre, Balvin, Radicevic, Porzingis... ¿con quién se queda por su capacidad de trabajo y esfuerzo?

-Todos trabajaron mucho y salió de ellos. Quizás la mayor ética la hayan tenido Satoransky y Radicevic, aunque Porzingis también era el último en marcharse. Quizás porque han pasado por aquí entrenadores como Pedro Martínez, Plaza o Aíto, técnicos de cantera como Pablo Camacho o Arturo Montequi, directores deportivos como Quique Gutiérrez o Juan Llaneza, lo que se ha instaurado es una cultura del esfuerzo, de motivación para mejorar, y eso cala. Cuando arriba llegan Porzingis o Radicevic y ven a otros algo mayores trabajando como animales como Satoransky o Sastre, ven que ésa es la manera.

-¿Llegarán lejos?

-Dependerá de ellos, capacidad tienen. Balvin no será el mejor finalizador o el más sólido en el poste bajo, aunque cambia un partido en defensa él solo. Está infravalorado y es uno de los mejores defensores interiores de la Liga. Intimida, rebotea, tácticamente es bueno y un jugador así puede terminar en la Euroliga.

-El equipo había mejorado, perdió en Chequia un choque intrascendente y se cayó con más de 10 derrotas seguidas. ¿Por qué?

-No tiene explicación. Perdimos en casa de forma dolorosa y nos marcó. Tras aquello, Andorra nos sacó de la pista. El mérito es que habiendo perdido en casa contra Fuenlabrada, Manresa, San Sebastián y Andorra, ganamos a Valencia, Unicaja, Bilbao, CAI tras dos prórrogas... Es algo titánico y espero que se valore.

-¿La figura de Pullen no es muy recomendable?

-Llegó en un momento difícil, con un papel de aportar mucho en ataque y no era la solución. Necesitábamos un base que dirigiera, involucrar a la gente.

-Fue nefasta la apuesta por el perímetro y olvidar el juego interior.

-Tampoco es que Roth planteara que el juego tenía que ser así, pero tendía a eso.

-Casimiro involucró a los pívots.

-Luis conoce la Liga. Su filosofía se basa en los espacios y nos vino bien porque nuestros interiores sin balón son determinantes y con habilidad para asistir.

-Si fuera el padre de Porzingis, ¿lo dejaría en Europa?

-Al menos un año. Tiene mucho por pulir, aunque ha mejorado desde que llegó gracias a todos, a los entrenadores, a la nutricionista (Inma), a los fisioterapeutas, a los médicos, a los empleados... Esto hace crecer. En la NBA, trabajará con gente muy profesional, pero la cercanía no será igual; se tendrá que adaptar, aunque a él le gusta tanto el baloncesto y es tan competitivo que lo conseguirá.