Una baja clave para el 4-4-2

La muy dolorosa dolorosa derrota del Sevilla en Getafe deja muchas lecturas a falta de cuatro citas ligueras. Y también un añadido muy pernicioso para el equipo, la baja de Kanoute, el único futbolista que, en estos momentos, estaba cohesionando las líneas en el esquema de 4-4-2, hasta ahora irrenunciable para Antonio Álvarez. Entre esas lecturas que deja el varapalo del Coliseum Alfonso Pérez está también que se volvió a demostrar que este equipo ha perdido la fuerza que antes tenía a domicilio. Baste un dato: en sólo cuatro salidas ha encajado 10 goles, con un altísimo porcentaje negativo, 2,5 tantos por partido. Y por ahí se le está yendo la Champions al Sevilla, puesto que en casa no ha encajado ningún gol el Sevilla de Álvarez (3-0 a Tenerife y Sporting).

El domingo próximo, ante un Atlético de Madrid centrado en Liga Europa y la Copa y mucho más ajeno a la Liga, Álvarez tiene ante sí la tesitura de seguir apostando por su hasta ahora intocable 4-4-2 o variar el sistema para acorazar el centro del campo y paliar de un mejor modo la baja por sanción de Kanoute. Porque si algo quedó claro en Getafe de nuevo es que el Sevilla, pese a las mejores versiones de sus dos formidables delanteros quizás en lo que va de temporada, continúa partido en dos por el centro incluso con Zokora. A domicilio, el problema sigue ahí y la expulsión de Kanoute por doble amarilla no es sino un síntoma de ello.

El atacante francés realizó un partido enorme, tuvo presencia en ataque, cohesionó las líneas, marcó un soberbio gol, pero también hubo de desempeñarse en labores defensivas y por ahí llegaron las dos faltas que derivaron en su expulsión. Es decir, que si con Zokora y las mejores versiones de Kanoute y Luis Fabiano el equipo no pudo frenar la sangría de goles jugando a domicilio, es que hay un grave problema latente que Álvarez debe tratar de erradicar desde ya. Hay dos salidas pendientes y si ya perder en Getafe fue trágico, fallar en Santander o Almería podría ser definitivo. Eso dejando a un lado la visita del Barcelona.

A ello se suma que Negredo vuelve a estar en el ojo del huracán. Su pérdida en el minuto 93, con el equipo asfixiado intentando frenar al crecido Getafe, ha tenido una lectura muy negativa para un amplio sector de la afición, que ya tenía la escopeta cargada contra el vallecano tras un yerro similar en el Bernabéu y después de sus nefastos concursos en Villarreal y Valladolid, donde formó pareja con Luis Fabiano y se volvió a poner en evidencia que no funcionan juntos.

De ahí que, por mucho que el Atlético sea colaboracionista el domingo porque le interesa que el Sevilla se meta en la Champions para asegurarse la Liga Europa, apostar de nuevo por el 4-4-2, con Negredo y Luis Fabiano y sin la posibilidad de cambiar el curso de los acontecimientos si no sale el plan tirando de Kanoute puede ser jugar con fuego, ante una grada que estará mirando con lupa las prestaciones de su equipo y en particular del vallecano.

Álvarez, para congraciarse con un sector del público y parte de la prensa que solicitaba a voces jugar siempre con dos puntas sin condiciones, apostó por un 4-4-2 que ha funcionado en Nervión ante rivales menores y que, a duras penas, sirvió para el triunfo en Málaga. Pero siempre con Kanoute en el once titular, nunca con Negredo.

Puede que al técnico marchenero se le haya pintado la ocasión idónea para buscar una solución distinta, que puede pasar del 4-2-3-1 al 4-3-3, cualquiera de los dos sistemas puede valer siempre que se zanje de una vez el problema en la medular, ya sea con Renato de enganche o de medio, ya sea con tres medios y tres atacantes o dos medios y tres mediapuntas, aunque alguno de los bajitos, Jesús Navas, Adriano o Diego Capel, tenga que permutar su posición natural.

Por mucho que Negredo esté pugnando por ir al Mundial, lo cierto es que sus últimas apariciones están siendo perniciosas para un equipo que no puede permitirse concesiones a la galería ni licencias ningunas. Y mucho menos por cuestiones particulares.