Tres ases criados en Sevilla

Porzingis, Radicevic y Hernangómez hablan sobre su experiencia en el club y en la ciudad los últimos años Grandes amigos, sus destinos se separarán tras dos temporadas juntos

P. Salvago · J. De La Huerga

31 de mayo 2015 - 07:06

Son niños grandes. A las 10:30 bajan de un taxi en la Encarnación dos chicarrones y otro más normal de tallaje. El conductor ríe porque le acaban de cantar, a todo pulmón y de aquella manera, el cumpleaños feliz a Virginia Simón, del Departamento de Comunicación del club. Kristaps Porzingis (Ventspils, Letonia, 2-8-95), Willy Hernangómez (Madrid, 27-5-94) y Nikola Radicevic (Cacak, Serbia, 25-4-94) han coincidido los dos últimos años en Sevilla, donde se han criado y madurado deportivamente, donde se han hecho amigos y han trasteado de vez en cuando, cosas propias de la edad. "Son muy buenos y muy nobles", asevera Virginia.

Y muy talentosos. El trío se ha apuntado en la lista para la lotería del draft de la NBA, que se dilucida en menos de un mes en Nueva York, aunque sólo Porzingis probará suerte a ciencia cierta para ver en qué numero sale. Los pronósticos lo colocan tan arriba que da vértigo, aunque el espigado letón que cumple 20 castañas este verano maneja un coco privilegiado. Será elegido, barruntan, entre los 10 primeros, quizás esté en el Top 5. Tremendo. Jamás un zagal salido de la factoría de San Pablo, donde se asomó con 15 añitos, ha protagonizado tantos titulares en Estados Unidos.

"Lo he pasado superbién y estoy muy agradecido al club porque se han portado de maravilla desde que llegué muy joven -con 71 kilos y 2,05 metros-. Si me fuera, lo haría siendo un niño más grande", relata Porzingis, capaz de hablar con un discurso coherente y al momento, con sus dotes humorísticas, cambiar el chip para imitar a Balvin o para exagerar el acento sevillano que él mismo tiene: "Echaré de menos las tostaítas con mantequilla y jamón", dice tronchándose antes de pedir "un Nestea, jefe".

Sabe que las sevillanas constan de cuatro pases -"iba más a la Feria cuando no era tan alto, porque ahora me paran muchos que van borrachos para hacerse fotos"-, pero catea el báltico al preguntarle cuándo sale el Cachorro. "El Viernes Santo", le chiva Hernangómez. "Me matan mis padres si no lo supiera, se casaron allí", añade el hijo de la ex jugadora hispalense Wonny Geuer. "Estos dos años han sido muy buenos. Estoy muy contento de haber venido. Como Kris, sólo tengo palabras de agradecimiento a la gente del club. El curso pasado fue muy fácil integrarme con un vestuario tan joven en el que estaban ellos dos, Satoransky, Franch, Sastre, Balvin, Bamforth... Hicimos más cafradas entonces que ahora, también por los resultados", comenta el madrileño.

Con una sonrisa de oreja a oreja aunque más tímido por razones idiomáticas, Radicevic considera ésta "mi segunda casa" y recuerda el apoyo de sus compatriotas Tepic y Bogdanovic cuando vino con 18 añitos. "He aprendido muchísimo desde entonces. Me ha marcado Aíto..." y entonces es interrumpido por el guasón de Porzingis: "Claro, con él has aprendido hasta a defender". Tras la risotada colectiva, continúa el base balcánico: "También Roth porque empecé a jugar más con él, antes tenía menos minutos. Y luego con Casimiro he hablado mucho y me ha dado muy buenos consejos para mejorar".

Una opinión similar tiene el letón: "Aíto confió en mí para el primer equipo con 16-17 años, cuando yo aún no tenía nivel, y siempre me ayudó con mucha paciencia. Se lo agradezco mucho". Es más heterodoxa la respuesta de Hernangómez: "No olvidaré los magníficos compañeros, pero si tuviera que decidirme por una persona que me marcó, diría que el presidente, Fernando Moral. Me ha apoyado a diario y es un tío excepcional, por eso le tengo un cariño especial".

El ayer y el hoy

El Caja iba como un meteoro la pasada campaña en ese experimento de plantilla plagada de adolescentes que dejó al equipo séptimo y a punto de colarse en las semifinales de la ACB. "Yo estaba convencido de que si hubiéramos ganado al Valencia en cuartos, nos metíamos en la final. Lo digo totalmente en serio", explica Willy. "Bamforth creía lo mismo, que al Barça lo hubiéramos derrotado después. Él fue un jugador muy importante para nosotros. Y encima recién salido de la Universidad y lo bien que jugó, lo rápido que se adaptó...", agrega Kris. "Y su mujer y sus hijos son encantadores. Es un Pierre Oriola, que tuvo la idea de imitar a Lopera en el vestuario cuando nos salvamos porque es un ultra del Betis y clava a don Manuel", expone Hernangómez.

¿Por qué tanto sufrimiento esta temporada después del brillo de la pasada? "También empezamos mal entonces, lo que pasa es que cuando hay cambios de jugadores y de estilo en un equipo cuesta adaptarse al proceso de rodaje. Hemos hecho una primera vuelta muy mala. Luis Casimiro, cuando vino, siguió con la línea de Scott Roth y cambió un par de cosas, pero lo que más destaco de él es la ilusión, las ganas con las que llegó, y que nos puso las pilas. Eso sí, ha habido tan buen ambiente lo dos años que daba igual que fueras joven o veterano", afirma el español.

Hablan a menudo con Satoransky, que felicitó al club en Twitter por la permanencia, sobre todo Kris y Willy: "Nos mandamos mensajes de voz después de los partidos para darle un poco de caña a Balvin", dice el letón, que examina el curso de los tres: "Hemos tenido muy buenos momentos y no tan buenos. Hemos trabajado duro, antes mucho con Diego Ocampo y ahora con Javi Carrasco, pero no debemos ponernos nosotros las notas".

Radicevic guardará en la memoria su exhibición en Zaragoza en el triunfo tras dos prórrogas y un detalle de Aíto: "Después del partido en casa contra el Gran Canaria vino al vestuario y me dijo cosas muy buenas, que había evolucionado en mi juego, aunque también que tengo que mejorar más la defensa...", asegura entre carcajadas antes de dejar otra perla cachonda: "Casimiro ha sido el único que me felicitó por defender bien a Pau Ribas ante el Valencia y en el choque contra el CAI".

Willy le echa flores al balcánico, pero le suelta algún dardito: "En la pista ha demostrado que tiene un carácter competitivo, no le gusta perder a nada y es un gran compañero. Le gustan las bolas calientes y las mete, desde mediocampo o desde donde sea, aunque en los entrenamientos odio cuando penetra, porque salgo a la ayuda para defenderlo y no sé cómo lo hace, pero te agarra de un brazo para que no puedas saltar y así tira solo. No lo puedes taponar. Tiene mucha fuerza, unas grandes piernas y podría hacer mates, pero no se atreve, es un poco mariquita. Y fuera de la cancha, es muy responsable. Tiene su carácter serbio, pero como lleva tanto aquí, es más ameno".

"Soy fan de Porzingis..."

Aún no se sabe qué franquicia elegirá a Porzingis en el draft, pero Hernangómez tiene claro que puede marcharse ya, que no está tan verde como muchos piensan ni le falta seguir recibiendo codazos en Europa. "Nadie le va a dar más hostias de las que le he dado yo, sinceramente. Una oportunidad así no pasa más veces por tu vida y hay que aprovecharla. Kris ha demostrado que aprende muy pronto y allí será igual. Yo soy fan de Porzingis. Tengo su camiseta y me la pondré en verano". Al español le queda un año de contrato con el Madrid aunque Felipe Reyes ha renovado por dos... "Bien, ¿no? Así podemos seguir aprendiendo y viéndolo jugar. Ha demostrado que puede seguir, parece que tiene 20 años y está hecho un animal. Tuve la suerte de entrenar un año con él y mejoré muchísimo. Me encantaría que jugáramos juntos".

Muy seguro de sí mismo, el báltico tiene los pies en el suelo y es consciente de que no debe ir acobardado a la NBA. "No puedo ir con miedo, pensando madre mía, cómo están éstos de fuertes. Pelearé con ellos igual, trataré a diario de ganarme mi sitio y mis minutos. No podré tirar mis triples liberado y trabajaré para ponerme más fuerte. Y estamos trabajando que me salga un poquito más de barba", bromea.

"La adaptación no será tan difícil. Hablo inglés muy bien y eso me ayudará, no como les pasa a otros europeos. Por Roth conozco su estilo de juego, la terminología y seguro que me servirá", sostiene Kris, quien admite cuál ha sido su peor momento en el lustro que ha estado en Sevilla: "Cuando llegué, porque tenía anemia, no podía ni correr, estaba muy débil, muy delgado. Lo pasé mal porque no sabía español y no podía hablar con mis compañeros. Con 15 años fue una situación difícil. Gracias a Inmaculada -la dietista- superé la anemia, empecé a jugar y todo mejoró".

Selección y un mensaje

La madre de Porzingis ha estado ocho meses aquí... "cocinaba para mí y para Niko, que no sabe. Coincidió que estábamos jugando muy bien él y yo, entonces me dijo Willy que eso era por los platos que nos ponía ella", suelta sonriente el letón. "Es verdad. Fuimos a ver un partido de la Euroliga a su casa y nos puso una tarta espectacular con gelatina, frutas...", interviene el madrileño. "Bueno, creo que a Niko le gustó o al menos nunca dijo nada malo", resuelve el letón. Radicevic, siempre más apurado, ya sabe que este verano no irá a la selección dirigida por Djordjevic. "No me llamó nadie de la Federación Serbia. Iré unos días a Estados Unidos a entrenar y luego trabajaré con mi entrenador de toda la vida (Aleksandar Matovic)". Willy apunta que "tampoco sé nada. Tuve la increíble experiencia del año pasado. La selección es un premio y sólo van los mejores. No sé si iré pero me encantaría poder estar invitado o ser uno de los elegidos para el Eurobásket. Sería un orgullo defender la camiseta de España, porque me siento muy español".

Aun sin entrar al trapo en cuestiones que no controla sobre el peligro de que el club desaparezca, Hernangómez se despide con un mensaje de apoyo y fe: "Veo imposible que Sevilla no tenga equipo en la ACB. No me cabe en la cabeza. Hemos conseguido la salvación y Moral está trabajando como un animal. El CB Sevilla merece estar otros 28 años en pie".

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