La apuesta más firme de Antonio Blanco
"Ha jugado sólo diez minutos y lo veo regular, no es el Beñat que yo conozco, pero creo que merece la pena que nos arriesguemos y lo traigamos". Con estas palabras aconsejó a finales del curso 08-09 Antonio Blanco, informador del Betis, a Miguel Valenzuela, a la sazón coordinador de la cantera, el fichaje de un futbolista que en esos estertores ligueros en San Fernando, y con algún kilito de más, en nada se parecía al que lo había deslumbrado nueve meses antes en Cuenca.
Porque Blanco, que hoy trabaja para Vidakovic como en su día lo hiciera para Pedro Buenaventura hijo, su valedor, o para José María Nogués, técnico del Betis B en la época referida, viajó el 31 de agosto de 2008 hasta la ciudad de las Casas Colgadas, en fiestas, para asistir al Conquense-Granada. Amén de informes de los rivales del filial, el técnico nazareno recopilaba información de los futbolistas sub 23 de los equipos. Nyom e Ighalo, suplente aquel día, le llamaron la atención. Luego supo que pertenecían al Udinese. Pero Beñat lo cautivó y, cuando llegó a su domicilio a las seis de la mañana, tras viajar en coche de madrugada, lo hizo convencido de haber visto a un jugador diferente. "Su capacidad de trabajo de área a área me impresionó, como sus cambios de orientación y su golpeo, o su facilidad para cortar y limpiar", recuerda Blanco, quien tambió siguió ese año a Miki Roqué, de aquel primer encuentro con el vasco.
Era la jornada 1 en el grupo IV de Segunda B y el propio Valenzuela lo siguió después. También le gustó, pero el físico de Beñat despertaba dudas en todos, sobre todo tras acabar la liga como suplente y con aquellos diez minutos tan regulares en San Fernando.
Pero Blanco, futbolista del Betis B de la época de Casado o Parra al que Carriega mandó cedido al Nàstic, se fió de su buen ojo: lo que vio aquel primer día en Cuenca no podía ser una casualidad. Hacía tiempo que un futbolista no le causaba esa sensación, como en su día le pudiera ocurrir, siendo responsable técnico del Dos Hermanas, con Güiza (Xerez B), Rivas (Betis B) o técnicos del renombre de López Caro o Lucas Alcaraz, a los que reclutó para un equipo que con él vivió sus años de gloria.
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