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Tres años después, ¿otra?

Final de Copa 2010

El Sevilla juega su segunda final copera del siglo con la confianza en poder derrotar al Atlético para sumar su quinto título. La presencia de Negredo abre el abanico para Álvarez

Foto: ANTONIO PIZARRO/MANUEL GOMEZ
Francisco José Ortega / Barcelona / Enviado Especial

19 de mayo 2010 - 05:02

Hace más o menos tres años, el añorado y vituperado, por el sevillismo, Juande Ramos dejaba una sentencia en el Santiago Bernabéu no más finalizar el Sevilla-Getafe que supuso la cuarta Copa de España para el Sevilla Fútbol Club. "No pasarán otros sesenta años", dijo el técnico manchego en ese lenguaje tan perogrullesco y fácil entender para esa plebe en la que se incluyen los futbolistas y los propios aficionados. Está claro que se refería a que el Sevilla volvería a estar presente en una final de este torneo en un periodo de tiempo infinitamente menor al que había tardado para volver a coronarse como campeón nacional. Y no le faltaba razón a Juande, pues hoy, menos de tres años después, el Sevilla se enfrenta al Atlético de Madrid en el Camp Nou con esa posibilidad que sólo le pertenece a los dos finalistas de ser campeón de la Copa del Rey de nuevo.

Nada más y nada menos que eso estará en juego en la noche barcelonesa, la opción de alzar al aire un trofeo que el Sevilla, no se olvide, sólo ha sido capaz de conquistar en cuatro ocasiones a lo largo de sus 105 años de historia. Y aun así ganaría de calle en un hipotético ranking entre los equipos que están radicados en la comunidad autónoma que responde por Andalucía. Así que lo que pueden conquistar los sevillistas en el majestuoso estadio del coloso azulgrana es mucho, muchísimo, tanto que merece la pena dejarse hasta el último aliento en el empeño.

Con esa idea, indudablemente, se embarcaban Antonio Álvarez y sus hombres en el avión privado que los transportaba a media mañana de ayer hasta Barcelona. El ambiente no podía ser más optimista y ni siquiera la ausencia de última hora de Luis Fabiano, probablemente su futbolista más desequilibrante, le quitaba la sonrisa a ninguno de los integrantes de la expedición oficial. Desde José María del Nido hasta los utilleros, pasando por el cuerpo técnico, los propios futbolistas y los servicios médicos, absolutamente todos estaban convencidos de que la victoria sonreirá esta noche al Sevilla. Lógicamente, se respetaba, y mucho, al Atlético de Madrid, pues nadie se debe llamar a engaño respecto a la prudencia existente en las filas nervionenses, pero el optimismo era absoluto.

Y eso que a esas horas nadie daba un solo euro por la participación de Negredo en el encuentro. El primero era un Antonio Álvarez que se hacía al cuerpo de pensar en la búsqueda de las combinaciones más oportunas para hallar las soluciones arriba sin contar para nada con el delantero que ha sido preseleccionado por Del Bosque para el Mundial de Suráfrica. El técnico, en alguna conversación privada incluso, veía casi imposible que se pudieran atender los recursos interpuestos ante los comités federativos. Pero el fútbol tiene esas cosas llamémoslas mágicas, dado que se desconocen su origen, y donde un día te quitan, pues otros te dan, sobre todo en ese ente denominado Federación Española de Fútbol.

Al Sevilla, está claro, le quitaron mucho en cierta reunión celebrada en Valladolid por la plana mayor federativa en un día en el que se incumplieron promesas, como la de llevar la final a Valencia, y hasta se llegó a trapichear con votos para que unos hinchas tuvieran que recorrer el doble de kilómetros que los otros para asistir a esta finalísima. Ayer, en cambio, le devolvían parte de esa afrenta al dejar la tarjeta roja a Negredo en una simple amonestación, tal y como hubiera sido tal vez lo más lógico en un partido de tanta trascendencia. ¿O se imaginan tal vez expulsando a Cristiano Ronaldo por uno de los improperios que lanza al aire a unos 30 metros del insultado?

Sea como fuere, Negredo podrá ser uno de los once futbolistas que finalmente elija Antonio Álvarez para afrontar el encuentro frente al Atlético y ya que se está con las interrogaciones, ahí va otra: ¿Quién puede asegurar que Negredo no vaya a ser el Rodri de este partido, el hombre que consiga el gol que le dé al Sevilla su quinta Copa del Rey? El fútbol es tremendamente caprichoso y se pueden dar todas las circunstancias del mundo para que lo que hoy es negro, negrísimo, mañana se convierta en blanco, casi purísimo. El tiempo se encargará de resolver estas incógnitas en un partido apasionante, en un choque entre dos estilos futbolísticos bastante similares, pues ambos equipos suelen desempeñarse con cuatro delanteros, los dos puntas y los dos extremos, para desproteger el centro del campo. Por ahí puede llegar una de las claves del litigio, pero sea como sea éste lo verdaderamente importante para los 32.000 sevillistas que se han venido hasta aquí es salir coronados como campeones de la Copa por quinta vez. ¡Va por Antonio Puerta y por esos sevillistas!

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