2012, annus horribilis
El Sevilla ha firmado el peor año en lo que va de siglo, con sólo 12 victorias en Liga y hasta 18 derrotas.
El año que muere debe calificarse desde un punto de vista sevillista como annus horribilis. El 2012 ha puesto en evidencia el gran bajón que ha sufrido el Sevilla en los últimos tiempos. Crisis económica y recorte de presupuesto aparte, hay que señalar en grande que ha sido el primero en el que José María del Nido no cumple el objetivo marcado, ni en lo económico ni en lo deportivo. El propio presidente calificó la temporada pasada como rotundo fracaso durante la Junta General de Accionistas, al reconocer que la no clasificación europea por primera vez en ocho años no tiene otro calificativo. Las señales que venía dando el equipo se hicieron patentes en este 2012, cerrado además con un déficit cifrado por el consejo de administración en algo más de 15 millones de euros. Y se plasmaron en la tercera destitución con Del Nido: Míchel por Marcelino.
Pero por si estas señales no fueran ya suficientemente esclarecedoras de la dinámica descendente del Sevilla, hay un dato que remarca esta realidad y que incide directamente en el ánimo de los aficionados. Los sevillistas han vivido el peor año natural, en cuanto a resultados ligueros, en lo que va de siglo, aunque hay que tener en cuenta que el primer año del siglo XXI ocasionó el mayor de los fracasos posibles, el descenso a Segunda División con Marcos Alonso. Durante 2012 el Sevilla, que empezó con Marcelino a punto de ser destituido y termina con Míchel con el crédito agotado, sólo ha sumado 45 puntos en 39 partidos de Liga, merced a 12 escasos triunfos, 9 empates y 18 derrotas, con un balance goleador negativo de -4 (52 a favor y 56 en contra).
Hay que tener en cuenta que evidentemente el año 2000 fue peor por lo que significa un descenso. Pero incluso en aquel año con que comenzaba el siglo, el abonado, el aficionado sevillista en general, disfrutó de más victorias que en este 2012 que muere. Entonces, entre 18 partidos en Primera con Marcos Alonso y 21 en Segunda con Joaquín Caparrós, el Sevilla sumó 48 puntos, gracias a que el utrerano logró enderezar el rumbo para devolver al equipo a Primera en 2001. Aquel año 2000 el Sevilla acumuló esos 48 puntos en 39 partidos con 13 victorias, 9 empates y 17 derrotas, con un balance goleador también negativo de -6 (51-57). Desde entonces, y ya siempre en Primera División, el Sevilla fue mejorando los números hasta el gran ciclo entre los años 2005 y 2010. Jamás desde aquel ascenso con Caparrós el Sevilla sumó menos puntos que ahora, 45. E incluso en el primer año tras el regreso a la élite, en 2002, el equipo que dirigía entonces el técnico utrerano sumó 46 puntos en cuatro partidos menos, 35, con los mismos 12 triunfos que en 2012, 3 empates, sólo 13 derrotas, cinco menos que actualmente, y una diferencia de goles favorable de 4 tantos (36-32).
La segunda peor puntuación desde aquel 2002 fue la que acumuló el Sevilla en 2010, año en el que se produjeron no sólo la primera destitución de un técnico en la era de Del Nido, cuando Manolo Jiménez le cedió el puesto a Antonio Álvarez, sino que también vivió la de éste por Gregorio Manzano. Aquel Sevilla que ganó la Copa del Rey sumó durante aquel año que vio la última clasificación para la Champions 53 puntos, con 16 triunfos, 5 empates y 18 derrotas (60-63).
El Sevilla de Míchel está a años luz de aquel gran equipo que con Juande Ramos sumó 79 puntos en el mágico 2006, en el que lideró una hipotética clasificación anual. Y también muy lejos de aquel otro gran Sevilla que, en manos de Jiménez, acumuló 72 puntos en 2008 y 69 en 2009, año en el que Nervión vivió su última clasificación directa para la Champions.
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