25 aniversario de una obra de arte: el inolvidable golazo de Ronaldo al Compostela

Tal día como hoy, un 12 de octubre pero de 1996, Ronaldo Nazario se dio a conocer al mundo. El brasileño, por aquellos entonces el fichaje más caro de la historia a sus recién cumplidos 20 años, deslumbró al planeta fútbol con una de esas jugadas que, pasen los años que pasen, perduran en el imaginario colectivo de los aficionados.

La leyenda de Ronaldo, cimentada en unas cifras de escándalo en el PSV y una monumental elástica a Geli en su debut con el Barcelona en la Supercopa de España, se hizo real aquella tarde en el estadio de San Lázaro. Fue uno de los 34 tantos que le hicieron 'pichichi' de LaLiga con el Barça, pero no fue un gol más. Fue una definición del fútbol del brasileño: potencia, regate, perseverancia, gol.

La jugada comenzó con una pérdida de balón de los locales ante la presión del delantero azulgrana. Cuando se hizo con el balón, ya no hubo manera de pararle: en su carrera de casi 50 metros, en apenas diez segundos, dejó por el camino a tres rivales -Chiba, José Ramón y William- y eludió a un cuarto -Bellido- antes de batir con un tiro raso al meta Fernando ya desde el punto de penalti. Los intentos para derribarle, agarrones incluidos, fueron inútiles. En San Lázaro quedó claro que Ronaldo, en carrera, era imparable.

Las lesiones, por desgracia, restaron brillo a la carrera de un jugador llamado a sentarse en la mesa de Pelé y Maradona, en lo más alto del Olimpo futbolístico. Tras su grave dolencia de rodilla, que se produjo estando en el Inter, hubo otro Ronaldo. Aún así logró ser dos veces campeón del mundo, otras tantas de América, Balón de Oro en dos ocasiones y máximo goleador histórico de la Copa del Mundo hasta que Klose le arrebató el título.

Y a lo largo de su carrera, que le llevó a convertirse en icono del eterno rival azulgrana, consiguió algo que pocos pueden: poner de acuerdo a los aficionados del Barcelona y del Real Madrid. Y es que para todos ellos Ronaldo, pese a las malditas lesiones, fue uno de los mejores 'nueves' de la historia. Si no el mejor...