El adiós más peculiar

Palop se pone a disposición para vivir activamente su adiós, una cita con sensaciones extrañas justo cuando Beto genera dudas. Kanoute, que salió desde el banquillo, tuvo su despedida ideal.

Andrés Palop detiene un balón durante el ensayo de ayer en la ciudad deportiva.
Andrés Palop detiene un balón durante el ensayo de ayer en la ciudad deportiva.
Jesús Alba Sevilla

30 de mayo 2013 - 05:02

No ha habido dos como ellos en la historia reciente del Sevilla. Palop y Kanoute; Kanoute y Palop. Otros, como Jesús Navas, como Daniel Alves, como Luis Fabiano... también ayudaron, pero el portero valenciano y el delantero franco-malí cambiaron la dinámica y fueron los pilares de un Sevilla irrepetible que conquistó seis títulos, cinco de ellos en el corto espacio de tiempo de un año y medio.

Ahora que se acerca el adiós del mejor guardameta que ha pasado por Nervión surge una extraña sensación entre el sevillismo. De alguna manera, suele ser así. Kanoute jugó su último partido oficial casi de puntillas en Cornellà saliendo unos minutitos desde el banquillo, aunque tuvo su fiesta especial una semana antes en el Sánchez-Pizjuán ante el Rayo Vallecano. Aquel día marcó un tanto, dio las gracias al sevillismo con una camiseta, el equipo ganó por 5-2 y todo salió redondo. Pero Kanoute no fue titular. Salió en el minuto 64 por Rakitic, aunque se hizo el dueño de la fiesta en un partido en el que el Sevilla ya no se jugaba nada, pues había perdido sus opciones de entrar en Europa.

Ahora, Palop se aproxima a una tesitura parecida. La afición espera verlo por última vez con los galones de una titularidad, con su brazalete de capitán defendiendo la portería del Sevilla desde el minuto uno, pero, ¿pensará Emery lo mismo? Se da la circunstancia de que el portugués Beto no tuvo precisamente en el último encuentro ante Osasuna una noche muy afortunada. Culpable claro de uno de los goles, el segundo, su figura ha perdido crédito entre las preferencias de la afición. Aunque el aficionado en este caso no manda.

"He de deciros que el partido del sábado es un partido histórico por muchísimas circunstancias. No tengo que decir que despedimos a uno de los mejores jugadores de la historia del Sevilla. Al mejor portero de la historia del Sevilla y a uno de los que más títulos ha conseguido en su historia, Andrés Palop. La despedida de Palop es motivo más que suficiente como para que todos los sevillistas lo arropemos y arropemos al Sevilla en el Sánchez-Pizjuán el sábado". Las palabras de José María del Nido en la noche del martes en la inauguración de la nueva sede de la Peña Sevillista Pepe Quintanilla son rotundas y conmueven a cualquier aficionado. El equipo se agarra a su última oportunidad de poder entrar en Europa vía suspensión de Málaga y Rayo Vallecano, pero para ello necesita sumar los tres puntos ante el Valencia.

Además, el rival es otra clave para convertir en especial el adiós de Palop en el Sevilla. El club de Mestalla significa su pasado y puede que hasta su futuro, pues durante el año se ha rumoreado con que el guardameta, con 39 años ya cumplidos, podría acabar su carrera de nuevo en la primera plantilla de la entidad levantina.

Palop, que jugó por última vez en Nervión ante el Zaragoza dejando la portería a cero (4-0) a mediados de marzo, disputó sus últimos minutos con el Sevilla en Valladolid, choque en el que no pudo viajar Beto por una gripe. Ahora, se produce una situación extraña. Palop se ha recuperado de una lesión que le ha impedido estar disponible en el último encuentro, el equipo necesita ganar, el portugués generó dudas en su última actuación y la afición quiere ver a su ídolo, cuyo apoyo ha sido solicitado por el propio presidente para que tenga una despedida acorde con la huella que su paso deja en el club. En el caso de que se quedara en el banquillo, una salida con el partido en juego se antoja más difícil que cuando sucedió con Kanoute, aunque también sería posible dependiendo, sobre todo, del resultado del encuentro.

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