El adiós de Rosendo

El día que Salamanca llora por la disolución de la Unión Deportiva, un hombre que vivió de cerca sus mejores años no quiere salir a la calle. Rosendo Cabezas abandona la disciplina del Sevilla en septiembre y con su marcha se borran -o no- muchos recuerdos. El mejor cazatalentos que pasó por Nervión deja el staff de técnicos del club al que llegó en 1987 y en el que ha permanecido en dos etapas con el paréntesis que por problemas personales (de 1998 a 2003) lo obligó a fijar su residencia en Salamanca. Bengoechea, Zamorano, Polster, Suker, Simeone, Tsartas… son nombres que encabezan páginas de oro en la historia del Sevilla gracias a su buen ojo, el mismo al que ahora, con 68 años, da el merecido descanso.

"Va a empezar otra etapa en el club, hablamos Monchi y yo y así lo decididimos. Me van a tener para lo que quieran y seguiré colaborando de alguna forma si así me lo piden", explica la clave del éxito del Sevilla de la ilusión, el que se gestó con Luis Cuervas en la presidencia. Fue una etapa bonita, anterior al de la explosión de los títulos, pero que quedará grabada en la memoria de los sevillistas que lo vivieron. Rosendo, cuyo último servicio para el Sevilla ha sido este mismo mes el seguimiento de la Ronda Élite de clasificación para el Europeo sub 19 en Noruega, llevaba dos años colaborando con la dirección deportiva que coordina Monchi realizando informes de torneos internacionales puntuales, así como el seguimiento de la liga portuguesa por la cercanía con su residencia en Salamanca. Por ello, en el fichaje de Babá muchos quisieron cargarlo con la responsabilidad, algo que ni se adjudica ni se la sacude. Elegante, Rosendo recuerda que los futbolistas no siempre rinden igual en un cambio de hábitat. "A Babá lo vieron varios técnicos, cada uno con su opinión, pero en general había buenos informes. En el partido que yo lo vi le hizo dos goles al Oporto y eso no es sencillo".

Rosendo dice adiós orgulloso de lo hecho en el Sevilla y dejando muy buenos amigos con los que tuvo horas y horas de conversaciones, de fútbol y de la vida. Algunos ya no están: Manuel Ruiz Sosa, Antonio Leal Graciani, Pepe Alfaro, Florencio el de la Ciudad Deportiva… "En el Sevilla he sido muy feliz y he disfrutado mucho. He vivido momentos buenos y momentos malos, y ha sido una parte muy importante de mi vida", explica un hombre agradecido por encima de todas las cosas. Agradecido a Luis Cuervas, a Del Nido y a Monchi. "Monchi ha sido un jefe excepcional, apoya a todos, corrige muy poco y le da posibilidades a todo el mundo", sentencia antes de defender su crédito ante el mal momento que atraviesa. "Yo he vivido el mejor momento de la historia del club con Monchi y Del Nido. Eso no se puede obviar. Fallar, falla todo el mundo. El Barcelona con Luis Aragonés estuvo a punto de irse a Segunda".

Rosendo no tiene dudas. El actual gestor es el mejor presidente de la historia. "A Luis Cuervas le tengo que agraceder que apostara por mí y me diera esta oportunidad. Y él fue el que inició el crecimiento, el pasar de ser un club del montón a un club con sueños. Del Nido ha sido el alma máter del Sevilla de los títulos. Hemos estado siempre juntos porque con Cuervas trabajamos codo con codo", explica el técnico salmantino, que cree que en estos momentos el Sevilla está en una fase clave. "Creo que es un periodo de transición entre una época gloriosa y otra que puede ser también muy grande. Hay que tener fe".

Para terminar, da su opinión sobre la última incorporación, el rumano Raul Rusescu. Cree que la adaptación, como casi siempre pasa, será clave. "La adaptación a una ciudad como Sevilla, por el clima y por otros factores, es algo jodido. Pero el rumano es latino, de sangre caliente y creo que irá bien. ¿Futbolísticamente? Es buen delantero centro, un buen marcador y un punta creo que de garantías, aunque su rendimiento dependerá de los futbolistas que lo rodeen".