Dos aclarados mortales

Champions: Manchester City-Sevilla · Informe técnico

Sobró la impericia para cerrar los pasillos a Toure Yaya y De Bruyne.

Foto: Paul Wilkinson / CarterSports
Foto: Paul Wilkinson / CarterSports
Juan Antonio Solís

22 de octubre 2015 - 05:02

A estos niveles, los más altos del fútbol internacional cuando se trata de clubes, puedes firmar un partido dignísimo, preñado de valentía y buen hacer, que si incurres en errores groseros ante futbolistas top, como son los casos de Toure Yaya y De Bruyne, los pagas carísimos. Y te vuelves con cara de pánfilo. Imperdonable cómo Kolodziejczak le abre un pasillo en la misma línea de fondo al enorme manijero marfileño en la jugada que acaba en el afortunado empate del City. E imperdonable que Krychowiak, que estuvo mayúsculo hasta entonces, arriesgue al intentar robar la pelota por anticipación, falla y dejar expedito otro pasillo a Toure Yaya, por si no bastara, Iborra defiende con la mirada a De Bruyne y abre la tercera vía letal, la que condena de forma injusta al Sevilla.

Defensa

Esa jugada decisiva tan al final sobrevino en un contragolpe. Pocos empates eran tan positivos a los ojos de los sevillistas como el que mascaba ya en el Etihad. Y de hecho, el arrojo del Sevilla hasta la campanada final se reflejó en que los últimos diez minutos se desgranaron más en el mediocampo de los ingleses que en el sevillano. Pero flotaba ya en el ambiente que los sevillistas, con los sucesivos cambios de Unai Emery, habían perdido estabilidad, control. Y habían dado sucesivos pasos atrás. Porque la presencia de Banega y Konoplyanka, los hombres que le cambiaron la faz al equipo en su última comparecencia liguera en Eibar, eran el punto de partida, junto con Krychowiak -ayer bien en la salida de la pelota desde atrás- y Vitolo, para asegurar la posesión, salvar la primera línea de presión de los citizens. Desahogar, en definitiva. Sin el argentino y el ucraniano, con Krohn-Dehli y N'Zonzi por la pareja, los de rojo desahogaron menos. Y sufrieron más. Y aunque tuvieron un arreón final de orgullo, valentía y fe, el equipo se descolocó en una pelota que Krohn-Dehli arriesgó demasiado: un globito a la zona de los centrales -la jugada pedía asegurar, reiniciar tocando atrás si era necesario-, que agradecieron los zagueros de celeste para originar el fuego que ni Krychowiak ni Iborra pudieron apagar.

Ataque

Banega hizo de nuevo que todo girara a su alrededor. Su pausa da seguridad hasta a Krychowiak para tocar a los espacios adecuados. Abrió a la izquierda para que Konoplyanka -al fin en su zona natural- desmadejara el embrollo de Pellegrini con la ayuda de Tremoulinas. Por la derecha, Vitolo hacía un tanto de lo mismo con Coke de socio. Y Gameiro, tirando de movilidad para sacar de zona a dos panteras, como son Mangala y Otamendi. Los sevillistas no se apuraron, tocaron, triangularon y tiraron la línea arriba, con Rami muy atento.

Virtudes

La impronta de equipo digno de estas exigencias. Y valiente.

Talón de Aquiles

Emery planteó el partido mejor que lo desarrolló con los cambios. Y dejar esos dos aclarados...

Uno por uno

Sergio Rico Mala suerte en el rebote del empate. Muy ajustado el 2-1. Antes, buenas estiradas. No se arrugó.

Coke Activo arriba, atrás se cerró demasiado hacia el área.

Rami Cruces rápidos. Con la pelota, solvente.

Kolodziejczak Error de bulto ante Toure Yaya al abrirle el pasillo por la línea de fondo.

Tremoulinas Lo pasó muy mal con Navas. En ataque, incisivo junto a Konoplyanka.

Krychowiak Tan sobrado estaba, que arriesgó demasiado en ese contragolpe letal que lo decidió todo.

Banega No encajó de buen grado su sustitución. Con ella, el equipo dio un paso atrás.

Vitolo Fuerza y resistencia. Calidad para ver, elegir y pasar.

Iborra Un tanto sobrepasado.

Konoplyanka Dio un paso adelante en su rol. Maniobró con calidad desde la banda hasta el área. Y con llegada.

Gameiro Más trabajo que remate. Sobre todo de cabeza.

Krohn-Dehli Tocó en corto, pero erró en el origen del 2-1.

N'Zonzi No fue por él.

Mariano Ofensivo.

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