Xavi comanda la fidelidad a un estilo
España tarda diez minutos en apoderarse del balón y del partido y sólo sufre en dos fallos defensivos muy puntuales
El triunfo de España es el triunfo de un estilo. Aunque en el fútbol todo quede reducido a la victoria, hay formas y formas de ganar. Luis Aragonés apostó por un estilo, quizá el más digno, y pese a las muchas dudas que a él mismo le generó tras el Mundial, acabó convencido de que no había otro camino. España no produce músculo, abunda el jugador pequeño de buen trato al balón y en torno a este tipo construyó el equipo. E inyectó sus ideas a los futbolistas. Y siempre encontró a alguien que validase la apuesta con Xavi como alumno aventajado.
Defensa
Escrito quedó que España sería en el campeonato lo que su defensa y así fue. La firmeza que naciese en Marchena tras lesionarse Puyol en el segundo partido fue en constante crecimiento hasta lograr que la puerta quedase imbatida en los tres últimos partidos.
Sólo un fallo individual de Sergio Ramos ante Klose al inicio y otro de Puyol que casi aprovechó Ballack amenazaron la seguridad que le dio a España un Marcos Senna cada día más agresivo y, principalmente, la desconocida presión del resto de mediocampistas, acorralando a Alemania en la segunda parte.
Ataque
Pero España se defendió sobre todo con su diccionario, con un balón al que tardó en tratar de forma paciente quince minutos. Un balón que ya circularía con sentido hasta el gol de Torres. Un balón del que llevó a sobrarle control y al que sólo faltó educar para que fuese más rápido y preciso en algún contraataque cuando su dueño no fue Xavi. Un balón que sólo fue de Alemania en las esporádicas razias de un rival obligado a mascar su derrota.
lo mejor
La valentía. El equipo nunca perdió metros pese a ir ganando.
lo peor
Algún apuro por nervios conforme se acercaba el objetivo.
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