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málaga - sevilla · informe técnico
No empezó despierto el Sevilla, pero si se abre una rendija enfrente, suelta un caudal ofensivo irrefrenable. La roja a Weligton desató una exhibición de cómo abrir el campo. Tres goles en diez minutos y a otra cosa, que aparece en el horizonte una final europea.
Resulta muy curioso que una polémica decisión de Unai Emery en la primera jornada, la entrada del canterano Luismi como pivote defensivo ante un Valencia con diez que lo agradeció hasta empatar en un rebote, haya resultado decisiva para esa cuarta plaza. Y más que ese pequeño borrón táctico -dentro de un excelso trabajo del vasco, vaya por delante- han sido las carencias defensivas, los pocos efectivos de garantías los que privan al Sevilla de haber sido incluso tercero: 45 goles encajados por los 32 del Valencia (un punto más que los sevillistas) o los 29 del Atlético (sólo dos puntos más). Ayer, en La Rosaleda, el Sevilla volvió a sufrir atrás en su puesta en escena. Pero su capacidad ofensiva, otra vez, pesó más.
Defensa
La tensión colectiva del Málaga fue mayor desde el primer minuto, desde el primer balón. Ese punto de agresividad de los locales los llevó a ganar los rechaces, los balones divididos, los forcejeos. Y el balón empezó a merodear el área de Sergio Rico, con habituales jugadas a balón parado o centros colgados al área. Mucho más bulliciosos anduvieron los mediapuntas blanquiazules, Samu García, Amrabat y Juanmi, que los sevillistas Aleix Vidal, Iborra y Reyes. Y muy listo estuvo también Javi Guerra para buscarle y ganarle la espalda a Carriço o Arribas. Menos mal para el Sevilla que Sergio Rico, otra vez, se estiró con rapidez y eficacia para desviar algún que otro tiro envenenado.
La expulsión en el minuto 26 de Weligton aplacó las acometidas malaguistas, que volvieron cuando el Sevilla se relajó con 0-3. Ahí, Javi Guerra, enchufadísimo, lo maquilló todo.
Ataque
Banega muy anclado atrás, Aleix Vidal tratando de sorprender sin éxito lejos de la derecha, Reyes con cierta desidia, Gameiro e Iborra dejándose llevar... No inquietó el Sevilla a Kameni hasta que el Málaga se quedó con diez. Y ahí, Emery activó su plan en el intermedio: la defensa dio un firme paso adelante, Banega se adelantó 20 metros, Aleix Vidal se centró en hacer daño donde más lo hace, por la derecha, con Coke llegando desde atrás y Reyes desde dentro, como en el 0-1.
Por la otra banda, el carril era de Tremoulinas. Fue espectacular cómo abrió el Sevilla el campo para juguetear con la defensa local. Reyes, Banega, Tremoulinas, Coke... todos se convirtieron en llegadores.
Virtudes
Los recursos tácticos de Emery para dar con la tecla en plena partida. Y los recursos ofensivos, técnicos, para plasmarlo.
Talón de Aquiles
Salió con cierta tibieza.
Uno por uno
Sergio Rico Estiradas rápidas y ágiles, a pesar de su envergadura, en tiros ajustados abajo cuando hubo partido. Dejó corto un rechace.
Coke Amrabat le creó problemas con su juego a pierna cambiada. Salvó un gol y se desdobló arriba. Ojo, que Kokoplyanka lo buscará así.
Arribas Algún pase arriesgado en la salida de balón. Por alto, cumplió.
Carriço Lento en un autopase de Javi Guerra en el área.
Tremoulinas Un puñal. Por fuera y, en el 0-3, por dentro.
Banega Mejor cuando el equipo ganó metros. Golpeo de calidad en el gol.
Krychowiak Anclado.
Reyes Otro que explotó cuando se sumó gente arriba. Temple y genio en su tanto.
Iborra Poca chicha.
Aleix Vidal Cuando enfila y acelera por la derecha, se va.
Gameiro No trabajó sin el balón lo que suele. Frío.
Mbia Como Krychowiak, no soltó amarras.
Denis S. Blando en el repliegue.
Bacca Sin forzar.
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