Vísperas de mucho y amén
Desde mi córner
La euforia desatada por el milagro a orillas del Mar Negro ha de aparcarse mañana
Vísperas de mucho, días de nada es una sentencia del refranero español que suele cumplirse en más ocasiones de las deseadas. Es un canto a la decepción que no debe suceder en lo que hoy estamos viviendo. El milagro georgiano de Batumi fue la alfombra roja que la selección española deseaba para que la cita de mañana en la Cartuja perdiese dramatismo, pero verdes las siegan y caer en un nirvana conformista puede ser fatal.
Sábado de vísperas ilusionadas ante el duelo de mañana con Suecia, nunca creímos hasta la atardecida del viernes, noche cerrada en Georgia, que el líder del grupo, el equipo que cuenta con una delantera formada por Isak e Ibrahimovic, iba a pegarse el pellejazo que se pegó en el AdajaraBet Arena de Batumi. Fue la confirmación de que el maracanazo continúa vigente y de que todo lo que pueda pasarle a alguien puede pasarte a ti mismo, ergo quien quiera entender que entienda.
España es lo que Luis Enrique quiere que sea, como una tropa en la que si él ordena ir a bayoneta calada y pecho descubierto allá el que no lo haga. Eso no se le puede negar a un equipo que tiene en un chaval de sólo diecisiete años el ejemplo individual más cercano. Pero es un equipo que sufre en demasía y a veces durante bastante tiempo. Antier en Atenas no lo pasó peor de lo que lo pasó por la propia entidad de los helenos, que hoy en día dan para lo que dan.
Y son los mismos griegos que nos empataron en Granada, por lo que vamos cruzar los dedos y dejemos de levitar en este tiempo de vísperas. Aunque todo se facilitó el jueves, no vendamos la piel del oso antes de darle muerte y detengámonos a pensar en lo que le pasó a Suecia con los georgianos a orillas del Mar Negro. Estamos en la víspera del día señalado para validar el visado rumbo al otoño caliente de Qatar y lo decimos en el deseo de que sea víspera de mucho, no de nada.
1 Comentario