Que Velázquez lo aleje de su área

Julio Velázquez embarcó de noche hacia Sevilla con tres puntos en el avión y una idea muy clara: hay que alejar al Betis lo más posible de su área. Los equipos que se instalan arriba suelen llevar los partidos más cerca de la portería contraria que de la propia. Este buen hábito se antoja fundamental para el ascenso viendo las prestaciones de esta plantilla. Sus defectos más evidentes están atrás. Y tan manifiestos, que pueden tirar por la borda un partido con 0-3 a favor en el minuto 87 y ante un equipo muy rudimentario, como es este Sabadell. Estuvo a punto de pasar en la Nova Creu Alta. Dos goles en dos minutos, 2-3 y otra ocasión final de los arlequinados que sembraron la inquietud en los numerosos béticos. Y en Velázquez.

DEFENSA

En Segunda no abundan los jugadores rápidos, con desborde y llegada desde atrás. Ésos suelen jugar en Primera o en una buena liga de Europa. También escasean los medios dinámicos, con técnica para lanzar milimétricos pases en largo o para romper una línea de presión al primer toque. Por todo ello conviene imponer tu superioridad física y técnica -sobre el papel, el Betis es mejor que casi todos en esta liga- plantando la línea defensiva lejos de tu portero, haciéndose con el control del centro del campo y apretando lo más arriba. Es complicado que te sorprendan concediendo metros entre tu línea de zagueros y el portero.

Tras un dubitativo inicio, el Betis, sobre todo con el primer gol, impuso ese plan, con Reyes y Xavi Torres anclados, más Matilla unos metros más arriba, como vértice más adelantado de ese triángulo. Eguaras y Javi Hervás, las piezas arlequinadas destinadas a distribuir la pelota, quedaron asfixiadas entre su bajo ritmo y el buen trabajo de los medios béticos. También hubo solidaridad: Rubén y Cejudo se esforzaron en el repliegue por fuera, ayudando a unos laterales que achicaron bien. Así, poco tráfico hubo cerca del área bética. Y poco balón parado. El único foco de inquietud lo encarnó por la izquierda del ataque barcelonés el canario Aridai, bullicioso, con cierto pique.

Pero la relajación tras el 0-3 y el trabajo cumplido llegó antes de tiempo. Adán que mide mal una salida por alto, Jordi que se traga otro centro bombeado y dos goles en contra en dos minutos.

ATAQUE

En estático, en la elaboración y el toque, hubo poca fluidez. Todo empezó bajo el escaso dinamismo de Matilla, la tibia participación de Rubén desde la izquierda y las imprecisiones de Molina y Cejudo. Pero ese 0-1 que nace de un balón parado lo aclaró todo. Cejudo cogió confianza y tiró para arriba por la derecha, como Álex Martínez en la otra banda, desde atrás. Y Molina empezó a jugar de espaldas a la portería como él sabe, asociándose con Rubén. El canario, por cierto, fue a más a medida que el Sabadell se destapaba atrás.

VIRTUDES

Hubo solidez y control mientras llevó el partido lejos de su área. Se fajó como hay que hacerlo en esta categoría y marcó las diferencias por su calidad y pegada arriba.

TALÓN DE AQUILES

El eje de la zaga sigue sin inspirar seguridad. Y si encima Adán se suma a la fiesta...