Varias pruebas en una sola

Málaga - sevilla

El Sevilla, a reaccionar en La Rosaleda tras el frenazo a su escalada para mantener intacto su prurito europeo. Las bajas de Carriço, M'Bia y Marin debilitan el eje.

Eduardo Florido

01 de febrero 2014 - 05:02

El Sevilla afronta esta noche en La Rosaleda varias pruebas en una sola. El partido, de entrada, es uno de los que los aficionados malaguistas señalan en rojo por lo que significa de derbi en Málaga. Unai Emery, muy atento a esta realidad, ha querido imbuir en sus jugadores ese carácter de derbi para que no haya un desfase muy grande en la motivación. Además, la cita les ofrece la oportunidad a los sevillistas de zanjar el pequeño bache en que andan metidos después del frenazo que ha supuesto para su escalada la derrota en Nervión ante el Levante. De golpe y porrazo, una magnífica racha de ocho partidos sin perder, con 17 de 21 puntos sumados, se ha convertido en un feo socavón, con sólo dos puntos de los últimos 9 posibles merced a los dos últimos empates a domicilio, en Elche y en el Vicente Calderón. Hoy juega de nuevo como visitante el equipo de Emery y parece que ésta puede ser la mejor receta para recuperar el paso perdido. Pero, y ésta es otra prueba a la que se someterá hoy el Sevilla, la columna vertebral anda cogida con alfileres por las bajas de Carriço y M'Bia, sobre todo, y también de secundarios como Marin o Jairo, que privan de versatilidad al ataque sevillista.

No será tarea sencilla, desde luego, hacer sangre hoy al Málaga de Bernd Schuster, necesitado como está de un triunfo que, por su parte, dé por finiquitada otra mala racha de cuatro partidos sin ganar. El peligro del descenso empieza a asomar por La Rosaleda, visto lo apretado y ajustado de la lucha en la zona baja, y hay conjura en Martinicos para que, precisamente hoy, se dé por zanjada esa negativa serie. ¿Qué mejor partido que el derbi con el Sevilla para espantar fantasmas y levantar la cabeza?, planean lícitamente en la Costa del Sol. Y como éste es el planteamiento del rival, pues Emery ha dado por buena esa calificación de derbi que por Nervión rechina un poco pero que no viene mal para igualar, al menos, la motivación de partida de un encuentro que presenta muchos matices.

El primero, y quizá más importante, es el once que puede ofrecer el técnico guipuzcoano. Beto llega entre algodones por una sobrecarga en el gemelo y es duda. Además, la baja de Carriço, por acumulación de amonestaciones, se une a la de M'Bia, que no se ha recuperado a tiempo del esguince de rodilla que sufrió en Elche, y esto obligará a Emery a reinventar un plan B. No podrá disponer de dos medios de corte defensivo so pena de arriesgar con el joven e inexperto Cristóforo junto a Iborra, algo que no parece lo más idóneo teniendo en cuenta el escaso protagonismo del uruguayo últimamente. Así pues, en La Rosaleda, el Sevilla no tiene otro remedio que ponerse en el campo con una versión revisada del plan A, con Rakitic junto a Iborra, algo nada habitual a domicilio desde aquel triunfo en Cornellá. Para equilibrar el carácter ofensivo de la medular, Emery podría dar entrada a Alberto Moreno como extremo izquierdo, por delante de Fernando Navarro. Y otra duda que se plantea viendo la convocatoria es si apostará por Reyes como mediapunta junto al carrilero sevillano y Vitolo o tirará de nuevo de Gameiro junto a Bacca para darle más fuerza al ataque.

Si hay más de una duda en el once de Emery, no le anda a la zaga en este aspecto Schuster, que debe solventar los problemas de su ataque, con muy escaso gol. El jeque Sheikh Abdullah Al Thani ha tenido a bien realizar un esfuerzo extra en enero y le ha fichado a Schuster varios futbolistas, por lo que puede que el técnico alemán palíe las bajas de Santa Cruz y Weligton con alguno de los nuevos, en particular el holandés Nordin Amrabat.

Otro factor, aparte de la necesidad del Málaga, es que en La Rosaleda hay ganas al Sevilla por la condena de José María del Nido, y, más aún si cabe, porque fue el beneficiario de su eliminación europea por deudas, que allí ha sido tomado por algún que otro político como una bandera de la demagogia anticapitalina. Si a eso se suma que últimamente los nervionenses han puntuado mucho allí, pues es fácil imaginarse el ambiente... Afrontar con hombría el espinoso pleito para salir del bache es el interesante reto.

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