Varapalo al Betis del futuro
Fallece Gómez Porrúa, cabeza visible de los administradores · Gordillo solicita serenidad y la juez deberá nombrar otro
Había nacido hace 49 años en Sanlúcar de Barrameda, no era socio del Betis y, es más, le simpatizaban más, según él mismo había confesado, los colores del Atlético de Madrid. Pero da igual. Juan Manuel Gómez Porrúa estaba destinado a ser uno de los hombres de futuro del nuevo Betis que se avecina. Quizá el más importante en esa transición que se avecina a raíz de que el próximo 14 de diciembre se desarrolle la Junta General Extraordinaria que debe servir para desalojar del club al okupa de Luis Oliver y al resto de actuales dirigentes.
Pero Porrúa, abogado y profesor titular de Derecho Mercantil de la Universidad de Sevilla, falleció ayer de manera inopinada en su domicilio familiar en Espartinas. Su cuerpo fue encontrado muerto sin conocerse las causas del fallecimiento, aunque ayer se especulaba con un posible infarto, y fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Sevilla, donde le fue efectuada la pertinente autopsia.
La vida de este abogado cambió drásticamente el pasado verano. Embarcado en diferentes proyectos universitarios, tenía la intención de haber aceptado uno en Italia, pero por esas mismas fechas recibió la llamada de la juez Mercedes Alaya, que investiga la causa contra Manuel Ruiz de Lopera por un presunto delito societario, para que se convirtiera en uno de los tres administradores judiciales de las acciones de Farusa, que representan la mayoría absoluta en el Betis.
Días antes, el 16 de julio, en el famoso auto de medidas cautelares, la juez se las había embargado a Lopera. Porrúa aceptó el envite, junto a Rafael Gordillo y Luis Ruiz de Huidobro, y se dedicó casi exclusivamente a su nueva dedicación desde su nombramiento, el pasado 3 de agosto.
En apenas tres meses había cobrado especial notoriedad en la vida del club. Siempre mano a mano con Gordillo, toda vez que Huidobro -vacaciones al margen- siempre anduvo más a la sombra, se reunió con todos los sectores del beticismo, recabó cuanta información creyó necesaria y tenía ya prácticamente ultimado el plan para formar un nuevo consejo de administración en la próxima junta general.
Hombre dinámico y cada día más entregado a la causa de regeneración del Betis, tras su fallecimiento se abre un vacío difícil pero obligatorio de llenar, además con urgencia, toda vez que el trío de administradores se sostiene ahora en sus facetas deportiva y económica, pero se queda cojo en la legal y mercantil. Miembros de las distintas plataformas y asociaciones de béticos, que tanto han luchado por limpiar las entrañas de la sociedad anónima, se mostraron ayer convencidos de que Alaya nombrará a la mayor brevedad a un sucesor capaz de continuar la labor que Porrúa desarrolló durante los tres últimos meses de su vida.
Con su compañero Gordillo había trabado una especial complicidad pese a que se conocieron a raíz del nombramiento de la juez. Sólo había que escuchar al humilde mito vivo del beticismo hablar de Porrúa cuando concedían entrevistas al unísono, como diciendo siempre: "Preguntadle a él, que es el que sabe de todo esto".
Ayer, Gordillo estaba desolado, pero sacó fuerzas de flaqueza para tirar hacia delante pese al duro golpe sufrido y aseguró que el proceso de cambio que se ha iniciado en la sociedad verdiblanca "no se puede parar".
Gordillo, que estuvo buena parte de la tarde en el tanatorio de San Jerónimo, no quiso hacer una valoración en profundidad del alcance que la muerte de Porrúa podría tener en el futuro inmediato del Betis. "Ahora mismo no voy a hacer declaraciones. No tengo ganas de nada. Simplemente, habrá que ir a enterrarlo y ya está. Seguiremos adelante", se limitó a decir el hombre que se vislumbra como presidente verdiblanco en el período de transición que se avecina desde la Junta del 14-D hasta que la Audiencia Provincial falle sobre el recurso de Lopera al auto de medidas cautelares de Alaya, que se espera para los primeros meses del próximo año.
Lógicamente, todas las asociaciones de béticos y el propio club, según un comunicado inserto en su página web, enviaron sus condolencias a la familia de Gómez Porrúa, cuyos restos serán enterrados hoy en el cementerio de San Fernando. Antes, en el tanatorio de San Jerónimo, donde son velados sus restos, se celebrará una misa (11:30) por el eterno descanso de quien fuera pese a su breve presencia personaje relevante en el Betis y que deja viuda y cuatro hijos, todos ellos menores de edad.
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