Van Wolfswinkel espanta la tragedia (3-3)
Copa del rey
La fragilidad de su portero y de la zaga por poco le cuesta la eliminación al Betis, que estuvo contra las cuerdas pese al 2-0 de la ida. Dos tantos del holandés en momentos decisivos, y la sentencia de Cejudo, valen el pase a octavos.
Antesala del derbi mucho más movida de lo que se preveía para el Real Betis (3-3), que, si bien nunca estuvo fuera en la eliminatoria contra el Sporting de Gijón, permaneció contra las cuerdas durante algunos minutos de la segunda mitad, pese al 2-0 con el que llegaba a El Molinón. Una mala noche de Dani Giménez y las rotaciones de Pepe Mel, sobre todo en defensa, minaron la seguridad de los verdiblancos, que hallaron en dos tantos cruciales de Van Wolfswinkel el salvavidas de un pase a octavos de final que se estaba atragantando de sobremanera con la puesta en escena de Halilovic.
Comenzó el encuentro cómodo para los de Mel. Contra todo pronóstico, el Sporting no salió en tromba en busca de un tanto que le metiera en la eliminatoria. Se limitaba a circular la pelota si precipitarse ante un Betis tranquilo y al acecho del robo para hacer el gol que sentenciara la eliminatoria. Con una formación más que decente de medio campo hacia arriba (con Vadillo, Portillo, Van der Vaart y Van Wolfswinkel), pero muy débil abajo (Dani Giménez, Molinero, Pezzella, Jordi Figueras y Varela), la principal amenaza para una noche encarrilada desde el Villamarín era que los asturianos se vinieran arriba con cualquier error abajo, y tardó poco en ocurrir. No se había cumplido el cuarto de hora cuando, en un córner defendido de forma esperpéntica, el ex sevillista Bernardo remataba sólo un centro pasado y bombeado y pillaba a media salida a un Dani Giménez inerte. Van Wolfswinkel sacaba el cabezazo debajo de los palos con ayuda del larguero, pero la pelota ya había rebasado la línea.
Toda la vuelta por delante para empatar el cruce y presagio de noche movidita. Los de Abelardo no tuvieron tiempo sin embargo ni para crecerse. Sólo tres minutos tardó el Betis en asestar la que parecía la certificación de su pase a octavos por medio de Van Wolfswinkel. Van der Vaart no está físicamente para muchos trotes, pero si para el último pase. Lo demostró habilitando al holandés con un balón interior que el hoy delantero centro bético no desperdició en colaboración con el meta Alberto.
Los temblores abajo de toda la línea defensiva continuaban pese a la cómoda ventaja. Los rojiblancos llegaban con mucha facilidad al área y cada jugada pintaba a tragedia. Sí estuvo bien Dani Giménez en un balón que sacó a Álex Menéndez en un tiro a bocajarro desde la izquierda y un remate hacia su portería de Pezzella en una jugada posterior. Con esa sensación de que la cosa no estaba hecha se fueron los de Mel al vestuario.
En el descanso, Abelardo dio entrada a su mejor hombre, el canterano del Barcelona Halilovic. Prácticamente en la primera jugada del segundo acto, el croata puso en ventaja de nuevo a los suyos con un buen disparo con la zurda desde fuera del área al que Giménez reaccionó tarde. A dos goles de la eliminación, mucho tiempo por delante y un equipo muy físico, joven y con arreón amenazando.
Con una retaguardia tan fallida, el Betis se hizo cada vez más pequeño y se aculó para intentar controlar la fe y las embestidas. Asomaba unicamente de vez en cuando gracias a la velocidad de Vadillo, muy recuperado para la causa. En una de esas, Van Wolfswinkel no tuvo suerte con un gran disparo al palo con la derecha. El resto de los ataques morían en la lentitud de Van der Vaart, empecinado en armar disparos taponados por la zaga asturiana.
Entró Fabián por el holandés para dar aire al medio y Cejudo por Vadillo, con lo que Mel contribuyó a meter aún más al equipo atrás y le restó algo de brío a la contra. La mala elección se confirmó pasado el minuto 70 cuando un disparo sportinguista golpeó en la mano de N'Diaye dentro del área y el árbitro señaló los once metros. La pesadilla tomaba cuerpo de nuevo con Halilovic de protagonista, que no desperdició el lanzamiento.
Los locales olieron la sangre y se lanzaron a por el cuarto tanto sin miramientos. El Betis estaba medio K.O., pero mostró constantes vitales en un ataque por la derecha en el que Alberto sacó de forma milagrosa un remate de Portillo a centro de Cejudo. No arrugó esa oportunidad a los rojiblancos, que en botas de Álex Menéndez, al borde del minuto 80, tuvieron otra gran ocasión para culminar la remontada. El disparo del zurdo se quedó a medias entre un chut y un pase de la muerte y los asturianos reclamaron un penalti dentro del área pequeña del delantero que entraba al remate. Sí espabiló a los verdiblancos este susto, que vieron la necesidad de reponerse, tener más la pelota y adelantar la defensa unos metros.
Y en pleno intercambio de golpes, el Betis acertó. Un centro pasado de Varela encontró la cabeza de Van Wolfswinkel (tuvo tres, dos goles y un palo), que puso fin a la rebelión del Sporting. El equipo gijonés no bajó los brazos aún así y los de Mel aprovecharían en otra contra para dar el estoque al pase a octavos por medio de Cejudo, que cruzó fácil en el mano a mano ante Alberto.
Se sufrió ante un rival que con tan sólo apretar a ratos puso en serios apuros a los de Mel, que tendrá que pensarse dar menos descanso a la zaga titular, si quiere apostar de verdad por la Copa, y hacer justo con lo contrario con jugadores como Vadillo y Van Wolfswinkel. Ahora sí, toca el derbi.
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