SEVILLA
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El equipo de Emery volverá en Málaga al rol de visitante, con el que más cómodo está y como no pierde desde hace hoy tres meses. La vuelta de Iborra al doble pivote, otro dato clave.

Iborra, en la imagen poniéndose un peto junto a Fazio y Fernando Navarro, es una de las claves del Sevilla fuera de casa.
Jesús Alba Sevilla

30 de enero 2014 - 05:02

Cual Dr. Jeckyll and Mr. Hyde, este Sevilla de dos caras tiene un tanto despistados a sus aficionados. Si en casa ya se ha visto que el modelo preferido de Unai Emery acaba desprotegiendo en los últimos meses el concepto defensivo, es en los partidos a domicilio donde, con otro concepto de juego, el cuadro nervionense se encuentra más cómodo, por lo que la visita a Málaga reconforta de alguna manera a los aficionados que han visto esta doble imagen.

El Sevilla, que viene de perder en el Sánchez-Pizjuán un partido extrañísimo ante el Levante, no cae fuera de casa desde que fue estrepitosamente goleado en el Santiago Bernabéu por el Real Madrid (7-3). En términos futbolísticos, el Sevilla no cae derrotado como visitante desde que Emery se decidió a alinear dos pivotes por detrás de la labor de organización de Rakitic, un patrón de juego que cambia en los partidos de casa, donde precisamente ahora se topa el Sevilla con más problemas para encontrar el equilibrio.

Desde luego, no es nada nuevo en el fútbol que un equipo se encuentre más cómodo fuera que en casa. Sólo los grandes de verdad, los que tienen la obligación de mandar en los partidos e iniciar constantemente jugada tras jugada en ataque estático, dominan mejor jugar en casa que fuera. El Sevilla, a comienzos de campaña, era uno de esos, aunque por resultados, ya que los blancos (derrota ante el Atlético al margen) obtuvieron victorias engañosas con equipos de la zona baja, mientras que en los desplazamientos esa apuesta por el fútbol creativo deparaba descalabro tras descalabro a nivel de resultados. Desde todos los foros se le pedía a Emery que protegiera más el centro del campo con dos pivotes. Y fue en la visita a Cornellà cuando el entrenador vasco, acuciado ya por la urgencia, se decidió a jugar con dos hombres por delante de la defensa, dos futbolistas, además, con cultura táctica para guardar la posición, Iborra y Carriço, aunque éste retrasó su situación a la defensa cuando se lesionó Pareja.

El Sevilla no pierde fuera de casa desde el 30 de octubre. Se cumplen hoy, por tanto, tres meses justos de aquel 7-3 en el que el once de Emery se posicionó en Chamartín con una defensa de tres centrales y dos carrileros. Pero, es más, si tenemos en cuenta que la derrota en la visita al Real Madrid podía considerarse previsible, para encontrar otro partido perdido fuera hay que remontarse al mes de septiembre, cuando cayó en Mestalla por 3-1.

La verdad es que, pese a las sensaciones que el Sevilla dejaba a domicilio, condición con la que se llevó más de un año sin ganar sumando parte de la temporada pasada con la presente, sus números como foráneo pueden considerarse muy buenos. Los de Emery sólo han perdido este curso tres partidos fuera y, dos de ellos han sido ante el Barcelona (3-2) y el Real Madrid. En el Camp Nou, además, estuvieron cerca de empatar, pues el tercer gol azulgrana llegó pasado incluso el tiempo de prolongación. La tercera derrota a domicilio se produjo frente a un rival, en teoría, directo y con más presupuesto, el Valencia.

Por tanto, el Sevilla fuera de casa ha sumado esta campaña tres victorias (ante Espanyol, Granada y Villarreal) y cinco empates (Levante, Real Sociedad, Valladolid, Elche y Atlético de Madrid). 14 puntos que no están nada mal teniendo en cuenta que los de Emery ya han pasado por los tres estadios más fuertes de la Liga, Camp Nou, Bernabéu y Calderón, y otros de equipos que están por encima de ellos como Anoeta o El Madrigal, aparte de Mestalla.

La presumible vuelta de Iborra al once en Málaga termina de cerrar la ecuación a favor del Sevilla. Pocos entendieron que el pasado fin de semana Emery lo sacara del equipo. Por presencia, por juego aéreo tanto ofensivo como defensivo, el valenciano ha demostrado ser un pilar importante en el equipo cada vez que ha entrado. Es más, su continuidad en el once coincidió con la mejor racha de resultados del equipo sevillista esta campaña, siete encuentros de Liga invicto, una racha truncada el pasado sábado con el Levante de Caparrós.

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