Sufrir para creer

Ascenso El Betis vuelve a la Liga tras imponerse con un gol de penalti de Emana, después de que su falta de pegada lo condenara en un aceptable primer tiempo Agonía Mehmet Aurelio erró un penalti que hubiera significado la sentencia y el equipo lo pasó mal en los minutos finales, con el recuerdo de Las Palmas reciente

Mehmet Aurelio salta por encima de Vélez a la salida de uno de los numerosos saques de esquina de que dispuso el Betis.
Mehmet Aurelio salta por encima de Vélez a la salida de uno de los numerosos saques de esquina de que dispuso el Betis.
Samuel Silva / Sevilla / Enviado Especial

16 de mayo 2010 - 05:02

Con los nervios a flor de piel, con la tensión reflejada en los rostros de los jugadores y con las noticias que apuntaban que el ascenso volvía a ser posible tras los tropiezos de Cartagena y Levante, el Betis acabó imponiéndose a un Nàstic que no se jugaba casi nada, pero que dio la impresión, sobre todo al final, de disputarlo todo. Un gol de penalti de Emana, un tanto que devuelve al Betis a la Liga y que lo hace respirar cuando la falta de oxígeno era ya casi mortal, fue suficiente para creer que el ascenso todavía es posible.

Sorprendió de inicio Víctor Fernández, que no sólo cambió la pareja de centrales, sino que sacrificó a Jonathan Pereira del once inicial para colocar a Juanma y Nacho en las bandas, algo habitual en la mejor época de Tapia, y el Betis se equilibró mejor en la zona central. En la vanguardia, Pavone volvía a recibir un voto de confianza y acompañaba a Emana, aunque la falta de acierto de ambos lastró el buen arranque bético.

Y es que el Betis, sin la intensidad o la velocidad en la circulación de sus mejores días, sí se hizo dueño del balón, lo que provoca que Goitia sea casi un espectador más y que la pelota siempre merodee el área local. Pese a todo, el meta Rubén apenas se vio obligado a intervenir durante esos minutos, aunque a la media hora Emana se inventó un lanzamiento desde la zona derecha del área que acabó con un meritoria intervención del meta local. Era un Betis dominante, que pretendía aglutinar el juego, pero que carecía de pegada, con un Emana que incluso se llegaba a desesperar después de que Pavone decidiera lanzar cuando él esperaba solo en boca de gol. La sensación al descanso era que el Betis había dejado escapar vivo a su contricante, al que se le notaba en esos minutos que no se jugaba nada, y eso se suele pagar caro en fútbol, sobre todo si el que perdona se llama Betis.

Y la salida de vestuarios tras el descanso confirmó esos temores, con un equipo bético que ya no controló el juego como en los primeros 45 minutos, lo que empezó a espolear al equipo local. No es que el Nàstic de Luis César Sampedro, que ya por entonces seguía el partido desde la grada, metiera el miedo en sus acciones, pero el Betis parecía atenazado por la presión, pese a que seguía teniendo arreones sobre todo en acciones individuales. Víctor realizó un cambio ofensivo y mete en el campo al defenestrado Pereira en el lugar de Iriney, en un intento de colocar más gol sobre el césped. Y, precisamente, cuando el Nàstic ya avisaba con peligro llegaría la jugada clave del partido. Nacho recibió un balón dentro del área, dribló a Fachan y éste lo derribó. Penalti claro que Emana se encargaría de materializar, para alegría del millar de béticos que hacían suyo el Nou Estadi, y que provocó una explosión de júbilo en el banquillo bético, donde sí se era consciente del resto de resultados de la jornada.

Faltaban diez minutos para el final y el Betis conseguía lo que había buscando con ahínco durante muchos minutos y ya nadie dudaba de que no se podía escapar. Víctor reaccionó de inmediato y sustituyó a Pavone por Juande, con la intención de reordenar a un equipo que se había volcado al ataque ante la acuciante necesidad de puntos.

Y al Betis, tras un susto en una internada de Álex Cruz, se le ponía todo de cara cuando minutos después, Hernández Hernández volvía a señalar el punto de penalti tras un empujón de Jorge sobre Jonathan Pereira, aunque ni el gallego se creyó en un primer momento que el árbitro decretase la máxima pena. Pero este equipo está condenado a sufrir, a conseguir cualquier beneficio con el máximo de esfuerzo, y Mehmet Aurelio, quien no está designado como lanzador, pidió el balón y asumió el disparo. Lo que ocurrió instantes después pasará a la historia de las jugadas más ridículas, pues el lanzamiento del turco se marchó desviadísimo e incluso provocó la hilaridad del público local, que volvió a apretar en favor de su equipo.

De ahí al final apenas hubo fútbol, pero la tensión se reflejaba en cada acción del equipo verdiblanco. El recuerdo de Las Palmas, cuando se cedió un empate con todo ganado, estaba demasiado reciente y la nerviosera se apoderó de los jugadores béticos, sobre todo cuando el Nàstic lanzaba alguna jugada a balón parado. La victoria, ese triunfo que tanto se habían prometido los mismos jugadores para lanzar el mensaje de que ellos no han bajado los brazos, estaba muy cerca, pero se alcanzaría con la ración de sufrimiento propia de este Betis.

Un tropiezo en Tarragona hubiera significado el adiós virtual a las posibilidades de ascenso, pero, cosas de esta mediocre Liga Adelante, el triunfo cambia el panorama y hace que al menos durante siete días se vuelva a apuntar que el ascenso es posible. Pero vaya sufrimiento...

ÁRBITRO: Hernández Hernández (canario). Protestado por el público, sobre todo tras el segundo penalti. Pudo expulsar al local Vélez.

TARJETAS: Amarillas Vélez (17'), Mingo (39'), Miguel Ángel (48'), Vicente (68'), Fachan (78), Juanma (82'), Goitia (83'), Campano (83'), Jorge (83') y Juande (86') Roja Luis César Sampedro (19').

GOLES 0-1 (79') Emana. El camerunés dispara al lado derecho de Rubén desde los once metros, tras un penalti cometido sobre Nacho.

MOMENTOS CLAVE 30' Emana dispara desde dentro del área y Rubén se luce para despejar a córner. 69' Mehmet Aurelio remata de cabeza en el segundo palo y Rubén despeja. 75' Moran tira alto de volea, tras un saque de esquina de Campano 85' Mehmet Aurelio asume la responsabilidad para lanzar el segundo penalti del día y su disparo se marcha muy desviado.

Incidencias: Encuentro de la trigésimo séptima jornada de la Liga Adelante, disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante unos 8.500 espectadores, de los cuales más de un millar correspondían a aficionados béticos llegados desde las distintas peñas de Cataluña.

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