Sudáfrica: Llegar a octavos para evitar el desastre

TODOS los equipos anfitriones superaron la primera fase en las 18 ediciones del Mundial de fútbol. Pero esa tendencia está en serio peligro en Suráfrica, cuyo equipo podría tener difícil incluso obtener un punto.

Los Bafana Bafana tienen a uno de los técnicos más exitosos en la historia de los Mundiales. El brasileño Carlos Alberto Parreira, técnico campeón con Brasil en 1994, está en el Mundial por sexta vez con su quinto país distinto.

Los surafricanos tendrán también el apoyo en cada partido de más de 70.000 hinchas y sus vuvuzelas (una trompeta de plástico muy popular en las gradas locales) y decenas de millones de personas alentándolos en las calles y en sus casas.

Sin embargo, el sorteo quiso también que dispute durísimos partidos en el Grupo A con veteranos mundialistas como México, el doble campeón mundial Uruguay y Francia, ganador en 1998 y finalista en el pasado 2006.

“Este grupo es muy duro. Da la casualidad de que el primer Mundial fue jugado hace 80 años en Uruguay. Y Uruguay, México y Francia jugaron ese torneo (...). Llevan 80 años en este negocio. A veces la gente olvida eso”, dijo Parreira.

“Obviamente, el Mundial significa un montón. Tenemos una gran responsibilidad ante el país. El país que organiza el Mundial siempre quiere quedar bien. No estoy pensando en lo que sucederá si la selección no pasa a octavos de final. No voy a poner eso sobre los hombros de mis jugadores. Pero eso (que un anfitrión no pase a octavos) pasará algún día. Sólo tenemos que dar lo mejor de nosotros”.

Parreira sabe de lo que habla. El hombre que ganó el Mundial de 1994 con Brasil, ha dirigido a cuatro selecciones diferentes en el Mundial (Kuwait, 1982; Emiratos Árabes Unidos, 1990; Brasil, 1994 y 2006; y Arabia Saudí, 1998). Sólo Bora Milutinovic tiene un equipo más en su currículum.

El experto entrenador de 67 años, que también ha vivido varias temporadas en países del Cercano Oriente, así como en Turquía, fue criticado durante su primer periodo con la selección surafricana y renunció en abril de 2008, aludiendo problemas de salud de su mujer.

Volvió cuando la Federación Surafricana despidió a su sucesor y amigo, el técnico Joel Santana.

Parreira no tuvo una campaña eliminatoria para preparar a su equipo para el Mundial y en vez de ello organizó una serie de partidos amistosos.

El brasileño, de 67 años, también realizó dos campamentos de entrenamiento en Brasil y Alemania en marzo y abril con sus jugadores que actúan en Suráfrica. Su objetivo era delinear el equipo al que luego se incorporaron sus jugadores de ultramar.

Los hombres de Parreira han demostrado que tienen talento y pueden jugar un fútbol competitivo cuando son alentados por sus hinchas. En 1996 ganaron de forma sensacional la Copa de África en casa y en la Copa Confederaciones del año pasado perdieron por muy poco con Brasil en semifinales y ante España por el tercer lugar.

El entrenador sabe que su equipo es joven y más bien pequeño y confía en un juego basado en pases rápidos, que, según cree, se acopla mejor a sus jugadores.

La clave del desempeño de los Bafana Bafana en Suráfrica 2010 podría ser el rendimiento de su estrella, Steven Pienaar, del Everton. Especialmente porque su mejor delantero, Benni McCarthy, se quedó fuera de la lista definitiva tras haber estado en el banquillo con el West Ham United.

Suráfrica ya destacó en el deporte, especialmente en rugby, pero también por ganar la Copa de África de 1996. Sin embargo, el título parece hoy muy lejos de los Bafana Bafana. Llegar a octavos de final salvaría al menos el desastre.