Spahic se marcha al Leverkusen a cambio de 400.000 euros
Spahic, que jugó la segunda parte de la temporada pasada en cedido en el Anzhi ruso, deja en las arcas del club 400.000 euros y libera una de las fichas más altas de la plantilla.
El Sevilla terminó ayer de recuperar toda la inversión realizada en su día por el central bosnio Emir Spahic, que fue traspasado al Bayer Leverkusen en una operación que el club hacía oficial minutos antes de anunciar la llegada de Marko Marin.
Spahic, que jugó la segunda parte de la temporada pasada en cedido en el Anzhi ruso, deja en las arcas del club 400.000 euros y libera una de las fichas más altas de la plantilla, que llegaba a los 1,2 millones netos por temporada. El internacional balcánico llegó hace dos campañas al Sevilla de Marcelino García Toral procedente del Montpellier por un millón de euros. En una temporada y media (hasta enero de 2013) Spahic disputó 50 partidos con el Sevilla, que lo cedió al fútbol ruso justo antes del partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey que el equipo de Unai Emery debía jugar en el Sánchez-Pizjuán ante el Atlético de Madrid.
Por su cesión al Anzhi, el club blanco recibió 0,5 millones, incluyéndose una opción de compra por valor de 1,5 que finalmente no se hizo efectiva, ya que Spahic tuvo un rendimiento bastante irregular a las órdenes del holandés Guus Hiddink, con quien jugó sólo siete partidos y marcó un gol.
Con los 400.000 euros que abona el Leverkusen, cuyos técnicos preferían a Fazio, el Sevilla recupera la inversión que hizo en su día por un jugador que llegó desde Francia con fama de duro (había cumplido una sanción de doce partidos por un codazo) y que prometía imponer el respeto que en su día dotaban a la defensa del Sevilla Javi Navarro y Pablo Alfaro. Pero Spahic, siendo un buen jugador, tuvo serios problemas de adaptación al club y a la ciudad fruto de su extraña personalidad, probablemente forjada por ser un niño de la guerra de los Balcanes, nacido en Croacia (Dubrovnik) de madre bosnia y padre montenegrino.
En el Sevilla protagonizó algunos incidentes con aficionados, alguno de los cuales llegaron a las manos a la salida del estadio tras una derrota del equipo y con propios compañeros (Medel). Dentro de la entidad y del vestuario, tampoco llegó a conectar con el grupo y la idiosincrasia del club. Rara vez accedía a acudir a actos sociales como otros jugadores y las relaciones se deterioraron aún más cuando Del Nido y Monchi pidieron a la plantilla comprensión y colaboración para afrontar los problemas de pago que el club tuvo para cumplir con una parte de los sueldos de la temporada pasada. Spahic, al parecer, podría haber amenazado con denunciar al club.
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