Sergio se adueña de un nuevo monólogo
El sevillano, esta vez desde la izquierda, sentencia a un feble Olhanense. Agra remata el trabajo en una gris reanudación.
Sevilla/El Betis no halló problema alguno en un Olhanense, muy físico y agresivo, que apenas repartiendo más estopa de la habitual en un amistoso logró evitar una goleada más escandalosa. El portugués es un equipo sin apenas talento, con futbolistas grandes y toscos, que en España pasaría apuros para mantenerse en Segunda División. Al menos, eso dejó entrever ayer, en un amistoso que, a priori, por su condición de equipo revelación de la Liga Sagres parecía serio y que fue uno más de esos bolos veraniegos sin historia.
Así, sin rival enfrente, el Betis de Mel mostró dos caras, la alegre que le muestra Sergio, el amo del fútbol nuevamente, en la primera parte, y una algo más mohína en la segunda, en la que ya sin el sevillano ni Beñat el Betis carburó con un octanaje inferior.
Y es que Sergio se ha empeñado en crearle un bendito problema a su entrenador y mentor. Su progresión ha sido espectacular y, decididamente, es la sensación de esta pretemporada. Si sigue en esta línea, será titular. Jugará por el medio, caído a una banda o incluso en la mediapunta. Donde sea. Tiene un primer toque excelso, que le sirve para controlar bien el balón, eliminar un rival, tocar de primera... Y siempre ve el fútbol hacia adelante. Y nunca se apura.
Y si ha de tirar del regate, lo borda, como si lo hiciese con una cuerda. Y pasa en corto y en largo. Sí, los rivales a los que se ha medido no son nada del otro mundo, pero sí los mismos que han tenido enfrente sus compañeros. Y Sergio destaca sobre ellos y se sacrifica como el que más.
Mel ya dejó claro en la primera mitad que su Betis jugará siempre bajo los patrones del 4-4-2, ya sea con extremos o, como fue el caso, con una banda ciega. Así, dispuso un dibujo asimétrico con Campbell en la derecha y Sergio partiendo desde la izquierda para unirse a Beñat en la creación. Sea como fuere, el Betis desde el tañido inicial sometió al Olhanense y monopolizó el dominio del balón. Paulao otorgó a la zaga un nuevo orden, una jerarquía que acogota al rival y, metros por delante, Rubén Pérez, siempre en el sitio, sabe lo que se hace y pertrechó bien al equipo. Fueron, junto a Amaya, el sostén de un bloque muy ofensivo con Nelson y Álex Martínez partiendo casi de mediocampo.
Un Betis fácil, vistoso y en el que los goles fueron apareciendo fruto de un fútbol elaborado con el plus de toque y pase que le da Sergio. Suyos fueron los balones de gol a Jonathan Pereira y Campbell y también intervino en la mayoría de acercamientos a la meta portuguesa. Al menudo gallego lo puso de gol con un pase interior que cada día ve con más suficiencia y al costarricense lo habilitó con un pase muy combado al segundo palo que éste cabeceó e hizo bueno con la connivencia del portero luso. En la reanudación, apenas las ganas de Agra y lo bien que éste se pone de gol con sus desmarques interiores fueron dignas de mención.
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