El sí de Sergio Sánchez

El Málaga enfila el último tramo de la confección de su plantilla con la tranquilidad del que sabe que ha ido haciendo sus deberes a tiempo. El objetivo de los dirigentes blanquiazules era que Manuel Pellegrini pudiera contar con el grueso de su plantilla desde el inicio de la pretemporada, algo que tiene todos los visos de que va a ser una realidad. Las cartas están mayoritariamente sobre la mesa. Sin descartar que se ponga un chollo a tiro, según las fuentes del club consultadas por este periódico, éstas son un lateral derecho que le haga sana competencia a Jesús Gámez, un volante también diestro, y un jugador de campanillas, de corte organizador y vocación ofensiva, que sería el regalo que el presidente blanquiazul, Abdullah Al-Thani quiere hacer a la afición.

Entre la lista de jugadores que se barajan, por la plaza de lateral derecho dos son los nombres que figuran en un lugar preferencial. Se tratan de César Azpilicueta y Sergio Sánchez. En el club aseguran que no van a esperar eternamente por nadie, en clara alusión al jugador del Olympique de Marsella, y con hechos lo demuestran. Según pudo saber este periódico, ya se ha alcanzado un acuerdo con el sevillista, a expensas de hacerlo con la entidad hispalense, que no ve mal su salida. Si durante la presentación ayer de Trocvhowski el director deportivo del Sevilla, Monchi, afirmaba que sólo sabía por boca del agente del jugador, José Mesas, que existía el interés, a lo largo de la jornada pudo saberlo de primera mano, ya que el Málaga presentó una oferta de 1.800.000 euros por él.

Vistas las cosas, el catalán, que también puede actuar como central, es ahora mismo el que cuenta con más opciones de convertirse en jugador del Málaga. Aunque las fuentes consultadas no quisieron descartar aún al navarro, sí que reconocieron este extremo y que únicamente llegaría uno de los dos. Hoy puede darse el desenlace.

En las negociaciones con Joaquín, las mismas fuentes confirmaron que se ha realizado una oferta definitiva al Valencia por el gaditano. Ésta, que es de cuatro millones de euros, está cercana a lo que demanda la entidad levantina. Sin embargo, no llega a los cinco que consideran que es su valor de mercado. En el Málaga están esperando una respuesta ché esta última propuesta, que bien podría consistir en incluir una serie de variables para que finalmente todos queden contentos. De todas maneras, en el club se muestran muy optimistas en que el desenlace de este culebrón sea positivo y no se demore mucho más. Más aún en el entorno del jugador, que ayer reconocía que va a vestir de blanquiazul "sí o sí". Algo que tienen garantizado, aunque sea esperando a que concluya el año de contrato que tiene en el Valencia. Si finalmente se produjera este caso, en el Málaga reconocen que se buscará una cesión para ese puesto, pero que aún no la están barajando.

Finalmente está la opción del fichaje bomba, que los dirigentes blanquiazules ya reconocen públicamente que están gestionando. Aquí el nombre que suena con más fuerza es el de Cazorla, como ya publicara ayer este periódico. Lo que también reconocieron a este medio las fuentes del club consultadas es que no piensan salirse del guión salarial marcado para no desestabilizar el vestuario y que ello podría hacer "que la sorpresa se quede en sorpresa".