Reyes y Fazio: De las lupas al éxtasis
Goles a pares de los dos futbolistas más cuestionados del Sevilla. El utrerano dejó atrás su rechazo a jugar por la izquierda y el argentino demuestra ser un jugador impermeable.
José Antonio Reyes era la gran novedad sevillista. Y lo era, en teoría, por la izquierda, la banda huérfana de este Sevilla en continua reconstrucción. La recolocación de Trochowski le había dado al Sevilla profundidad, calidad y gol, pero tras su grave lesión ante el Barcelona no había nadie fijo por ahí.
A saber: Manu del Moral, Perotti, Luna, Rakitic, hasta Kondogbia había actuado en una zona sin dueño, circunstancia que favorecía que los rivales se centraran en cerrar el otro lado, con Navas y Cicinho.
Reyes, que hasta ahora había mantenido su disposición a jugar por el centro, aprovechó el regalo de Adrián y ganó bastante margen en las dudas que genera en su afición. Ahora se le presenta una ocasión espléndida de asentarse en el equipo, aunque no sea como segundo delantero o como mediapunta, tal y como reclamaba.
Míchel, que ha aguantado lo suyo para reconducir la pasividad del utrerano, le dio la responsabilidad en un día D y Reyes le devolvió la calmada gestión de su integración al equipo de la mejor manera posible.
El propio Reyes comentó tras el partido que había sido "una noche para no olvidarla. Se decían muchísimas cosas sobre mí pero no hay que estar pendiente de eso. Me preocupo en hacer las cosas bien para el equipo y ha salido todo bien para el Sevilla".
"Ahora meto goles en todas partes", bromeó sobre el embarazo de su pareja. "Cuando no te salen las cosas se pasa mal, pero no pierdo la esperanza en mí", comentó.
Reyes aseguró que siempre ha sentido el apoyo de la gente y que con Míchel "hablo bastante, tenemos buen rollo". El propio técnico defendió al utrerano pero avisó que seguirá indagando cierta cuestión: "Los jugadores saben hora y media antes si juegan y sospechaba que alguna de las tres personas que sabía que Reyes iba a jugar se lo había dicho antes. He hecho mis pesquisas y le he preguntado, pero no he conseguido que me diga nada".
Federico Fazio ha demostrado ser un futbolista impermeable. Junto a Reyes es el más cuestionado de todo el equipo. Incluso, no faltaron críticas al hecho de ser alineado en el derbi en lugar del recuperado Botía.
El argentino tiene unas condiciones tremendas, pero la grada no olvida que cada error del central tiene consecuencias nefastas. En el 5-1 al Betis recibió un espaldarazo importante, que va más allá incluso de los dos goles que anotó. Primero, en parte por esto, simboliza la eficacia del Sevilla a balón parado. Segundo, defensivamente estuvo impecable, anticipándose y tapando huecos en la medular cuando era necesario. Y en un encuentro muy delicado para él y para su entrenador.
"Vivimos el partido como hay que vivirlo y es una gran recompensa para el grupo. El 4-0 es un reflejo del buen trabajo desde el primer minuto porque los derbis suelen ser muy cerrados", explicó Fazio, quien reconoció el papel de la afición en una noche tan señalada: "Se notó el apoyo de la grada porque son una afición increíble. también es mérito suyo".
Cualquier cosa parecida al error de Adrián le terminaría persiguiendo para siempre. Todo lo contrario. Dos cabezazos para el recuerdo sevillista y mucha personalidad. Una noche para recordar. Indefectiblemente, Adrián será el tercer gran nombre que trascenderá de este derbi. Su error en el gol de Reyes a los 13 segundos le perseguirá durante mucho tiempo.
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