Respeto y odio en torno al seleccionador turco, Fatih Terim el 'Emperador'

Semifinales

Su fuerte carácter y sus decisiones técnicas no dejan indeferente al preparador turco más exitoso.

Andrés Mourenza (Efe)

24 de junio 2008 - 20:00

El actual seleccionador del combinado nacional de Turquía, Fatih Terim, levanta odios y respeto a partes iguales allá por donde pasa por su fuerte carácter y sus decisiones técnicas. Terim, conocido como el 'Emperador', nació en 1953 en la provincia sureña de Adana y su palmarés lo corona como el entrenador turco más exitoso.

Dirigió al Galatasaray durante los años dorados (1996-2000) en que cosechó 4 títulos de liga consecutivos, 2 Copas de Turquía y 1 Copa de la UEFA, la época en la que sólo de pensar en jugar en el 'infierno turco' del estadio Ali Sami Yen erizaba el vello del resto de equipos europeos.

Después comenzó su breve singladura italiana: cautivó a los hinchas del Fiorentina, equipo que abandonó por sus agrias discusiones con el presidente Cecchi Gori, y aterrizó en el siempre poderoso AC Milan, donde su estilo autoritario no gustó a las estrellas italianas.

Así que en 2005, tras otro breve paso por el Galatasaray, el hombre que combina la rudeza de un campesino turco, la chulería de un macarra playero y el estilo de un patrón de yate volvió a la selección turca, a la que ya había dirigido entre 1993 y 1996.

La pasada semana, el dibujante del diario 'Sabah' Ibrahim Sari representaba a la perfección la posición de los aficionados turcos respecto a su selección: emocionados cuando juega, desesperados cuando habla Terim.

La penúltima polémica del 'Emperador' la mantuvo antes de la Eurocopa con el célebre Premio Nobel de Literatura turco, Orhan Pamuk, quien le había acusado de ser un "ultranacionalista".

"Pues si al señor Pamuk le parece que yo soy ultranacionalista, a mí me parece que él no es lo suficientemente nacionalista", respondió Terim tajante al día siguiente.

No se puede decir que las arengas ultrapatrióticas en el vestuario y los medios de comunicación, algo que comparten Terim y Slaven Bilic, el entrenador de la Croacia eliminada por Turquía en cuartos de final, sea lo que más disguste al país euroasiático, donde las manifestaciones nacionalistas abundan en la política, la cultura y el deporte.

Pero sus decisiones técnicas -los descartes previos a la Eurocopa, colocar a Nihat sólo en punta o hacer jugar a Sabri en posiciones que no le son propias- sí que le han valido las peores críticas de la prensa deportiva y los aficionados.

Para colmo, un diputado kurdo preguntó en el parlamento de Turquía por el sueldo del seleccionador y la cifra de la que informó el gobierno (unos 70.000 euros al mes) escandalizó a la opinión pública. No en vano, es una cantidad cinco veces mayor de la que cobra el Presidente de la República y 300 veces el salario mínimo de un trabajador turco.

Terim respondió a los parlamentarios con su chulería habitual: "Me gustan los récords. Siempre quiero establecer nuevos récords. En la Eurocopa quiero mejorar los resultados de Turquía. Se habla mucho sobre mi sueldo, incluso en el parlamento. ¿Les he preguntado yo cuánto cobran? En Turquía hay 550 diputados, pero sólo hay un Fatih Terim".

En cambio, los jugadores turcos están contentos con el entrenador y su sistema de juego funciona.

"Nos trata como un padre. A mí me explica que juegue como sé, que cree en mi talento y que confía en mí. Tanto por sus cualidades técnicas, como por su capacidad para motivarnos tengo que decir que es el mejor entrenador que he tenido en mi vida", explicó recientemente el delantero Semi Sentürk.

Sin duda, fueron los ánimos del "rey de la motivación" -como le llaman los jugadores a Terim- los que hicieron que Turquía consiguiese remontar los partidos contra Suiza, República Checa y Croacia que le han hecho llegar a las semifinales por primera vez en la historia.

La prensa turca continúa definiéndolo como un megalómano, un ultranacionalista, desesperante, entre otros bellos epítetos, pero los buenos resultados de Turquía en la presente Eurocopa han rodeado a Fatih Terim de una aureola de prestigio y han terminado por acallar las críticas.

Así que el 'Emperador' de Turquía continuará el juego como le gusta: rompiendo récords.

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