Reivindicación a la africana
Jiménez alineó en El Molinón por primera vez a todos los jugadores de raza negra y el equipo respondió bajo el talento de Romaric y Kanoute y la solidaridad colectiva
El Sevilla recuperó la tercera plaza después de los dos traspiés caseros y lo hizo con una versión del equipo inédita hasta ahora, aunque con precedentes similares. Nunca hasta el domingo Jiménez había alineado de partida a todos los jugadores con raíces africanas. Pero el arahalense encontró esta solución ante la necesidad de zanjar el marasmo producido con el otrora intocable equipo en el que Renato y Negredo tenían tanto protagonismo. Aquel 4-4-2 tan profundo y ágil en el que el brasileño y Zokora tenían todo el peso de la medular parecía caduco debido a la falta de eficacia que se mostró ante Málaga y Valladolid. Pero el regreso de Romaric y del mejor Kanoute abre una nueva vía de futuro.
Es una lástima que la versión africana haya irrumpido justo antes de la Navidad. La Copa de África se llevará por delante esta reivindicación del continente negro, ya que incluso Kone fue incluido en la lista previa de Costa de Marfil. Precisamente el atacante fue una de las sorpresas en el once en Gijón. Al igual que Romaric, el ex jugador del PSV parecía condenado al ostracismo entre su infortunio con las lesiones y su carencia de gol. Pero en Gijón demostró que es un futbolista que puede aportar muchas cosas. Al son de Romaric y gracias también a que Kanoute por fin está en plenas condiciones, Kone metió el hombro como el primero a la hora de presionar, de ofrecerse para jugar de espaldas, de incordiar en los balones divididos. Fue el mejor ejemplo de esta versión solidaria y africana en la que también tienen mucho que ver Zokora y Konko. El primero ha cuajado en el Sevilla a la primera gracias a su gran despliegue físico y táctico en el eje del equipo. El segundo está viviendo su particular resurrección después de un primer año marcado por las lesiones constantes y por la falta de adaptación y de implicación debido a su carácter introvertido.
Nada que ver con el alegre y extrovertido Zokora. Pese a su timidez, el jugador de origen marroquí se está reivindicando esta temporada, cierto que con algunos altibajos. En Gijón cuajó un buen encuentro. Partió como central, posición en la que rindió al más alto nivel ante el Madrid, y se readaptó al lateral tras la lesión de Adriano. El marsellés, cuya subida de rendimiento lo llevó a ser citado por Domenech en una preconvocatoria, participó en esa imagen de equipo trabajador, solidario y controlador de los tiempos.
En la lucha física de la fría noche asturiana, salió vencedora la apuesta sevillista. Monchi disfrutaría viendo cómo su apuesta de equipo de futuro, con las directrices que él ha marcado para construir un bloque que responda al fútbol moderno, se acoplaba bajo el mando de Romaric y gracias también al trabajo versátil y generoso de Kanoute. El franco-malí es el primero que se mueve para ofrecer su portentosa figura. El líder espiritual del equipo es el primero en ser generoso y sus cualificados subalternos se aprestaron a seguir su carácter ganador. Kanoute es el principal baluarte del Sevilla ganador y también la gran referencia de su versión africana. De ahí que haya que lamentar que la Copa de África se juegue cada dos años y que no haya perspectivas de que se acople al calendario FIFA sin perjuicio para las ligas europeas.
Ante el Getafe, Jiménez podría dar entrada como titulares a Renato o Negredo. Pero el técnico se ha salido con la suya al confiar siempre en Romaric y Kone, pese a que ha tenido que oír una y otra vez que no tenían sitio en el Sevilla y que seguía si los alineaba era al dictado de los que mandan en el club. Ahora se ha demostrado que están ahí para cuando se los necesite. En partidos físicos o a domicilio, donde es necesaria la mezcla de talento y fuerza, la versión africana es una buena solución. Si no fuera por lo pernicioso del mes de enero...
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