La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
El derbi sevillano
Trece ediciones seguidas, como en un guiño a las trece barras del escudo del Betis. El bote verdiblanco se impuso al bote del Sevilla en un pulso vibrante, memorable de emoción y de pugna. La LVII Regata Sevilla-Betis fue un monumento al remo, un deporte minoritario pero muy enraizado en una ciudad que pudo disfrutar de un espectáculo que terminó siendo el mejor ejemplo en vísperas del derbi futbolístico. Reñidísima, igualadísima como no se recordaba, una lucha de honor sin desprecio alguno al rival.
Fue una regata para la historia, y no sólo por ese decimotercer triunfo seguido de los verdiblancos, sino por cómo ambas tripulaciones embocaron los 6.000 metros, el triple de la distancia olímpica, en una regata que fue un pulso de honor, de estrategia, de determinación... Una lucha de titanes que cayó finalmente para el Betis, un gigante invulnerable sobre las aguas del río que le da nombre y que recorta el palmarés general en 30-27. El Betis ya está sólo a tres ediciones de poder igualar al Sevilla.
De inicio, el bote bético, con más potencia de vatios, tuvo una salida fortísima. Tomás Jurado, el timonel verdiblanco, aprovechó bien la leve curva entre San Jerónimo y el Alamillo para tomar cierta ventaja inicial. Pero Jacobo Castiñeira, su veterano oponente en el barco sevillista, le aguantó el pulso y los blanquirrojos, con una boga más pausada y profunda, ganaron la proa y asomaron la bola bajo el puente del Alamillo. Este año sí había pulso de verdad.
Antes de la pasarela de Baños, las palas hicieron una hermosa cremallera, sin tocarse. La juez Carmen María Domínguez sacó la bandera blanca para indicar al bote bético que corría peligro de choque. Tomás Jurado, confiado en la potencia de su bote, viró a estribor y parecía que le cedía terreno al Sevilla, que seguía enseñando su proa. A la altura del Puente del Cachorro, les sacaban casi medio bote los blanquirrojos a los verdiblancos. Parecía que este año podía ser el del giro hegemónico.
Pero no. Jacobo Castiñeira, confiado en la palada determinada de su bote, se ciñó a Sevilla antes de embocar la curva de Chapina, para aprovechar la ventaja. No encimó al Betis para ganar la calle y que sufrieran sus oponentes con las hogueras de su remada. Y Tomás Jurado no desaprovechó la ocasión para reducir la ventaja antes de cruzar el Puente de Triana.
San Telmo se atisbaba a lo lejos ya como una verde alfombra para la gloria bética. Sin ganar el pulso en Chapina, al Sevilla le quedaba ya sólo seguir metiendo riñones para no perder la estela que empezaba a ganar el Betis, que salió del penúltimo puente ya enseñando su proa.
A la altura del Puente de los Remedios, la suerte estaba echada ya, tras el intensísimo e igualadísimo pulso, de pulsaciones, de paladas, de estrategias entre los timoneles. El Betis embocaba ya la última recta sabedor de que no se le escaparía la gloria, saboreando que este año tampoco iba a ser el de la reacción del Sevilla.
Fueron 19 minutos de pasión (18:55.86 del Betis por 19:02.77 del Sevilla). El bote de ventaja que sacaron al final los verdiblancos ni siquiera menoscabaron la grandeza de la tremenda pugna. El pesado cocodrilo, llamado Trofeo José Antonio Muñoz Anchoa en memoria del prócer del remo andaluz, fue liviano peso para los eufóricos titanes verdiblancos. Los sevillistas rumiaron su derrota sabedores de que habían erigido, sobre la dársena del Guadalquivir y frente a sus archirrivales y compañeros de batalla, un monumento al honor, un espectáculo memorable.
Real Betis Balompié: Javier García Ordóñez (marca), Marcelino García Cortés (dos, 1,91, 43 años), Antonio Guzmán del Castillo (tres, 1,87, 32 años), Carlos González Buzón (cuatro, 1,83, 24 años), Gonzalo García Ferrero (cinco, 1,91, 24 años), Bruno Eder Blanco (seis, 1,82, 18 años), Emilio Fernández López (siete), Álvaro Gutiérrez García (proa, 1,81, 32 años) y Tomás Jurado (timonel, 1,64, 30 años).
Sevilla Fútbol Club: Jorge Flavio Knabe García (marca), Jaime Canalejo (dos), Antonio José Díaz Ramos (tres, 1,77, 22 años), Juan Miguel Palomino Goenechea (cuatro, 1,90, 20 años), Alejandro Vera Ortega (cinco, 1,90, 30 años), Juan Kaulani Fonseca (seis, 1,90, 20 años), Luis Vilches Cordero (siete, 1,79, 22 años), Patricio Rojas Aznar (proa, 1,78, 32 años) y Jacobo Castiñeira Rico (timonel, 1,69, 45 años).
La LVII Regata Sevilla-Betis tuvo poca historia en la categoría absoluta femenina, en la que el Betis impuso su tremenda superioridad desde antes incluso de cruzar el puente de La Barqueta. El Sevilla no pudo siquiera aprovechar la ventaja de partir desde la margen izquierda, la de Sevilla, mientras que las verdiblancas partían por la derecha, la de Triana. De esa forma amplió su ventaja en el palmarés, 19-15 para las verdiblancas, que ganaron su sexta regata consecutiva.
El bote femenino sevillista, sabedor de que la potencia de vatios de las béticas era mayor, tuvo una salida muy agresiva e intentó cerrarle la calle para que no aprovechara la leve curva inicial en San Jerónimo. Tanto fue así que hubo de repetirse la salida por provocar el choque de palas.
A las 12:02, se repitió la salida y, pese a que el Sevilla de nuevo intentó cerrarle la calle, el Betis impuso su autoridad con una boga profunda y larga, con 38 paladas por minuto, frente a las 39 por minuto de las sevillistas, más ansiosas en su intentó de equilibrar las fuerzas.
Pero las verdiblancas, pese a esas chispas iniciales, no se atoraron y siguieron a lo suyo. Ya a la tempranísima altura de La Barqueta le sacaba dos botes de ventaja a las sevillistas. Una distancia insalvable ya cuando la regata llegó a la altura de la Curva de Chapina, tan decisiva en otras ocasiones.
Por el Puente del Cachorro, de hecho, ya sacaba una ventaja tremenda de 15 segundos, un abismo incluso en una distancia como los seis kilómetros entre San Jerónimo y el Puente de las Delicias, donde se ubica la meta. El triunfo fue incontestable y con una diferencia que no se recuerda. El Betis saboreó su triunfo y el Sevilla tuvo que sufrir al verse tan atrás con tantos kilómetros aún por delante.
Real Betis Balompié: Paola Alonso de Caso Meier (marca), Olivia del Castillo (dos), Esperanza Márquez Escudero (tres), Teresa Sánchez-Lanuza Godoy (cuatro), Estela Díaz Márquez (cinco), Ana Navarro Blasco (seis), Carmen Civera Ordóñez (siete), María Jesús Gómez Guerrero (proa) y Fernando Cano Varela (timonel).
Sevilla Fútbol Club: Amanda Gil Camacho (marca), Rocío Lao Sánchez (dos), Nuria Barrios Sánchez (tres), Claudia de Marco Castro (cuatro), Inmaculada Rius Lopera (cinco), Clara Palacio de Marco (seis), Isabel Monedero Arjona (siete), Lidia Florido Rodríguez (proa) y Hugo Díaz Herrera (timonel).
En la regata femenina de veteranas sí se impuso, sobre una distancia ortodoxa de 1.000 metros -la mitad de la distancia olímpica de 2.000 metros-, el bote del Sevilla, con algunas remeras de alcurnia como Ana Malasaña, Laura Clavijo o Beatriz Casanueva, se impuso al bote bético, salvando el honor de los blanquirrojos, que perdieron en las otras categorías no absolutas.
La veterana masculina tuvo polémica pues hubo choque de palas y el Sevilla se paró entre protestas -Pedro Murillo fue muy expresivo en su enfado- y posó los remos sobre el río mientras el Betis siguió remando hasta el triunfo. Asimismo, en la de aspirantes ganó el Betis por eliminación del Sevilla tras repetición del inicio por, al entender de los jueces, un segundo abordamiento del bote verdiblanco en la reanudación de la prueba, entre airadas protestas blanquirrojas. Y en la de aspirantes femeninas, ganó el Betis remontando el buen inicio del Sevilla sobre la escasa distancia de los 1.000 metros en una regata muy emocionante.
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