El Rally Dakar-Nervión

Mouhamadou Dabo está alucinado con el ambiente que se ha encontrado en la plantilla de su nuevo equipo. Este senegalés fue el primer fichaje de Monchi y, de momento, sólo le ha seguido Guarente. Quizá la mediática presentación que tuvo el italiano, con un guiño a la historia al aprovechar su nombre de emperador (Tiberio) para sacarlo en escena en Itálica, ha eclipsado la llegada de este futbolista que llegó a debutar con la selección francesa. Porque él nació en Dakar, famoso por su rally, pero con 14 años ingresó en la academia del Saint Etienne y ahí fue progresando hasta haberse convertido en uno de los mejores laterales de la Ligue 1.

El Sevilla se fijó en él, estudió su contrato y le ofreció probar suerte en España. El siguiente paso fue no aceptar la oferta de renovación de su club y esperar, lógicamente, hasta el 30 de junio. Tiene aspecto de corredor de fondo, se entrena con unas medias compresivas que favorecen el retorno venoso. Tiene unas que le cubren las pantorrillas y otras para los muslos. "Es bueno. Me acostumbré a hacerlo y la verdad es que lo noto. Activa el sistema circulatorio y da resultados". En realidad, según el doctor Ribas, lo que activan es el sistema venoso, sobre todo cuando recupera después de una carrera, cuando está parado. "Para el rendimiento no tiene ningún efecto, pero él se encuentra bien y se ha acostumbrado a ellas".

La velocidad y la explosividad que tiene es lo primero que llama la atención, pues aún no se le han podido ver virtudes técnico-tácticas, pero llega muy bien al área y puede jugar en los dos costados, es decir, va a apretar por igual a Konko que a Fernando Navarro. "Sé que aquí hay grandes jugadores y lucharé por hacerme con un puesto luchando mucho, porque el tiempo que llevo aquí he notado que es verdad lo que me habían dicho: sí que hay muy buenos jugadores", explica antes de añadir que "en teoría soy lateral derecho, pero también juego en la izquierda. Puedo intercambiar la posición sin ningún problema y sin notarlo. Me adapto rápido y lo he hecho incluso en un mismo partido. Es normal para mí. Me da igual dónde jugar".

Dabo chapurrea algo en español, pero se siente más cómodo en francés y en la entrevista los alterna. "Aprendí español en la escuela, en la escuela del Saint Etienne. Era mi segundo idioma y ahora ya tengo algo ganado a la hora de adaptarme al equipo". De todas formas, se congratula de que en el Sevilla haya una importante colonia francófona: "Escudé, Kanoute… siempre es un punto a favor a la hora de la integración. Lo haces más rápido si puedes comunicarte bien con los compañeros. Pero este grupo está muy unido, me he encontrado un ambiente increíble, con mucha solidaridad y unión. El grupo es una piña y eso me ha venido muy bien".

A la hora de hablar de objetivos colectivos, Dabo tiene las cosas muy claras. "Yo vengo aquí a ganar títulos. Se puede luchar por todo y considero al Sevilla uno de los mejores clubes del mundo. Tengo claro que en todas las competiciones aspiramos a todo". ¿Incluso con Barça y Madrid en liza? "Esos dos equipos son otra historia, pero nunca se puede descartar pelear con ellos. La unión hace la fuerza y aquí hay un gran grupo humano", contesta.

La primera piedra de toque, y fuerte, será en agosto. A la vuelta de la esquina están los primeros compromisos oficiales, contra el Barcelona en la Supercopa y ante un adversario aún por determinar en la previa de la Champions. "Hay que empezar pronto a ofrecer el máximo nivel y lo importante es coger el ritmo lo antes posible. Hay una gran plantilla y se pueden conseguir títulos pronto".

Por último, pese a que lleva tiempo fichado, todavía no se ha podido dar una vuelta por Sevilla tranquilo. "Aún no conozco la ciudad, pero confió en poder adaptarme lo más rápido posible. Además, tengo una hermana que en estos momentos está viviendo en Mallorca y hablaré con ella pronto para ver si se puede desplazar conmigo a Sevilla".