Puede pero no quiere
Los jugadores del Sevilla estuvieron los primeros 45 minutos del partido viéndolo desde el campo sin moverse y sin ofrecerse.
Si hay que buscar una foto de los primeros 45 minutos del partido ante el Eibar sería la de N’Zonzi pidiendo a sus compañeros que se movieran, se desmarcaran y se ofreciesen para tocar el balón. Esa misma imagen se repitió durante toda la primera mitad. Y no fue sólo un par de veces, fueron muchas más. El Sevilla estaba inmóvil en el campo y el único recurso que queda es balón en largo.
Las dos mitades son antagónicas. En la primera no había movilidad ni una persona que moviese el esférico. En la segunda, Emery puso a jugar al cerrajero del Sevilla: Ever Banega. El equipo era otro. El juego pasaba por él y se veía una gran diferencia y el equipo empezó a creer. Los laterales también subían y lo intentaban pero lo cierto es que aún están muy lejos del nivel del año pasado.
El Sevilla no se puede permitir, por más que el miércoles juegue contra el primer clasificado de la Premier League, dejar a sus mejores jugadores en el banquillo. Banega tiene que jugar todos los partidos. Hasta Krychowiak cambió en la segunda parte tras una primera en la que no se podía reconocer las virtudes que ha hecho que numerosos equipos top fijen sus ojos en él.
Dudo mucho que el aficionado entienda el cambio de Gameiro por Immobile justo cuando mejor está el Sevilla. Es verdad que necesitaba al italiano en el campo, pero no por el francés, y menos cuando es el mejor jugador de los que tiene en tareas ofensivas.
El Sevilla no quiso ganar el partido en los primeros 45 minutos pero en la segunda parte, el árbitro tuvo mucha culpa de que no se llevase el partido.
También te puede interesar
Lo último