Presión vs. juventud
Futbolistas en formación, Kondogbia y Alberto Moreno se hacen titulares en otro desajuste nítido de la plantilla.
"Hemos perdido una batalla, pero hay una guerra por delante". Con esta frase, Unai Emery demostró tras la derrota en Mallorca que sigue confiando plenamente en las posibilidades del equipo, pese a que el nuevo traspié fuera de casa hace dudar de las opciones reales de que el Sevilla se meta en Europa. El guipuzcoano insistió en su blog personal en que se les "escapó una final". "Tenemos 11 más y vamos a ir a por ellas", dijo intentando levantar el ánimo. Sin embargo, para esa guerra, para esas 11 finales, se está viendo obligado a tirar de futbolistas en formación que han desplazado del once a otros más veteranos que no están dando el rendimiento para un reto tan elevado.
El Sevilla tiene un gravísimo déficit de juego y resultados lejos de Nervión, donde se siente más arropado y saca su versión más agresiva y profunda. Y gran parte de ese mal que está asaeteando el objetivo europeo pasa por la juventud de piezas clave. Kondogbia, en un puesto además de tanta responsabilidad como es el de medio centro, y Alberto Moreno, ya sea de lateral o extremo izquierdo, son los dos mejores ejemplos de esta realidad. Ambos han desplazado del once titular a futbolistas con mucho más oficio y muchas más finales a sus espaldas. Mientras el internacional sub 20 francés le ha quitado el puesto a Maduro asentándose como un futbolista fijo en el once de Emery, el canterano está haciéndose un hueco cada vez más grande y el sábado, por ejemplo, fue el elegido por delante de dos futbolistas que por edad deberían tener más predicamento si no fuera por su irregular rendimiento en el campo, Reyes y Manu del Moral, ambos con 29 años.
El desajuste se hace patente atendiendo a la edad de los jugadores. Kondogbia y Alberto Moreno apenas tienen 20 años, mientras que Maduro, a sus 28, fue uno de los refuerzos más importantes del verano, con viaje incluido de Monchi y Míchel a Ámsterdam para traérselo, para que dotara de oficio y experiencia a una línea que ha venido dándole muchos dolores de cabeza al director deportivo en los últimos años, la medular. Maduro empezó de titular con Míchel, pero poco a poco fue desplazándolo del once Kondogbia, que ya es imprescindible con Emery.
Alberto Moreno mantiene su ficha del filial y luce el dorsal 35, pero eso no es óbice para que se haya hecho un hueco en el equipo, gracias a su buen rendimiento y su buena progresión y también por las distintas carencias del Sevilla en la banda izquierda. Emery lo prefirió por primera vez en Mallorca para cubrir la plaza de extremo izquierdo, ya que antes había sido titular como lateral por la baja de Fernando Navarro o el uso de éste como central.
Es llamativo que la irrupción de ambos responda más a las necesidades del equipo que a un programa de rejuvenecimiento de la plantilla. De hecho, sus casos contrastan con los de canteranos como Campaña o Cala, cuyo ostracismo es justificado desde el club por su rol de "futbolistas en formación".
En Mallorca, Emery sacó al campo para disputar "una final" a un equipo bastante joven. Incluyendo a Babá, que jugó bastantes minutos de la segunda parte, hasta ocho futbolistas no pasaban de los 25 años: Coke (25), Fazio (25), Botía (24), Medel (25) y Rakitic (25), además de Alberto Moreno y Kondogbia, ambos veinteañeros.
La juventud incide en la respuesta de un equipo que en casa sí se acomoda a la presión. A domicilio, en cambio, el Sevilla echa de menos personalidad y carácter, oficio y veteranía. La plantilla echa en falta a futbolistas que atesoraban estas cualidades y que actuaban en puestos clave por edad y trayectoria. Sólo había que mirar a los capitanes de antaño: Pablo Alfaro, David, Javi Navarro, Martí, Aitor Ocio, Daniel Alves por personalidad... además de Palop, actualmente desplazado del protagonismo. Ahora el Sevilla va a la "guerra" con niños. Y la estadística como forastero lo dice todo: es el tercer peor equipo a domicilio.
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