Poyet, uno más en el intenso trabajo físico matinal

El técnico también realizó el circuito que Marcos Álvarez diseñó para la plantilla bética.

Poyet, uno más en el intenso trabajo físico matinal
Redacción, Sevilla

11 de julio 2016 - 05:02

El primer día completo de la plantilla verdiblanca en la concentración de Marbella se inició con una intensa sesión matinal, de la que el entrenador, Gustavo Poyet, participó como un jugador más, exhibiendo una excelente condición física, al igual que su ayudante, Mauricio Taricco.

La dirección de ese primer entrenamiento del día la llevó el preparador físico, Marcos Álvarez, que preparó un circuito de ejercicios físicos, que incluía tanto trabajo con pesas como los clásicos saltos. Aunque el balón hizo acto de presencia en algunos momentos, el trabajo estaba encaminado a mejorar la parcela física, un aspecto fundamental en los primeros días de cada pretemporada.

El propio Marcos Álvarez seguía muy de cerca el trabajo de los jugadores, a los que pedía más intensidad o corregía en la realización de los ejercicios. El esfuerzo de los jugadores se reflejaba en sus rostros, ya no con la sonrisa del día anterior.

Incluso para marcar el ritmo durante ese circuito físico, el cuerpo técnico preparó una selección musical, al más puro estilo de los gimnasios, con un altavoz conectado a un teléfono móvil y con el jefe de los servicios médicos, Tomás Calero, como improvisado director.

Ya por la tarde, Poyet asumió el mando de las operaciones, en un entrenamiento más encaminado a transmitir las ideas tácticas que quiere que se reflejen desde los primeros partidos y que se realizó a puerta cerrada en las instalaciones del Marbella Football Center, a apenas 500 metros del hotel de concentración de la expedición bética.

Como viene ocurriendo desde el regreso al trabajo, el chileno Felipe Gutiérrez fue el único jugador que no participó con el grupo, al estar todavía convalenciente de la artroscopia a la que fue sometido en mayo. El centrocampista, eso sí, sí comenzó ayer con el trabajo de campo, con lo que bajo la atención del recuperado, Edgar Gonçalves, llevó a cabo diferentes ejercicios de propiocepción y otros orientados a trabajar los cambios de dirección y ritmo. Asimismo, Felipe tocaba balón dentro de las tareas programadas por el cuerpo médico, ya fuese para ejecutar pases en corto, controles o disparos a portería. También realizaba varias actividades sin pelota para trabajar aspectos como el equilibrio y la fuerza.

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