Pleno de seis para respirar hondo (2-1)
Sevilla-Rayo · la crónica
Un brillante taconazo de Negredo le da al Sevilla su segunda victoria en una semana al calor de los suyos. Los blancos, pese al desgaste físico, sí supieron manejar esta vez la situación ante un Rayo que quiso y no pudo.
El Sevilla respira profundo después de hacerse fuerte en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El conjunto de Unai Emery hizo un meritorio pleno de seis puntos al calor de los suyos en una semana muy exigente en el aspecto físico, pues tuvo que afrontar los partidos ante Granada, Atlético y Rayo en apenas seis días. Sin embargo, el equipo nervionense, pese a la merma evidente de sus facultades, supo apretar los dientes para, esta vez sí, darle al encuentro frente al Rayo lo que éste demandaba en cada momento y la recompensa no pudo ser mayor, nada menos que seis puntos seguidos previos a la subida al Tourmalet que tienen que afrontar todos en la máxima categoría con las visitas a Madrid y Barça.
Eso será harina de otro costal, de cualquier manera, y ahora toca el análisis de este trabajado triunfo frente al Rayo Vallecano. Unai Emery no escondió desde el principio que ha depositado su confianza en apenas 11 hombres de campo, pues en la posición de guardameta, paradójicamente, sí ha utilizado ya a Palop, Diego López, Julián y Beto. Esas variaciones, sin embargo, nada tienen que ver con las decisiones del técnico vasco a la hora de elegir al resto de los peones. Los mismos que ante el Granada, sólo la permuta de Reyes por Maduro respecto a la Copa en el Vicente Calderón, es decir, nada de rotaciones y todos a echar hasta el último aliento sobre el césped. Ya habrá tiempo para descansar ahora sin partidos intersemanales, pensaría un entrenador acostumbrado a dirigir en los últimos años a dos equipos con esfuerzos continuados durante las semanas.
La línea de pensamiento no admite ni la más mínima réplica, entre otras cosas porque cuesta trabajo hallar elementos de recambio de garantías a la hora de refrescar el equipo. Tal vez Coke en el lateral derecho, quizá Botía alguna vez en el centro de la defensa y poco, poquito, más, pues Manu del Moral ya evidenció en los minutos que dispuso ayer que su ayuda al resto del colectivo es mínima. Al menos de momento, y a la espera de que el jiennense pueda reivindicarse algo, es así. Como, además, ni Stevanovic ni Babá cuentan en exceso para Emery en este arranque de su periplo como sevillista...
Pero no conviene obviar que este Sevilla tampoco es un dechado de virtudes en el aspecto físico y está claro que el cansancio era un factor a tener muy en cuenta a la hora de afrontar la cita contra un Rayo clasificado en la zona noble de la tabla. Emery corrió el riesgo y el resultado final se encargaría de otorgarle toda la razón, aunque las fatigas para llegar hasta ese final ansiado por él fueron tremendas, sobre todo cuando se comprobó que Kondogbia había dicho basta y que ni siquiera era capaz de sostenerle una carrera al Chori Domínguez, que tampoco es precisamente la reencarnación de Usain Bolt en futbolista.
El planteamiento del Sevilla fue un arranque más o menos fuerte para tratar de conseguir ventaja en el marcador y a partir de ese momento manejarse a favor de corriente para llevar el partido al sitio más conveniente. Pero claro enfrente estaba un Rayo que pese a los riesgos que asume en defensa tampoco lo iba a poner fácil, ya que sabe dominar la pelota y exige aún más esfuerzos físicos para tratar de recuperarla en zonas favorables. Sin embargo, Negredo iba a tener bien pronto la primera oportunidad para haber facilitado las cosas, pues un pase de Rakitic lo situó delante de Rubén, pero su toque fue demasiado débil y no pudo superar la salida del guardameta forastero.
Corría el minuto 5 y ya hasta había tenido tiempo previamente para avisar Muñiz Fernández de que su arbitraje no iba a ser amable a pesar de su error al expulsar a Reyes en Cornellà. El asturiano había pitado un libre indirecto en un balón atrás de Fernando Navarro que el portugués había entendido como un corte y no como una cesión. Después llegaría incluso una buena parada del nuevo guardameta nervionense en un disparo de Trashorras desviado por Medel.
Son lances de un juego que comenzaba a ser dominado por el Sevilla a pesar de las imprecisiones de Rakitic y de esa carencia de chispa en los balones dividido consecuencia de la fatiga acumulada durante la semana. Fazio tuvo incluso que salvar un gol cantado al interponerse ante Lass con todo el equipo, particularmente Cicinho, descolocado en un saque de banda propio. Pero ahí llegó el primer arreón del equipo de Emery con un cabezazo inocente de Jesús Navas con todo a favor y dos balones picados por Negredo con la derecha delante de Rubén.
Es verdad que por medio hubo una palomita de Beto en disparo de Trashorras, pero el marcador estaba a cero y así parecía ser ya antes del intermedio cuando Rakitic se encontró con un regalo de Rubén y adelantó al Sevilla al filo del intermedio. De manera inesperada, es verdad, pero el objetivo de Emery se había cumplido y ya era cuestión de manejar la situación. No sería, sin embargo, a la primera, pues Fernando Navarro, como cuatro días antes, volvió a cometer un penalti ingenuo que hacía el trabajo más complicado. Afortunadamente para los blancos, la desazón duraría sólo tres minutos cuando Negredo marcó de un precioso taconazo y facilitó otra vez la tarea.
Ahí sí, quizá por primera vez en todo el curso, se dio paso a un Sevilla con oficio. A pesar de la evidente fatiga, de que todos los jugadores blanquirrojos resoplaban tras cada carrera, las ocasiones claras ya serían casi todas para los locales. El Sevilla de Emery supo trabajar para mantener al Rayo suficientemente lejos de Beto y de esta manera acopia seis puntos en menos de una semana que le sirven para resoplar hondo, muy hondo.
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