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'Pescaíto' en blanco (0-0)

Rayo Vallecano - Sevilla · La Crónica

El Sevilla supera con claridad al Rayo en Vallecas, pero es incapaz de marcar un gol. Negredo y Rakitic desaprovechan dos penaltis sin tener que tocar el balón siquiera los porteros rivales.

'Pescaíto' en blanco (0-0)
Francisco José Ortega, Sevilla

02 de septiembre 2012 - 14:14

Increíble exhibición de falta de puntería, o de carencia de calidad en el momento clave si se prefiere una definición más contundente, del Sevilla en Vallecas. El equipo de Míchel fue incapaz de plasmar en el marcador su superioridad en el campo por la sencilla razón de que se podía haber llevado jugando dos días y no haber marcado ningún gol a un Rayo Vallecano que le dio innumerables facilidades para ello. Ni siquiera fueron capaces los sevillistas de consignar en el acta arbitral dos penaltis que trataron de ejecutar Negredo y Rakitic sin que los dos guardametas rayistas tuvieran que tocar el balón para que éste no acabara dentro de la red.

El Sevilla, en definitiva, hizo menos daño en Vallecas que ese pescaíto en blanco que sirven en todos los hospitales a los enfermos que allí están internados. ¿Y jugó bien el Sevilla en Vallecas a pesar de no haber alcanzado el triunfo? Muchos de sus seguidores tal vez pensarán que así fue, pues dominó al adversario en todo momento, creó un puñado grande de oportunidades claras de gol y, en cambio, apenas sufrió algún acercamiento de ese Rayo que contabilizaba hasta ayer seis puntos en su casillero clasificatorio. Pero no. El Sevilla no jugó bien desde el mismo momento en que fue incapaz de llevar a cabo con acierto ni una sola vez la suerte suprema del fútbol, que es el gol. Para jugar bien, hay que ganar, y para ganar hay que acertar al menos en una ocasión a la hora de superar al guardameta del equipo contrario. El Sevilla no lo hizo y, por tanto, se quedó a medias en su trabajo.

Porque el equipo de Míchel sí supo entender muy bien la manera de superar a ese piropeado, sin motivos, esquema de tres defensas que está empleando Paco Jémez como entrenador del Rayo. Cierto que los vallecanos habían ganado sus dos primeros partidos, que tenían seis puntos en su casillero y que esto debería querer decir algo, pero la realidad es bien distinta, pues esos tres defensas están condenados a sufrir casi siempre a poco que el contrincante sepa ordenarse un poco para ello. El Sevilla lo hizo desde el principio, demostró que Míchel tenía muy estudiado el antídoto a ese feble dibujo de tres zagueros y comenzó a generar una oportunidad clara de gol detrás de otra.

Le bastó con buscar con celeridad a Jesús Navas y Manu del Moral en las bandas y con presionar la salida del balón por el centro del Rayo a través de Amat y de Javi Fuego. Cada vez que los sevillistas recuperaban la pelota en esa zona era peligro cierto para Rubén, pero la inocencia en el remate iba a convertirse en el lastre mayor para los nervionenses, que hasta desaprovechaban su primer penalti en el minuto 7, cuando aún ni se había empezado a sudar de verdad en la matinal vallecana. Negredo disparó al poste de la portería de Rubén y por ahí comenzaría el recital de desaciertos en la suerte suprema.

Fue, fundamentalmente, en ese momento de la verdad porque los blanquirrojos, ayer azules, no se descompusieron a pesar del primer contratiempo. Al contrario, siguieron con el plan trazado y tanto Negredo como Rakitic presionaban muy bien en una zona en la que el Rayo sufría sobremanera. Y tras recuperar el balón, ya fuera cerca del área de Rubén o incluso pasada la línea del centro del campo, la superioridad numérica en los ataques sevillistas era constante. A veces, iban cinco atacantes contra tres defensores, en otras ocasiones eran cuatro contra tres... Les hubiera bastado con un poco de tranquilidad, de clarividencia, y un mucho de mala leche, para haber destrozado en esa fase a un Rayo empecinado en seguir con tres defensas mientras Javi Fuego iba una y otra vez a la banda a pedirle explicaciones a Paco Jémez.

Pero no, con independencia de la calidad individual, que también tiene mucho que ver por supuesto, el Sevilla erraba una y otra oportunidad sin que sus futbolistas casi se molestaran por ello, en un alarde de carencia de amor propio. Manu del Moral no ejecutaba bien el desmarque; Rakitic tiraba el pase unos metros más allá; Negredo era incapaz de buscar la mejor opción hacia Jesús Navas; el extremo de Los Palacios unas veces levantaba la cabeza y hallaba solo a Manu del Moral y otras ejecutaba uno de esos disparos cruzados que siempre acaban acunados en las manos del guardameta del adversario; ¿y Trochowski?, pues el alemán corría por allí y alguna vez hasta disparaba a puerta con el "¡uy!", jamás el "¡gol!", garantizado.

El Sevilla se iba al descanso con la sensación de haber dejado escapar una excelente oportunidad para golear, no ya ganar, fuera de casa. Y tras el intermedio parecía que iban a crecer las dificultades, al menos en el arranque, pero después se repetiría el guión y volverían las superioridades en el ataque de los sevillistas. Hasta que Negredo robó el balón tras un regalo de Casado y puso de gol a Rakitic para que lo derribara Rubén. Penalti y expulsión, pero tampoco bastó esto para el 0-1.

Rakitic relevó a Negredo como lanzador, mas disparó como un verdadero juvenil y con el portero ya vencido al otro palo lo lanzó fuera. Otra gran oportunidad al limbo, aunque restaban más de 20 minutos en superioridad numérica tras la expulsión de Rubén en esa jugada.

Pero sucedieron dos cosas. Una, que Javi Hervás sustituía al ya desacertado Manu del Moral con Luna en su domicilio particular, y dos, que Paco Jémez metió a Gálvez atrás y ya decrecieron las ocasiones de superioridad numérica visitante en ataque. Aunque alguna sí tuvieron Álex Rubio, en su debut, y Botía de cabeza. Pero era imposible, el Sevilla ni siquiera se acercaba a Dani Giménez en seis minutos de prolongación que debieron servir para algo más. Era incapaz de hacerle daño a nadie, justo como el pescaíto en blanco a los enfermos. ¿Falta de calidad arriba, indolencia total? Califíquenlo como quieran, menos como mala suerte, por favor.

Ficha técnica:

0 - Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Amat, Casado; Javi Fuego, Trashorras (Gálvez, m.75); Lass (Rubén Ramiro, m.64), José Carlos (Dani Giménez, m.70), Adrián; Leo y Nicki Bille.

0 - Sevilla: Palop; Cicinho, Botía, Spahic (Maduro, m.78), Fernando Navarro; Rakitic, Medel, Trochowski (Alex Rubio, m.76); Jesús Navas; Del Moral (Javi Hervas, m.73); y Negredo.

Arbitro: Clos Gómez (comité aragonés). Amonestó a Amat, Javi Fuego, Casado y Gálvez, del Rayo Vallecano; y a Rakitic y Botía, del Sevilla. Expulsó con roja directa a Rubñen (m.69).

Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada de la Liga de Primera División, disputado en el Estadio de Vallecas (Madrid), ante 8.000 espectadores.

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