Periquitos revolucionados

sevilla | espanyol

Como local, el Espanyol de Galca dio un paso adelante con respecto al de Sergio, y el nuevo entrenador afirma que no va a cambiar a domicilio

El nuevo entrenador del Espanyol, Constantin Galca, el día de su debut ante el Levante el 15 de este mes.
El nuevo entrenador del Espanyol, Constantin Galca, el día de su debut ante el Levante el 15 de este mes.
Juan Antonio Solís

30 de diciembre 2015 - 05:02

El Espanyol rinde visita al Sevilla. Otro año más. Y van... Los espanyolistas no ganan en Nervión desde la jornada 19ª de la 2010-11 (1-2), aunque tienen el impulso anímico del pase a las semifinales de Copa, la pasada temporada, en este mismo escenario.

Lógicamente, permanecen en la plantilla blanquiazul muchos de los que apearon al Sevilla del pasado torneo copero. Pero ya no sigue quien los manejaba desde el área técnica, Sergio González. Le tomó el relevo el rumano Constantin Galca, aquel medio centro de equilibrio y buen golpeo que triunfó en el Espanyol. Acaba de empezar a trabajar: dos partidos en Cornellà, resueltos con sendos triunfos ante Levante en Copa (2-1) y Las Palmas en Liga (1-0). Un margen muy corto para establecer conclusiones. Además, hoy acomete su primera salida. Galca afirma que seguirá jugando al ataque, como en casa.

En noviembre desembarcó en el Espanyol el emporio chino de Rastar Group, que abonó unos 45 millones de euros por el 45,1% de las acciones del club. Un respiro ante los 133 millones de euros de deuda, 54 de ellos con Hacienda. El magnate Chen Yangsheng se ha comprometido a inyectar más cash y apuesta incluso por la Champions. Vende ilusión, ambición, a una afición animosa que con poco que se le dé convierte Cornellà en una caldera... si se le enciende. Para ello, desembarca Galca en la hierba con un mensaje coherente con el de los chinos.

SIN BALÓN

No se ha caracterizado el Espanyol de Sergio por ser un equipo con colmillo, con un plus de agresividad. Todo lo contrario. El más fiel reflejo de su tibia competitividad se vio en el último partido con su anterior entrenador, en Balaídos. Jugó el Espanyol toda la segunda mitad con un jugador más y, lejos de aprovecharlo, incluso siguió sufriendo atrás ante un Celta mucho más metido, más tenso. Si unimos a esa actitud contemplativa que la zaga es la línea más floja, se explican los males de este equipo para asaltar los puestos europeos, como pretende. Las mejores piezas sin la pelota son Víctor Sánchez (duda hoy), Pape Diop (ausente) y Cañas por su sentido táctico y compromiso. Álvaro y Roco, los centrales habituales, sufren con metros a sus espaldas. Y con Galca los tendrán.

CON BALÓN

A falta de ir ajustando las piezas atrás, Galca ha invitado al grupo a tirar para arriba. Quiere imprimir su sello desde ya. Mantiene el 4-2-3-1 anterior, pero en la línea de mediapuntas aparecen sólo jugadores que tienen la portería contraria entre ceja y ceja: Hernán Pérez parte de la derecha, Gerard Moreno o Burgui -y no un medio, como antes con Sergio- lo hacen desde la izquierda y Asensio tiene libertad de movimientos, por dentro o alternando su posición con alguno de sus compañeros de línea para caer a una banda. Arriba, Caicedo, que tiene recorrido y potencia en carrera, debe trazar diagonales y movimientos de arrastre para abrir pasillos a la segunda línea.

LO MEJOR

Galca ha llevado aire fresco al vestuario y ha aprovechado dos partidos en casa de relativa exigencia, ante Levante y Las Palmas, para que su mensaje vaya calando.

LO PEOR

Como equipo, la tensión y agresividad dejan que desear. Y atrás no son coriáceos, precisamente.

stats