Sin Pau será mucho más difícil ganar
Desde mi córner
La retirada del gigante catalán pone el punto final de una trayectoria escrita en letras de oro
Manolo Santana, Federico Martín Bahamontes, Joaquín Blume, Ángel Nieto son algunos de los precursores de este Pau Gasol que, en mala hora, se va. La edad no perdona y el gigante catalán ha dicho basta cuando aún podía quemar algún que otro taco de almanaque. Y se ha ido conteniendo la emoción en el recuerdo a su amigo Kobe Bryant, desaparecido trágicamente pero grabado a fuego en los adentros de Pau.
El palmarés de Gasol es tan rico, tan intenso y extenso que se va cuando todavía figura con Rafa Nadal en el frontispicio del Olimpo de cuantos deportistas españoles merecieron esa gracia. No tengo al baloncesto entre mis deportes más preferidos, pero es que Pau Gasol traspasa la frontera y se coloca como deportista predilecto de cuantos nos asomamos a las distintas disciplinas que conforman el apasionante mundo del deporte en general y del baloncesto en este caso.
Cuando anunció a la finalización de los Juegos Olímpicos que dejaría la selección mucho nos temimos que sería eso el anuncio de un futuro que sin Pau será menos bueno. Aquella plata de 2008 ante el enésimo dream team que es el equipo de baloncesto de los Estados Unidos fue su trampolín hacia Los Angeles Lakers, donde alcanzó dos anillos junto a su amigo del alma Kobe. Sólo el oro olímpico se le resistió, pero eso no le quita brillo a un historial para la historia.
Pau Gasol está de pleno derecho en ese Salón de la Fama que hace que la figura perdure mucho más allá de la actividad profesional y el gigante catalán ocupa un lugar que nadie podrá discutirle. Su adiós no podía ser en otro escenario que en el sancta sanctorum de los catalanes de bien, el coliseo que en plenas Ramblas es el ágora cultural más importante de la Barcelona de siempre. Ahora, sin Pau ya será mucho más difícil ganar, pero desde ya es inmortal.
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